ANALISIS ECONOMICO
LA DEUDA DE CUBA CON ARGENTINA
POR CASI U$S 2.000 MILLONES
Desde hace más de 30 años Cuba mantiene una deuda de U$S 1.278 millones por concepto de capital original con el Estado argentino, que con intereses llega a U$S 1.967 millones. Desde ya, si tenemos en cuenta que los Estados Unidos tuvieron algo de inflación, especialmente en los últimos años de la década del 70, en valores constantes la deuda sería bastante mayor. Hasta ahora las gestiones por el cobro fueron infructuosas. Ahora el canciller cubano vino a la Argentina para ratificar que saldará la deuda con entregas de medicamentos y asistencia médica para personas de escasos recursos. Cuba tiene una industria farmacéutica primitiva, cuyos productos no se comparan con los más sofisticados de los laboratorios mundiales y argentinos. Por otra parte, el envío de enfermos pobres a Cuba tiene un alto costo en pasajes, que debería pagar el Tesoro argentino. Sería más barato tratarlos en la Argentina. Finalmente, es dudoso que con este sistema, aun con muy buena voluntad en su aplicación, se puedan cancelar siquiera los intereses que la deuda va generando, que al 5% sobre el capital original llegarían a más de U$S 60 millones anuales. El Gobierno argentino debería ofrecer la cesión de la deuda (con quita) a los tenedores de bonos argentinos defaulteados, como opción. Tal vez a algunos les interese el cambio, pensando que Fidel Castro no tiene mucha vida por delante y que luego habrá en Cuba un proceso de democratización e integración al mundo, dentro del cual se reconocerán los derechos de las empresas norteamericanas, cuyos bienes fueron confiscados en 1958, y tal vez también haya una solución para la deuda con la Argentina. El origen de esta deuda es harto curioso: la concedió el gobierno de Cámpora en 1973, a instancias del ministro de Economía Gelbard, para financiar ventas de tractores y automóviles (FIAT 125, que aún hoy se ven en las calles de La Habana). La excusa fue que se quería ampliar el espectro de los países a los que se exportaba, para salir de una supuesta dependencia con nuestros clientes tradicionales. Por ello también se promovieron exportaciones financiadas a otros países de la órbita comunista. Está claro que ello tenía un sesgo ideológico. Si se quería promover la producción de esos bienes, hubiera sido más lógico que se le diera a los productores argentinos la posibilidad de adquirirlos con un crédito tan generoso como el que se concedió a Cuba, del que se sabía de antemano que no lo pagaría tarde, mal y nunca. Cuando en 1989 la Unión Soviética canceló el subsidio de unos U$S 3.000 millones anuales que otorgaba a Cuba (por compras de azúcar a precio superior al internacional y otros arbitrios), el pago se hizo prácticamente imposible.
Por Juan Alemann
La Razón
Argentina
Colaboración:
José F. Sánchez
E.U.
La Nueva Cuba
Febrero 28, 2004