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General: *Unidad de los de abajo, por un México libre, justo y soberano.*
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: ATTACmx  (Mensaje original) Enviado: 03/02/2004 04:39
http://groups.msn.com/ATTACMEXICO/ ©
http://groups.msn.com/ATTACPRAXISMEXICO/ ©
SITIO, FORO, DEBATES y registro para ENVÍOS
         de CIRCULAR INFORMATIVA *.
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Por LA GLOBALIZACIÓN DEL IMPUESTO " TASA TOBIN " A LAS TRANSACCIÓNES
ESPECULATIVAS en LOS MERCADOS DE DIVISAS para APOYO A LA CIUDADANIA.
-----------------------------------------------------------
"SOCIALISTAS, DEMOCRÁTICOS Y LIBERTARIOS"
-----------------------------------------------------------
* ADVERTENCIA: Los documentos publicados no comprometen a la asociación
"ATTAC PRAXIS MÉXICO"© salvo mención en contrario. Pueden ser la opinión de
grupos temáticos, personas u otras organizaciones. Se trata solamente de
aprovechar las experiencias y las ideas disponibles para poder construir
juntos ese OTRO MUNDO POSIBLE, para reapropiarnos de nuestro porvenir.
---------------------------------------------------------
¡AYÚDANOS RECIRCULANDO ESTE DOCUMENTO!
(La siguiente es la ponencia del compañero José Antonio Almazán González,
Secetario del Trabajo del Sindicato Méxicano de Electricistas (SME),
presentada el pasado 27 de enero en una mesa redonda en su propio local.
Contiene una propuesta muy interesante. )
    UNIDAD DE LOS DE ABAJO Por un México libre, justo y democrático
     El 2 de febrero de 1999, cuando el presidente Zedillo anunció
públicamente su Iniciativa de reforma a los artículos 27 y 28
constitucionales, es decir su decisión de privatizar, mediante la venta, a
Comisión Federal de Electricidad y a Luz y Fuerza del Centro, la noticia nos
pegó como descarga eléctrica en alta tensión. Ya veíamos venir el golpe,
pero no estábamos suficientemente preparados. Para ciertas cosas sí, pero no
para la complejidad del problema que íbamos a enfrentar. Un consejero bien
intencionado, de los que nunca faltan en situaciones como ésa, nos dijo que
lo más que podíamos hacer era ejercer el derecho de los ahorcados, sólo
patalear, pues se trataba de un designio presidencial. Como relámpagos
vinieron a nuestra memoria los recuerdos de resistencia del SME: la huelga
de 1916, el encarcelamiento y la condena a muerte de nuestro Secretario
General, Ernesto Velasco, por decisión de Venustiano Carranza y finalmente
su liberación producto de la lucha y de la solidaridad, después de 18 meses
de cárcel; la larga resistencia del SME durante la década de los 20's, en
demanda del reconocimiento de nuestro sindicato y de los derechos más
elementales entonces ya plasmados en el artículo 123 constitucional. Nuestra
memoria, esa gran aliada, hizo una pausa y se detuvo en 1935, para rememorar
la resistencia de la clase obrera frente a la intención de Plutarco Elías
Calles para anular el derecho de huelga y con ella las demandas de los
trabajadores; resistencia que finalmente se organizó en el Comité Nacional
de Defensa Proletaria, una de las formas que adoptó la unidad de los de
abajo y en cuyo seno se organizaron las principales luchas proletarias de
aquella época, incluida la huelga histórica del SME de 1936. Nuevamente, en
rápidas imágenes, el recordar nos situó en 1952 y el Movimiento de Verónica,
para sacudirnos una dictadura sindical de varios años; y nos hizo evocar el
movimiento de la Tendencia Democrática del SUTERM encabezada por Rafael
Galván y el trágico error de dejar solos a nuestros principales aliados; la
huelga de 1987 que marcó el inicio de la recuperación de nuestra tradición
de lucha y movilización; y después la obscuridad de un periodo sindical de
vergonzosa alianza, disfrazada de amistad, con el salinismo y nuestro
cómplice silencio con su inconstitucional reforma a la ley eléctrica de 1992
que dio inicio al proceso de privatización de la electricidad. Pero también,
y de manera más fresca, el rememorar de nuestra historia, que nos empujaba a
no rendirnos, nos condujo al 1 de enero de 1994, mostrándonos la acción y la
palabra de los indígenas del EZLN, cuya dignidad y coraje alumbraron el
camino de la resistencia y la esperanza y con quienes tenemos una deuda
pendiente, pues su rebelión freno temporalmente la agresión que se fraguaba
en contra del SME y su contrato. Una vez superados esos largos primeros
minutos de parálisis y zozobra, la dirección del SME discutió y sopesó los
pros y los contras de la posición que debía asumir el sindicato y tomó una
decisión que nos habría de marcar a lo largo de un camino que sabemos no
tiene regreso: Resistir. En pocas horas redactamos un Desplegado a la
opinión pública, convocando a la organización de un Frente Nacional de
Resistencia en contra de la Privatización de la Industria Eléctrica y
citando a Asamblea General Extraordinaria del SME para el 11 de febrero,
para discutir y aprobar democráticamente los pasos de la resistencia,
logrando en un tiempo récord, obtener y entregar al Congreso de la Unión en
marzo de ese año, 2 millones 300 mil firmas de mexicanos en rechazo a la
privatización. Hoy, a unos días de cumplirse 5 años de resistencia frente al
embate privatizador, resulta obligado intentar un balance de esta lucha,
para valorar resultados, corregir errores y, en el contexto de un gobierno
entregado servilmente a los intereses imperiales, replantear la estrategia
en la construcción de la imprescindible unidad de los de abajo, por un
México libre, justo y democrático. El Frente Nacional de Resistencia en
contra de la Privatización de la Industria Eléctrica. La convocatoria a la
creación del Frente Nacional de Resistencia en contra de la Privatización de
la Industria Eléctrica, tuvo una respuesta inmediata de la sociedad civil y
de decenas de organizaciones sociales y personalidades, que en pocas horas
cubrió de solidaridad el rechazo del SME a la privatización de la industria
eléctrica. En efecto, la convocatoria a este Frente Nacional se inspiró en
el histórico Comité Nacional de Defensa Proletaria. Pero su principal
defecto fue limitar el crecimiento de este Frente al problema eléctrico y
concebirlo como un organismo para canalizar la solidaridad a la lucha del
SME y a sus ritmos y acciones, sin plantearse las necesidades y las demandas
propias de sus aliados. En ello pesaba, y pesa, una fuerte conciencia de
autosuficiencia gremial derivada de su ubicación en un sector estratégico y
clave para el desarrollo nacional. Por otro lado, las acciones e iniciativas
de este Frente se redujo a una posición defensiva frente al Proyecto
privatizador Zedillista, desestructurando sus principales argumentos
privatizadores, pero sin ofrecer una vía alternativa a problemas reales que
el sector eléctrico nacionalizado viene padeciendo desde hace años como
parte de una política de estado para utilizar a CFE y LyF como instrumentos
subsidiadores al servicio de la acumulación de capital en nuestro país. Esta
limitación de origen impidió al Frente desarrollar una política eléctrica y
energética alternativa, en temas tales como política tarifaria,
electrificación rural, desarrollo tecnológico propio, fuentes alternativas
de generación, protección ambiental, electricidad y desarrollo agrícola,
subsidio y desarrollo social, deuda externa y electricidad, etc. En los
hechos y declaraciones la posición del SME y con él, la del Frente, se
concretó al rechazo de las contrarreformas a los artículos 27 y 28
constitucionales, sin cuestionar la reforma salinista a la Ley del Servicio
Público de Energía Eléctrica de diciembre de 1992, que para hacer acorde la
legislación eléctrica a los compromisos pactados en el Tratado de Libre
Comercio con América del Norte, permitió la participación del capital
privado en el terreno de la generación, a través de los llamados Productores
Independientes de Energía. Esta limitación fue corregida por acuerdo de la
Asamblea General de septiembre de 2003, en donde se definió el rechazo del
SME a la mencionada contrarreforma salinista, como respuesta necesaria a la
Iniciativa privatizadora de Vicente Fox de agosto de 2002. Queda pendiente
la impostergable necesidad de trabajar, en el marco de una renovada política
de alianzas, en la definición de una política nacional energética, como un
componente esencial de un Proyecto de Nación libre, justo y democrático. La
guerra interna contra la privatización. A la par del proceso de
privatización, que arrancó con la reforma salinista a la Ley del Servicio
Público de Energía Eléctrica de diciembre de 1992, los gobiernos
neoliberales de Salinas, Zedillo y ahora Fox, promovieron una serie de
mecanismos de descapitalización del sector eléctrico, tales como: a) impedir
o limitar el crecimiento de su capacidad de generación, para brindarle todas
las facilidades a la inversión del capital privado; b) imponer una política
tarifaria insuficiente a las necesidades de crecimiento de la demanda
eléctrica, y a la recuperación de los costos reales de producción; c) una
política impositiva, vía el aprovechamiento, inequitativa y desproporcionada
que se constituyó en una sangría permanente de los ingresos del sector
eléctrico. Todo ello con el propósito de generar deficiencias operativas,
deteriorar la imagen pública de CFE y LyF, para generar un ambiente propicio
que justificara su privatización. En el caso de LyF, desde su creación en
febrero de 1994 el gobierno federal optó por continuar la guerra interna que
desde 1975 le impusieron a la antigua Compañía de Luz y Fuerza del Centro
con el propósito de colocarla en una posición de quiebra técnica y que
consistió en lo siguiente: a) alterar arbitrariamente la relación entre el
precio de compra de energía a CFE y el precio promedio de venta de la
energía distribuida y comercializada, lo que provocó pérdidas inmediatas en
los Resultados de Explotación; b) impedirle crecer en su capacidad de
generación, y el mantenimiento de su parque de generación, para obligarle a
una dependencia cada vez mayor de la compra de energía en bloque a CFE. El
resultado de esta guerra comercial en contra de CLFC fue el crecimiento de
una Deuda con CFE que, por si fuera poco, se contrató en dólares y a tasas
muy por encima del interés bancario nacional y que para febrero de 1994
ascendía a 21 mil 476 millones de pesos. Como parte de los compromisos que
dieron origen a la creación del nuevo organismo Luz y Fuerza del Centro, el
gobierno federal absorbió esta deuda histórica, pero en el marco de la
debacle financiera de 1994, el gobierno federal, arbitrariamente, colocó
nuevamente los 21 mil 476 millones en los estados financieros de LyF y
automáticamente la situó en una posición patrimonial negativa, como parte de
los preparativos para su privatización. Finalmente, resulta necesario
abordar públicamente un problema esencial para consolidar la solidaridad del
pueblo de México, me refiero a los niveles de corrupción que permean a la
administración de LyF, a ciertos sectores de trabajadores sindicalizados y a
los propios usuarios en sus relaciones con Luz y Fuerza del Centro. La lucha
en contra de la privatización eléctrica no implica un regreso al pasado, al
viejo modelo de empresa pública burocratizada, fuente de enriquecimiento
ilícito de funcionarios y subsidiadora de la acumulación de capital. El
nuevo modelo de empresa pública eléctrica por el que estamos luchando,
además de los aspectos que estamos incorporando para su discusión, requiere
necesariamente de la supervisión y control del Congreso de la Unión, a
partir de mecanismos de autonomía de gestión, pero fundamentalmente
requerirá de la participación, supervisión y control de la Sociedad,
regional, sectorial y nacional, para garantizar que su administración se
realice en forma transparente y mediante mecanismos de consulta y rendición
de cuentas. Un primer paso en este sentido es que por Mandato de Asamblea
General del SME, no se defenderá a ningún trabajador sindicalizado que
incurra en actos de corrupción ante los usuarios o los propios recursos de
LyF. En este mismo sentido, en los últimos 3 años el SME ha venido
realizando labores de supervisión y control sobre actos de la administración
de LyF, tanto en la aplicación de sus partidas presupuestales en la
adquisición de servicios, equipo, material y herramientas, así como en la
prestación de diversos servicios a los usuarios que atiende. 24 y 25 de
abril de 2002 Como parte de ese recordar, en ese mes las Comisiones Unidas
de Puntos Constitucionales, Energía, Estudios Legislativos y Medio Ambiente,
Recursos Naturales y Pesca, de la Cámara de Senadores emiten un Dictamen en
contra de tres iniciativas de reforma a los artículos 27 y 28
constitucionales, presentadas por Ernesto Zedillo en febrero de 1999, el
Partido Verde Ecologista de México en noviembre de 2001, y el Partido Acción
Nación en diciembre de 2001. Un día después, la Suprema Corte de Justicia de
la Nación da a conocer una Sentencia en contra de la iniciativa de reforma
al Reglamento de la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica, promovida
por el presidente Fox, opinando que dicha ley contradice lo dispuesto en el
párrafo sexto del artículo 27 constitucional. En amplios sectores del SME
gano peso la idea que habíamos ganado. Por primera vez, quién sabe en
cuantos años, dos Poderes de La Unión, le habían dicho No al Presidente de
la República. No era para menos ese sentimiento de triunfo. Más aún, cuando
los propios Senadores, que anunciaron el Dictamen en el mitin frente a la
Torre del Caballito, declaraban eufóricos que mucho del triunfo se debía a
la movilización y a la resistencia del SME. ...Sin embargo, el 16 de agosto
de ese mismo año, el presidente de Fox anunció públicamente su Iniciativa de
reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales, no para vender, dijo, sino
para garantizar certidumbre al capital privado y para contar con dinero
suficiente para incrementar el gasto social. Utilizando los mismos y
desgastados argumentos zedillistas, el exgerente de la Coca Cola lanzó una
campaña publicitaria millonaria, tratando de convencer a la opinión pública
de que CFE y LyF no serían vendidas. Pero esta vez estábamos un poco mejor
preparados. En el inter de esos primeros 3 años de lucha y resistencia
aprendimos que la nuestra no era un caso aislado, que al igual que nosotros,
en diversas partes del mundo, otros trabajadores electricistas se
enfrentaban a los mismos intereses, como lo evidenció ese Primer Seminario
Internacional en contra de la privatización eléctrica de septiembre de 1999
y el conocimiento que valoramos de los intereses imperiales en juego, al
llegar a nuestras manos documentos elaborados por el Banco Mundial en
diciembre de 1994 y noviembre de 2000, para confeccionar “un traje a la
medida”, de las trasnacionales y del poder imperial. Con esta experiencia y
nutridos de nuestra memoria presente, convocamos de inmediato a Asamblea
General Extraordinaria el 26 de agosto de 2002 en rechazo a esta Iniciativa
foxista, poniendo en acción una serie de Acuerdos de Asamblea para continuar
la lucha y hacer crecer la resistencia, como lo pudimos verificar el 19 y 20
de noviembre participando en la Consulta Nacional sobre Prioridades
Nacionales, en la que de un total de 2 millones 869 mil mexicanos, un 85%
dijo no a la privatización de la industria eléctrica. Julio de 2003. La
derrota del PAN y la fractura del PRI. Fox apostó a tener mayoría en la
Cámara de Diputados y perdió. Con esta derrota selló la suerte de su reforma
constitucional a los artículos 27 y 28 constitucionales, que quedó
prácticamente en agonía. Sería una corriente del PRI, en abierta alianza con
el Salinismo quien intentaría revivir el cadáver de la iniciativa
privatizadora y de las llamadas Reformas Estructurales, provocando una lucha
intestina que no ha concluido y ha fracturado, de facto, al PRI. Sin
embargo, la percepción del riesgo de esta alianza entre Fox y la
coordinadora de la fracción del PRI en la Cámara de Diputados, obligó al SME
a replantear su estrategia de lucha en dos perspectivas: 1) ir al fondo de
la cuestión de la privatización eléctrica, rechazando la reforma a la Ley
del Servicio Público de Energía Eléctrica, promovida por Salinas en
diciembre de 1992 y 2) a la luz de las experiencias de los últimos 4 años,
replantear su estrategia de unidad, buscando ampliar el abanico de fuerzas
políticas y sociales en contra de la privatización eléctrica y
fundamentalmente intentando amplificar la red de alianzas desde abajo (es
decir, respetando las diversas autonomías sindicales, sociales, campesinas,
urbanas y populares); como también tratando de alcanzar un mayor nivel de
diálogo y acciones con variadas fuerzas políticas partidarias, dentro y
fuera del Congreso de la Unión, pero a partir de la propia Autonomía que, en
nuestro caso, nos otorga la discusión libre y democrática y los Acuerdos
emanados de Asambleas Generales. Así, con apego a nuestros Estatutos
Sindicales y con una dirección sindical electa por el voto universal,
secreto y directo de todos nuestros agremiados (es decir, con Autonomía
sindical), en Asamblea General celebrada el 18 de septiembre de 2003,
tomamos estos Acuerdos, entre los que destacan: “La realización de la
Primera Jornada Obrera Popular por el rescate de la Soberanía Nacional, para
esto se propone una gran caravana nacional” “Luchar por la restitución de la
legalidad constitucional exigiendo la derogación de las reformas
inconstitucionales a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica del
92; así como de todos los permisos concesión que ha otorgado la Comisión
Reguladora de Energía a particulares en materia de generación y transmisión
en todo el sistema eléctrico nacionalizado.” Con esta decisión el SME cerró
la puerta a la tentación, dentro y fuera del Congreso de la Unión, de llegar
a un acuerdo que legalice lo ilegal permitiendo la convivencia con el
capital privado, en una materia que constitucionalmente es de exclusividad
nacional. Lo que sigue lo tenemos muy presente. Continuar luchando y
resistiendo, pues no hay otro camino. Pero también aprendiendo de otras
luchas en México y en el mundo y tratando de sacar algunas conclusiones, que
es lo que ponemos a consideración de todos nosotros. De las Jornadas
Nacionales en defensa de la soberanía nacional y contra el Neoliberalismo a
la Manifestación del 27 de noviembre en el Zócalo. Lo que se vislumbra. Del
15 al 25 de abril, algunos cientos de trabajadores, campesinos, estudiantes,
mujeres, jóvenes, jubilados y electricistas, decidimos romper las fronteras
de nuestros propios movimientos, para darle a nuestras demandas un carácter
nacional en defensa de la soberanía y contra el neoliberalismo; recorriendo
29 estados y realizando muy diversas actividades, mitines, plantones,
manifestaciones, etc., en 100 ciudades del interior del país hasta culminar
en una gran Manifestación que desbordó el Zócalo de la Ciudad de México,
pese al agua y granizo torrenciales. Tal vez no para todos, pero sí para el
SME, estas Caravanas que partieron desde las fronteras norte y sur de
México, mostraron el caudal y la magnitud de luchas y resistencias que bulle
en todos los rincones de la patria. Para nosotros significó romper
voluntariamente nuestro propio cerco gremial, constatando en los hechos que
no estamos solos y dejándonos ver la importancia fundamental de ampliar el
marco unitario de nuestras luchas. Lo que inevitablemente nos lleva a
establecer un Balance de lo que ha sido el Frente Nacional de Resistencia en
contra de la Privatización de la Industria Eléctrica. A.- En 1999 el FNRCPIE
lo integraban un poco más de 100 organizaciones. Hoy el Frente que está
naciendo lo componen más de 200 organizaciones en la mayoría de los estados
de la República y de una gama muy amplia de sectores sociales, que no
participaban en 1999. B.- En 1999 el FNRCPIE se definía básicamente en el
rechazo a la privatización eléctrica. Otras demandas sectoriales y
nacionales apenas eran consideradas y en el SME eran subestimadas. Hoy, el
rechazo a la privatización eléctrica se enmarca en un bosquejo de Proyecto
de Nación Alternativo en el cual adquieren peso propio demandas sectoriales
y nacionales como la Reforma fiscal, una nuevo proyecto agropecuario, la
defensa del patrimonio cultural y educativo, por las libertades
democráticas, en defensa de la educación pública, laica y gratuita, por el
reconocimiento de los derechos y cultura indígenas, etc. C.- En 1999, salvo
la posición de algunas pequeñas corrientes en el PRI, éste apoyaba la
privatización. Hoy, la fractura del PRI en torno a la pretendida
privatización y otros temas es clara y contundente. D.- En 1999 la posición
del Congreso del Trabajo era de apoyo irrestricto a Zedillo. De la UNT ni
sus luces. Hoy, por lo menos 4 centrales del C.T. (Mineros, CTC, CROC,
FSTSE), rechazan la privatización y la posición de la UNT se ha decantado en
rechazo a la privatización. E.- En 1999 ni por asomo se hablaba de Paro o
Huelga nacional. Hoy es un tema que se discute no en los Medios, sino abajo,
en las organizaciones, entre la gente. Lo que parecía una locura en la
década de los 70, cuando se hablaba de Paro Cívico Nacional, hoy es una
convicción que anima a millones de mexicanos. F.- A diferencia de 1999,
cuando el apoyo de la clase empresarial a la política Zedillista era
monolítico, hoy un sector importante de la misma se diferencia y propone
proyectos alternativos sobre diversos temas, incluido el eléctrico. G.- Hoy,
a diferencia de 1999, la creciente unidad de los de abajo, confronta una
división de los de arriba, acicateados por una lucha anticipada del poder
presidencial en el 2005, con un Congreso de la Unión dividido y sin una
clara mayoría, pero también divergentes sobre cómo ubicarse frente a lo poco
que les deja la globalización imperial. La larga ruta de resistencia frente
a más de 20 años de neoliberalismo apunta a la posibilidad de una Unidad de
acción, más allá de la coyuntura, aunque no adopte todavía la forma de una
Alianza programática. La actualidad de la Tercera Declaración de la Selva
Lacandona. El 1 de enero de 1995, el EZLN lanza una de las Iniciativas de
Unidad más audaces, que en el contexto actual de División de los de arriba y
Unidad de los de abajo, cobra enorme relevancia en la lucha por un México
Libre, Justo y Democrático. Me refiero a la Tercera Declaración de la Selva
Lacandona, en la que el EZLN declara: “Llamamos a los obreros de la
república, a los trabajadores del campo y de la ciudad, a los colonos, a los
maestros y estudiantes de México, a las mujeres mexicanas, a los jóvenes de
todo el país, a los artistas e intelectuales honestos, a los religiosos
consecuentes, a los militantes de base de las diferentes organizaciones
políticas a que, en su medio y por las formas de lucha que consideren
posibles y necesarias, luchen por el fin del sistema de partido de Estado
incorporándose a la Convención Nacional Democrática si no tienen partido y
al Movimiento para la Liberación Nacional si militan en alguna de las
fuerzas políticas de oposición.” Es cierto. Ambas experiencias no avanzaron
mucho debido al sectarismo y protagonismo de una izquierda con escasa
inserción real en los movimientos sociales y/o más preocupada por encontrar
soluciones por la vía electoral. Pero también, viejos y nuevos sujetos
sociales se encontraban ausentes, como la clase obrera, o bien en proceso de
organización y reorganización como el movimiento campesino y el indígena. De
tal forma que estas Iniciativas de la Tercera Declaración de la Selva
Lacandona apostaron a una tendencia de unidad de los de abajo, que hoy
pasados 9 años es necesario analizar y replantear como una necesidad para
enfrentar la división de los de arriba y a la luz de la situación
catastrófica a la que está empujando al país la política neoliberal del
gobierno de Fox. El mismo recuento de hechos y acciones al que nuestra
memoria electricista nos ha conducido, y además el proceso de reorganización
de las comunidades indígenas zapatistas a partir de la creación de los
Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno, nos llevan necesariamente a
replantear este aspecto básico de la Unidad de los de Abajo, recuperando el
valor actual e histórico de la Iniciativa de un Frente Amplio Opositor y de
un Movimiento para la Liberación Nacional.
   F r a t e r n a l m e n t e “Por el derecho y la justicia del trabajador”
   México, D.F. 19 de Enero de 2004
  José Antonio Almazán González Secretario del Trabajo

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