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General: Revelaciones sobre el "sindicalismo independiente" en Cuba
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De: Principe_Negro (Mensaje original) |
Enviado: 11/03/2004 02:01 |
Revelaciones sobre el "sindicalismo independiente" en Cuba Para obtener más ganancias ALEIDA GODÍNEZ SOLER El negocio del llamado sindicalismo independiente, al que están vinculados elementos terroristas de Miami, genera importantes ganancias, que permiten vivir cómodamente a quienes en nombre de la “libertad y la democracia” en Cuba se dedican a él. Lógicamente, para que el dinero fluya de la Agencia para el Desarrollo al Fondo para la Democracia –NED-, de ahí a manos de los representantes de estas organizaciones en esa localidad del sur de la Florida y alguno llegue a Cuba, hay que transitar un camino escabroso y en gran medida traumático. Los jefes de este negocio periódicamente tienen que rendir cuentas a estas organizaciones que liberan importantes sumas de dinero para derrocar la evolución cubana, y ante la posibilidad de perder la confiabilidad de sus amos, extienden sus tentáculos a micro organizaciones contrarrevolucionarias en la Isla, que no tienen nada que ver con el sindicalismo serio y comprometido en defensa del derecho de los trabajadores. Liderada por el connotado terrorista René Laureano Díaz, quien entre otras actividades participó en un atentado dinamitero en la termoeléctrica de Tallapiedra, en La Habana, y más tarde en las organizaciones Comandos Eléctricos 9 de Diciembre y Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), la Federación Sindical de Plantas Eléctricas, Gas y Agua, radicada en Miami, simula un apego al sindicalismo que a muy pocos convence. Para justificar el flujo del dinero, además de atender generosamente en el orden material y económico a la autodenominada Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba (CONIC), la Federación Sindical de Plantas Eléctricas, con sede en Miami, se acercó a algunos grupúsculos contrarrevolucionarios que dicen ser organizaciones sindicales. Así las cosas, se asoció en territorio cubano a una tal Unión Sindical de Trabajadores Independientes, dirigida por un individuo nombrado Raimundo, apodado entre sus afiliados por “el sucio”. Este grupúsculo está formado entre otros por un mecánico de autos sin vínculo laboral conocido y un ingeniero que ya ha estado preso en varias ocasiones por diferentes motivos, ninguno asociado a su actividad “sindical”, entre ellos cuatro intentos de salida ilegal de la Isla –entiéndase burlando los trámites migratorios obligados en cualquier país del mundo–. Estos elementos, que se dedican habitualmente a convocar manifestaciones callejeras de provocación contra el pueblo, también sostienen pugnas internas. Por ejemplo, la vicepresidenta en funciones de la llamada Confederación de Trabajadores Democráticos de Cuba, quien después de frustrados intentos alcanzó la meta de arribar a las costas estadounidenses, acogerse a la Ley de Ajuste Cubano y residir legalmente en ese país, se enemistó por dinero con el apodado “el sucio”, a tal punto que casi se van a las manos en mi presencia luego de evaluar su efímero trabajo en una reunión de la Comisión Sindical Permanente. Entre las frases que se les podía escuchar estaba, y cito: “tú no haces nada para que te manden dinero”, “nosotros sí ponemos letreros y llamamos a la gente para que proteste en las iglesias”. Todas las orientaciones a estos elementos –en consonancia con las que daba la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana– eran enviadas directamente desde Miami a través de René L. Díaz o Joel Brito, dos de los personajes que ya en marzo de 2003 habían abandonado sus empleos para dedicarse a tiempo completo a la “libertad de Cuba”, como ellos califican su labor, gracias a la cual obtienen ganancias con las que pagan sus cuentas y placeres. Colocar letreros contrarrevolucionarios en fachadas de edificios públicos, romper teléfonos, dañar autos del Turismo y otras acciones afines era la manera de luchar por las “reivindicaciones laborales” y de hacer cumplir los convenios de la Organización Internacional del Trabajo que tanto “desvelan” a estos “directivos sindicales”. La Federación de Plantas Eléctricas siempre tiene a mano una iniciativa para conseguir más fondos de los que el Gobierno de Estados Unidos reúne de los contribuyentes para financiar esta cruzada contra el comunismo. En un análisis exhaustivo enviado por Joel Brito en noviembre del 2002, me confirmaba, luego de algunos comentarios en torno a estos personajes del “sindicalismo independiente”, que ellos, refiriéndose a los administradores del “negocio” en Miami, sólo apostaban por la CONIC y el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos, porque eran las únicas “organizaciones serias”, y que a esa gente había que ayudarla, porque haciendo este tipo de “actividad” echaban a andar la maquinaria “hacia el final de Castro”. Esto prueba una vez más la no existencia de un movimiento especializado en el tema sindical. Conscientes como están de que no existe tal sindicalismo independiente en Cuba, aceptan tal idea, porque les conviene, y se presentan en las asambleas de la Organización Internacional del Trabajo, cada verano en Ginebra, con informes inventados de acciones represivas contra supuestas víctimas, para lograr que Cuba sea condenada por estas inventadas violaciones contra los que ellos llaman “sindicalistas”. Para ello utilizan organizaciones fantasmas, inexistentes sindicatos de bici taxis, falsos nombres de colaboradores, información carente de fundamento real, una Asociación Sindical Independiente que solo existe en la mente de los mercenarios, colaboradores que reciben pagas mensuales y que en realidad son elementos inescrupulosos que se dedican a cualquier cosa por unos míseros veinticinco dólares mensuales. La Federación Sindical de Plantas Eléctricas rinde cuentas periódicas. Por supuesto cuentas falsas, a los ejecutivos de Washington. Para ello preparan de antemano a sus ahijados en Cuba, a quienes les orientan preparar informes sobre la cantidad de afiliados, cuántos nuevos sindicatos han creado y qué acciones han realizado. Sus ejecutivos enaltecen logros que no son tales, engañan tanto a la Agencia para el Desarrollo âUSAIDâ como al Fondo para la Democracia âNEDâ, a los que presentan abultados informes que versan sobre estructura y afiliación sindical, prensa, capacitación, actividad internacional, eventos, reuniones y convenios de colaboración. Para obtener el beneplácito de las mencionadas organizaciones del Gobierno norteamericano, les hablan de cifras astronómicas que van desde la cantidad de 100 hasta una tirada mensual de 10 mil ejemplares de boletines laborales editados en la isla, para lo cual solicitan altas sumas de dinero, que después, por diferentes razones, nunca llega completa a manos de los supuestos dirigentes sindicales. La idea de crear el Centro Nacional de Capacitación Sindical y Laboral, aparece fundamentada como una necesidad básica de dirigentes sindicales y trabajadores. Entre sus principios plantea que ”trabajará con autonomía total de las diferentes organizaciones gremiales que existen en el país, será un lugar que servirá para promover ideas, pensamientos libres y nuevos conceptos de cómo encaminar mejor el trabajo sindical en la oposición y primará el criterio de entrenar formador de formadores, con el objetivo de abarcar la mayor cantidad de personas”. Para llevar a cabo esta actividad solicitaban fondos para adquirir en Cuba un equipo de FAX, una fotocopiadora, una vídeocasetera, un televisor y una computadora con acceso a Internet. Todo ello para “crear un sistema de acceso a información que garantice la actualización constante de la base de datos y por ende de los conocimientos de los directivos del centro”. En sentido general, tal “sindicalismo independiente” es un rejuego, en el que a pesar de que el dinero, burlando la ley o no, llega en abundantes sumas a Cuba, con el propósito de acabar con la revolución, la mayor parte se queda en las manos de quienes organizan la acción que luego pretenden calificar de sindical. Con el objetivo bien definido de obtener mayores dividendos y como colofón a la apertura del recién creado Centro de Capacitación, se celebraría el Primer Taller nacional sobre libertad sindical y derecho a la libre asociación. Para garantizar su éxito y que quedara en los bolsillos de Miami una cantidad considerable de billetes, estaba prevista la presencia de representantes de la Organización Internacional del Trabajo –a quienes por supuesto nunca les llegó la invitación de los dueños del negocio– y de un sindicalista de reconocida trayectoria internacional –ni siquiera a nivel de nación– y un académico. Los participantes serían, supuestamente, los ejecutivos de las principales organizaciones sindicales dentro de Cuba –me refiero a las organizaciones de mercenarios al servicio del Gobierno yanqui–. Para garantizar “el desarrollo y aseguramiento” estarían un representante de los intereses de Miami en Cuba y Joel Brito, defendiendo apasionadamente la fortuna amasada por René L. Díaz y comparsa. Para ello garantizarían la legislación internacional sobre el tema, además del televisor y una cámara de video, el dinero del pasaje y estancia en el país de los invitados. Para cubrir los costos directos vinculados al taller, materiales a distribuir, reproducción, y filmación del evento en vídeo, con el claro propósito de probar que se celebró el taller, se liberaría una fuerte suma de dinero que como es de suponer, nunca fue enviada a Cuba. Los supuestos académicos y representantes de prestigio internacional nunca fueron invitados, el Taller, no se celebró, no se compraron los tan cacareados materiales, pero el dinero, les aseguro que fue entregado en Miami y es el mismo con el que ahora descansan cómodamente en pomposas mansiones y realizan sus viajes de placer y ocio los sacrificados dirigentes de la Federación Sindical de Plantas Eléctricas, que no son tan abnegados sindicalistas, sino politiqueros que sobre la base de actos terroristas y organizadas estafas, pretenden regresar a la Cuba, que perdieron el Primero de Enero de 1959 cuando triunfó la verdadera justicia social en nuestro país. |
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De: tango |
Enviado: 11/03/2004 07:34 |
Heriberto Fernández, es un viejo sindicalista. Un hombre que ha dedicado su vida a la conquista de las libertades ciudadanas y al logro de los derechos de los trabajadores. Actualmente es el Secretario General de la organización sindicalista Solidaridad de Trabajadores Cubanos (STC). Esta organización es la voz de los trabajadores que no están de acuerdo con la actual dirección oficialista de la CTC, designada e impuesta por el partido comunista de Cuba. ¿Cómo se inicia en la lucha sindicalista? Dentro de mi propio centro de trabajo, en la ciudad de Camagüey. Más tarde me incorporé a la lucha insurreccional, dentro del sector obrero, hasta 1959. ¿Qué pasó ese año? Yo era Secretario General de la CTC a nivel provincial. Cuando el problema de Huber Matos me detuvieron por órdenes directas de Fidel. Me detuvieron primero que a Huber. Seguí conspirando contra el sistema y el 5 de agosto de 1961 me condenaron a 20 años por la causa de El Encanto. Salí en 1977 y en el 79 llegué a Venezuela y me incorporé al movimiento de Solidaridad de los Trabajadores Cubanos. Tenemos, los que circunstancialmente estamos en el exterior, que intensificar nuestro apoyo y cooperación al sindicalismo independiente dentro de Cuba. ¿Cómo es que ayudan ustedes? Nosotros le damos apoyo a toda organización que luche pacíficamente contra el sistema marxista. Realizamos campañas financieras en apoyo de estos hermanos, para que continúen el trabajo de formación de jóvenes que son el futuro de Cuba. Ayer fue la CTAL, hoy son la CLAT (Central Latinoamericana de Trabajadores) y el CUTC (Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos). La CLAT tiene veinticinco millones de miembros y respalda tanto a la STC como al CUTC. ¿Qué pasó con nuestra famosa CTC (Central de Trabajadores Cubanos? Nuestra histórica CTC dejó de ser una expresión democrática y pluralista de los trabajadores cubanos para convertirse en la correa de transmisión del Partido Comunista e instrumento de represión de la Seguridad del Estado. Hace mucho que dejó de representar los intereses y derechos de los trabajadores.
¿Qué es el Consejo Unitario de Trabajadores (CUTC)? Es la organización sindical independiente dentro de Cuba. Su Secretario General es Pedro Pablo Álvarez. Ellos tienen un ejecutivo en cada provincia y luchan por la democracia sindical. Tienen personalidad jurídica porque están reconocidos internacionalmente. Ellos, como la STC, tienen voz y voto en todos los congresos internacionales. Mira, Fidel nunca ha podido atomizar a los obreros cubanos, ha tergiversado su línea de lucha. Y tú sabes que los campesinos cubanos tienen una lucha constante contra el sistema. Además, ahora mismo las empresas extranjeras que hacen negocio con el castrismo, no pueden decir cuál es el monto de la producción, ni el salario de los trabajadores que las empresas pagan en dólares y el gobierno cubano hace la conversión y les paga a los trabajadores cubanos en dinero nacional y lo que les parece. El gobierno no permite un contrato colectivo entre las empresas extranjeras y los trabajadores. Esto es una violación del derecho laboral y nos oponemos a esto y luchamos contra esto. ¿Cuál es su mensaje para el pueblo cubano en el primer centenario de nuestra República? Que los exhortamos a seguir luchando por la democracia, la libertad y el respeto al ser humano. Estamos convencidos que los cambios en Cuba tienen que suceder, quiera el sistema o no. Que vamos a continuar la lucha porque estamos comprometidos no sólo con los vivos, sino con los que entregaron sus vidas en un paredón de fusilamiento, ó alzados en un monte, o en medio del mar. Ese es el compromiso de todos los que queremos- a Cuba. Nos despedimos de Heriberto Fernández pensando que mientras nuestra nación tenga hombres de profundos ideales e incansables luchadores como él, nuestra. total independencia y soberanía no son un sueño inalcanzable. |
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De: tango |
Enviado: 11/03/2004 13:02 |
Realmente es muy compleja la comprensión del proceso cubano. El Estado de ese país ha sido capaz de fabricar una imagen distinta de la realidad. Han tenido que pasar 4 lustros para que comience a develarse el secreto bien guardado de la longevidad del sistema que contra todos los pronósticos, frente a un secular y poderoso enemigo a solo 90 millas de sus costas, aparecía como el paradigma de la justicia y de la igualdad sobre todo para América Latina, región que salvo muy pocos países presenta un cuadro de grandes desigualdades e injusticias a pesar de procesos democratizadores que todavía no logran afianzarse para obtener un desarrollo sostenido en paz. La revolución cubana a partir de 1959 representó un ejemplo y una esperanza para los pueblos de América latina sumidos durante décadas a las dictaduras de los tiranuelos, al pillaje y la corrupción de clases políticas que frustraron repetidamente las aspiraciones de sus sociedades no precisamente provistas de una sólida cultura política. Desde nuestra percepción, la Revolución Cubana original, autóctona y nacionalista dejó de serlo en 1961 cuando se proclamó Socialista, cobijándose bajo el manto de la URSS, convirtiéndose en un peón de la guerra fría y exportador de su modelo, enrolándose en toda clase de aventuras guerreristas no sólo en nuestra región, sino en lugares tan apartados como diversos países de África o Asia. Todavía miles de hogares cubanos se resienten y lloran la pérdida de más de 10.000 soldados cubanos muertos o desaparecidos en aras de un falso internacionalismo proletario, ofreciendo sus vidas como carne de cañón en función de las pretensiones hegemónicas de la desaparecida URSS enfrentada a los EE.UU. en aquel entonces. Cuba era sin dudas un enclave bien protegido, atendido y sostenido del Ex bloque Socialista que no vaciló en concederle, no sólo la preferencia de sus mercados, sino generosos subsidios y moderno avituallamiento militar. Frente a todo esto, los EE.UU. desarrollaron una política torpe y miope que todavía perdura, manteniendo un embargo que sólo ha afectado al pueblo y los trabajadores cubanos, sirviendo de excusa perfecta para sumirlos en un criminal aislamiento, castrando su capacidad creativa y negándole el acceso al universo de las ideas. En la década de los 90, tímidas voces de protesta se dejaron escuchar desde dentro de Cuba. Expresiones en defensa de los DD.HH. asumieron ideas, actitudes y comportamientos que no complacían el interés y la filosofía del gobierno cubano. A partir de entonces comenzó a surgir un embrión de Sociedad Civil Democrática que con muchos esfuerzos ha ido creciendo y desarrollándose en aquella sociedad cerrada y excluyente que no admite oposición o disidencia y que promulga, mantiene y ejecuta leyes de un rigor sólo comparables a los peores tiempos del feudalismo y que el mundo de hoy rechaza de plano por nocivos y antihumanos. Poco a poco los actores sociales demócratas de Cuba fueron venciendo la cultura del terror para crear organizaciones independientes y conquistar algunos espacios. Así surgieron expresiones políticas, culturales, sindicales, profesionales, ecológicas y muy especialmente surgió el periodismo independiente que fue logrando su inserción y reconocimiento universal por el gran esfuerzo comunicacional que realizan a pesar de las grandes restricciones y prohibiciones que les impide el acceso natural y legítimo a los medios modernos para comunicarse dentro y fuera de Cuba en el cumplimiento de sus tareas. Y no estamos hablando de superestructuras sofisticadas, sino de herramientas fundamentales que cualquier ciudadano común desde el Polo Norte hasta la Patagonia puede adquirir, como un ordenador y sus accesorios y la obtención de una línea telefónica con acceso a Internet. Repito, esa sencillez está prohibida en Cuba donde sólo la lealtad, el sometimiento y el silencio pueden lograr estas vías a través de instituciones del gobierno. Allí todo es así. Los demócratas estaban quebrando el aislamiento y la soledad. Estaban empujando y corriendo la cerca de su ghetto de terror y estaban revelando la verdad de la otrora llamada Perla de las Antillas. Verdades que son tantas y de tan extrema crueldad que se necesitarían miles de páginas para recoger las muestras de tamaña opresión. Este alegato tiene un objetivo definido. Las informaciones que nos han llegado, recogen con bastante precisión lo que está sucediendo en las últimas horas dentro de Cuba y el listado de nuestros compatriotas frente a la certeza de juicios sumarísimos y las descomunales condenas que pesan sobre ellos a partir del crimen contra natura que se expresa en la ya conocida y abominable Ley 88 de 1999, nunca antes puesta en ejecución. Pero específicamente, venimos a hacer una defensa de lo que ha sido y son los esfuerzos que realiza el Sindicalismo Independiente Parece una práctica, un hábito o costumbre destacar en todos los organismos internacionales, los casos más señalados, los líderes y las posiciones más relevantes de los que se enfrentan a los gobiernos y estados violadores de los DD.HH. El caso de Cuba no escapa a estas normas que nos parecen obvias y naturales. Sólo unos pocos hombres y mujeres asumen la conducción y liderazgo de transformaciones de tal naturaleza. Un puñado de demócratas están demostrando tener profundamente arraigada en su conciencia la irreductible convicción de su patriótica misión al precio hasta de su vida asumiendo tal compromiso como razón y pasión de su existencia. En fin, son aquellos los que tienen Fe y alientan la esperanza, saben que es un desafío que entraña un enorme sacrificio, no sólo para ellos, sino también para sus familias. Definitivamente han comprado el sueño más sublime que pueda tener un ser humano. Ser libre como el viento y liberar a su pueblo de la esclavitud y la iniquidad. Cuba guarda una rica herencia sindical habiendo sido uno de los primeros países en América Latina que conquistó sus derechos en justas luchas frente a la explotación del capital derivadas de la colonia. Cuba, desde 1939 concibió un sindicalismo unitario creando una sola Confederación de Trabajadores que practicaba en su interior el pluralismo de diversas tendencias políticas con sobrada sensibilidad social para insertarse también en las luchas populares y nacionales en toda la Historia de la Nación desde 1902. Pero llegó la etapa del pretendido socialismo que finalmente se convirtió en un Estado totalitario y represivo como ahora se conoce. Los trabajadores fueron las primeras víctimas de la usurpación de sus instrumentos de lucha naturales y de la liquidación del Estado de Derecho. En 1959, el Jefe de Estado conociendo el poder de una CTC (Confederación de Trabajadores de Cuba) que agrupaba a 33 federaciones de industria y 2 490 sindicatos generadores de la riqueza del país, pero también capaz de paralizar el desarrollo de su productividad y de enfrentar las pretensiones de cualquier gobierno que atentara contra la democracia; usando y abusando de su carismático liderazgo, intervino el X Congreso Nacional, I Revolucionario, e impuso líderes comunistas, compañeros de viaje dóciles a su proyecto político y convirtió por la fuerza y la coacción a la CTC en un organismo de masas como correa de transmisión de las políticas del gobierno, del Estado totalitario que se gestaba y de su propia ambición de poder absoluto. Todas las conquistas de los trabajadores fueron eliminadas “de forma voluntaria” y los más preciados derechos fueron conculcados. Un liderazgo genuflexo oficialista hasta hoy conduce los destinos de la CTC, sin lograr una sola aspiración de los trabajadores y habiéndose convertido en un simple capataz que exige disciplina y productividad y que castiga cualquier expresión de rebeldía, de oposición, o simple disensión. Este estado de situación ha perdurado por décadas, hasta que en los 90 surgieron grupos sindicales independientes que asumieron la defensa de los derechos de la desvalida clase trabajadora. Debemos enfatizar que en materia de Convenios Internacionales referidos a los derechos laborales, Cuba es uno de los países que más convenios ha ratificado. Los Convenios 87 y 98 bien conocidos por ser los más reclamados por el sector sindical, encuentran soporte en la propia Constitución Cubana y en su Código Laboral o Ley 49 que admite y reconoce derechos consagrados en la Declaración Universal de los DD.HH. Sin embargo, como todo régimen totalitario con una frase adecuada en un enunciado se invalida el derecho de libertad sindical. Desde el mismo momento de su constitución en 1995, el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC), solicitó su legalización y presentó su Acta Constitutiva ante el Registro de Asociaciones del Ministerio de Justicia. Han pasado 8 años y todavía no han obtenido respuesta, ni siquiera negativa. El CUTC creó: El Instituto Cubano de Estudios Sindicales Independiente (ICESI), el Buró de Asesoramiento Jurídico Independiente Laboral (BAJIL), la Agencia de Prensa Sindical Independiente (APSIC) y la Biblioteca Sindical Independiente “Emilio Máspero”. Cada uno de estos organismos ha venido desarrollando tareas específicas tales como su denominación expresa. Formación Sindical, Defensa y Asesoramiento Jurídico y Divulgación de Violaciones e Injusticias cometidas por los empleadores (el Estado), han sido un efectivo trabajo del CUTC a lo largo de estos años. En 1998, después de casi un año de espera para salir del país y regresar, el Secretario General del CUTC, Pedro Pablo Álvarez logró participar en la ciudad de México en el XI Congreso Latinoamericano de la CLAT y su actuación fue muy bien recibida. A los 4 años de esfuerzos y a pesar de un permanente hostigamiento, por su propia iniciativa y cumpliendo todos los requisitos establecidos, el CUTC con cerca de 1,000 firmas registradas y autenticadas solicitó y obtuvo el reconocimiento y afiliación a la Central Latinoamericana de Trabajadores (CLAT) que históricamente ha sido un ejemplo de solidaridad activa en defensa de los derechos de los trabajadores habiéndose enfrentado y condenado todo tipo de opresión o dictadura. En el año 2000 en un ejercicio democrático, cumpliendo con sus estatutos, el CUTC convocó su I Congreso públicamente e invitó a observadores de organizaciones sindicales del exterior, habiendo informado y solicitado permisos de las autoridades cubanas. La respuesta fue la arbitraria detención del Secretario General Pedro Pablo Álvarez el 13 de octubre y la incautación de seis mil dólares (US $6.000,oo) que habían recibido de la solidaridad internacional para sufragar los gastos del Congreso. La compañera Eva Scholte de la CNV de Holanda arribó a Cuba para participar en ese I Congreso, pero fue devuelta del aeropuerto sin siquiera habérsele permitido comunicarse con su embajada. Pedro Pablo Álvarez estuvo confinado en la prisión de Valle Grande hasta el 16 de enero de 2001. Su causa fue sobreseída por un fiscal que no encontró pruebas para condenarlo. Durante este proceso, la poderosa Confederación Mundial del Trabajo (CMT) reconoció y afilió al CUTC que lo había solicitado según las normas establecidas que fueron cumplimentadas. Desde entonces el CUTC actúa dentro del marco de la CLAT y la CMT y cumple religiosamente sus obligaciones. La Solidaridad de Trabajadores Cubanos (STC), también afiliada a la CLAT y a la CMT, en múltiples ocasiones hemos tenido que asumir la representación del CUTC en encuentros latinoamericanos y mundiales porque el gobierno cubano no permite que sindicalista independiente alguno pueda salir del país a encontrarse con sus homólogos del mundo libre. Por supuesto los 6 mil dólares nunca le fueron devueltos al CUTC. Hemos dicho ya que en Cuba, las luchas sindicales y reivindicativas han estado unidas a las luchas populares y nacionales en toda nuestra historia. Ahora no ha sido una excepción. Frente a un régimen de naturaleza tan perversa, el CUTC asumió con todo su derecho, la defensa de la Nación, de su libertad, de la búsqueda de una transformación hacia un proceso de democratización que el inmovilismo del gobierno se niega a establecer. Sobre todo el CUTC aboga por la Reconciliación Nacional y la inclusión de todos los factores para construir juntos un futuro mejor. Para ello el CUTC asumió vigorosamente la promoción del Proyecto Varela como propuesta viable para efectuar los cambios que el país reclama. El CUTC se convirtió en un motor de la recogida de las 11.020 firmas que el mentor del Proyecto Varela, Oswaldo Payá Sardinas (ahora premio A. Sakharoj del Parlamento Europeo) presentó ante la Asamblea Nacional del Poder Popular en mayo de 2001, con apego a las leyes de la República de Cuba. Los activistas del CUTC recorrieron pueblos y ciudades obteniendo apoyos y firmas para el Proyecto Varela. Quizás sólo los mecanismos de una organización sindical logran en tiempo prudencial cumplir esa tarea, acosados por las fuerzas represivas del Departamento de Seguridad del Estado (DSE), siendo detenidos, apaleados y vejados por la policía política. Todo ese proceso fortaleció al CUTC, pero le granjeó el odio más feroz del sistema. Con muchos esfuerzos iniciaron este año con un ambicioso Programa de Formación y el crecimiento cuantitativo y cualitativo de la Biblioteca Sindical Independiente “Emilio Máspero”, con una notable dotación de libros. Los vínculos con la CLAT y la CMT les permitió acceder a la solidaridad internacional. La CNV Internacional de Holanda y la FKA de Alemania han sido y son receptivos para sus necesidades básicas. Muchas veces, sindicalistas y organizaciones de EE.UU. han querido establecer alianzas con el CUTC para integrarlo a su visión hegemónica hacia Cuba. Pero reiterada y firmemente el CUTC ha mantenido su independencia y autonomía frente a sus grandes carencias materiales. El CUTC expresa fervientemente su voluntad de ser totalmente independiente de proyectos políticos y mucho menos instrumento de cualquier interés de Estado, aunque sea de la nación más poderosa sobre la tierra. Eso es absolutamente respetable. El pueblo cubano no debe, no puede y no quiere tener más amo. El pueblo cubano nunca ha sido total y absolutamente libre e independiente. La ambición hegemónica de grandes potencias desde el descubrimiento de América en 1492 puso sus ojos en una isla paradisíaca, la mayor del Caribe, cuya situación geográfica y proyección geopolítica privilegiaba a quien la poseyera. Llave del Golfo de México, en el Atlántico, frente a Sur América y a escasas 90 millas del sur de La Florida con una feraz tierra y un clima ideal. ¿Cuál potencia no la quiso? Y aún ahora, para el proceso de integración de la región y la globalización es un “Bocatto di Cardinale” ¡Pero ya basta de denominaciones de cualquier signo! La libertad tiene que llegar y eso es lo que quiere el CUTC. Los trabajadores nunca serán libres mientras exista un régimen de esta naturaleza en Cuba. El gobierno aplasta sin piedad a todo aquel que se atreva a desafiarlo con el sueño que ha alimentado las grandes transformaciones de la humanidad. Soñar con la libertad en Cuba es un pecado capital que el sistema no perdona. Pero resulta que Cuba es una isla y por tanto ha sido fácil mantenerla aislada. De un lado el poderoso vecino del Norte que nunca nos ha respetado como Nación. Del otro una banda de mafiosos que en nombre de la filosofía marxista impusieron un nuevo orden por la voluntad y enfermizo afán de poder de un barbudo vendedor de sueños que durante muchos años era para un gran número de naciones el adalid de la justicia y la igualdad, paradigma de América Latina. Era el David vengador frente al Goliat del Imperio. Para muchos de los países de Europa, Cuba estaba en las Antípodas y era “asunto de los americanos”. Era una plantación de caña de azúcar que los yankees le quitaron a España en 1902 y que como la mayor parte de los países de Sur América tenía gobiernos frágiles y políticos sin escrúpulos que se alternaban en el poder entre golpes de Estado y elecciones amañadas. Un día el noble pueblo se cansó o se dejó llevar por “un iluminado” que secuestró su voluntad y entronizó una nueva forma de esclavitud que todavía no acaba. Cuarenta y tres años son mucho tiempo, demasiado tiempo. Casi medio siglo. ¿Es eso posible? Pues sí los es, porque NADIE ESCUCHÓ las quejas provenientes de la más larga y numerosa prisión política que ha existido en América Latina. Aunque parezca increíble. Nadie tenía en cuenta que cantidad de compatriotas aún prefieren tener un final espantoso que vivir en un espanto sin fin cuando en frágiles balsas se enfrentan a la ferocidad de los tiburones en el Estrecho de La Florida, al que llamamos “El Corredor de la Muerte”. Los éxodos masivos por el Puerto de Camarioca en 1965, el del Mariel en 1980 y la estampida de 1994 (El Maleconazo) hablaron por sí solos, pero NADIE ESCUCHABA. Mientras, dentro de Cuba, un puñado de hombres y mujeres buscaban la forma de cambiar las cosas. El mundo ha cambiado por el acelerado desarrollo científico y tecnológico. Llegamos a la Globalización que impacta el Universo; y Cuba, pobre, humillada y sometida se convertía en un país aislado y desechable, por lo que su gobierno tuvo que adoptar algunas medidas cosméticas, pero únicamente para mantener la estructura de su ineficiente Estado y su incapaz administración. De modo que negoció con multinacionales o transnacionales, con capitales de alto riesgo, con empresarios sin escrúpulos para seguir explotando a los trabajadores a través de empresas del Estado creadas ad-hoc para contratar por devaluados pesos cubanos mano de obra dócil y barata, mientras el Estado recibe los dólares convenidos con la empresa de que se trate. Y como en Cuba las leyes se hacen al momento de una ocurrencia del “monarca absoluto”, pues, se hicieron leyes y decretos para darle a esos capitales todas las facilidades y exenciones necesarias para estimular y garantizar sus ganancias y su permanencia asociada con el Estado. La liberalización de la tenencia de dólares, la afluencia de extranjeros con el incremento del sector del turismo, los inversionistas, los sucios y corruptores turisexuales en gran número, la creación de tiendas dolarizadas, algunas formas de trabajo por cuenta propia, las actividades non sanctas, han desarrollado en Cuba nuevas formas de sobrevivencia que nada tienen que ver con el desarrollo armónico y sostenido de un país. Por otra parte la otrora gran industria nacional, el azúcar, después haber ido decreciendo paulatinamente, su rendimiento industrial ha terminado con la mayor parte de las usinas que producían el dulce producto, arrojando al desempleo a más de 150 mil trabajadores. Y si a partir de aquí enumeramos los sostenidos fracasos de las cooperativas agrícolas estatales, de las unidades básicas de producción cooperativa, el tan cacareado perfeccionamiento empresarial y todas las mágicas soluciones que el Estado ha inventado sin resultado alguno, llegamos a la triste conclusión que: Cuba ha sido y es un rotundo fracaso, que ni siquiera ha podido mantener un adecuado plan alimentario desde la caída del Muro de Berlín en 1989 a pesar de haber establecido hace una docena de años el llamado “período especial para tiempos de paz”. Entonces, ¿cómo no van a existir expresiones sindicales independientes que traten de defender aunque sea mínimamente los derechos de los trabajadores? Para nadie es un secreto que el sindicalismo mundial de hoy es totalmente diferente del que conocimos a partir de la Revolución Industrial y que tantos mártires produjo en la gran mayoría de los países desarrollados. Ya hemos dicho que el mundo de hoy es otro y que todas las instituciones de cualquier naturaleza han sufrido importantes transformaciones. El sindicalismo no ha sido una excepción. Hoy se atienden intereses de los trabajadores que van mucho más allá de una simple reivindicación económica pero que a veces resulta ser sólo un complemento frente a las necesidades sociales que constituyen objetivos fundamentales de los trabajadores representados por las grandes confederaciones, federaciones y sindicatos. Y por supuesto que tienen gran incidencia en la toma de decisiones de los gobiernos para establecer legislaciones que garanticen su estabilidad y la de su familia, su promoción, su desarrollo integral y el respeto por los DD.HH. tal como se aceptan universalmente. Sencillamente la antigua lucha de clases ha dado paso a otras concepciones en la Era del Conocimiento donde la superación intelectual, la capacidad y la enseñanza y aprendizaje de nuevas profesiones son determinantes en la vida de los seres humanos. ¿Por qué los trabajadores cubanos van a estar aislados de esto? ¿Por qué van a continuar viviendo bajo la conducción de un Estado que castró la iniciativa individual y su creación personal y colectiva? Por eso en Cuba tiene que surgir un sindicalismo independiente como el del CUTC capaz de enfrentarse a la opresión de un sistema anacrónico que irrespeta a los seres humanos. Tómese nota de la importancia que esto tiene cuando en la presente escalada represiva que se lleva a cabo en Cuba se han revelado situaciones que ejemplifican la debilidad del régimen y el temor que le tienen a las organizaciones sindicales independientes. El tenebroso Departamento de Seguridad del Estado creó estructuras sindicales falsas, dirigidas por agentes encubiertos para destruir las expresiones sindicales independientes e incluso uno de sus esbirros ocupaba la máxima dirección de una mal llamada “Confederación” de bolsillo. Al producirse los juicios sumarísimos este agente llamada Aleida Godínez (a) Vilma para el DSE, sin el más mínimo rubor realizó su abyecta función de delación. Eso no ha arredrado a la mayoría de los sindicalistas independientes que continúan de pie enfrentando esta arremetida con toda la dignidad y el honor de que son capaces. Por último quiero hablar del Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC) por el que hemos quebrado lanzas hace muchos años. Por su Secretario General Pedro Pablo Álvarez Ramos, con la mansedumbre de un cordero, pero con la firmeza del acero que erguido y sereno enfrentó la petición fiscal de cadena perpetua de manera tranquila y en paz con su conciencia digna, de luchador social inspirado por el humanismo cristiano que es su divisa y por sus principios y valores fortalecidos en la CLAT y la CMT, así como, con la identificación de sus compatriotas de la Solidaridad de Trabajadores Cubanos, la cual me honro en representar. Y también nuestro fogoso sindicalista-periodista Carmelo Díaz Fernández quien con la petición fiscal de 20 años de condena acompaña a Pedro Pablo en la misma causa. Hablamos de HOMBRES inspirado en los principios y valores del Humanismo Cristiano Integral, basados en las enseñanzas de la Doctrina Social Cristiana, cuyos contenidos para la promoción del ser humano y en especial de los trabajadores reivindica plenamente el valor del trabajo, del capital, de los empresarios, de la solidaridad, de los derechos de cada cual para establecer un marco de justicia social que permita la convivencia armónica de las clases y erradique la anacrónica lucha de clases que ha generado tanto sufrimiento en los países que se abanderaron en este concepto que finalmente han producido más desigualdades y mayor pobreza. Por ellos vengo a clamar ante el sindicalismo internacional y todas sus expresiones, ante los gobiernos e instituciones de DD.HH. que no pueden permitir que en el Siglo XXI se cometan tan abominables crímenes en contra de la dignidad de los hombres, que se ganan el sustento con el sudor de su frente, que son capaces de enfrentar a su peor enemigo sólo con el don de la razón y la palabra y que son abanderados del trabajo, del amor y de la paz para toda la humanidad. Mi grito es: ¡Justicia, justicia, justicia |
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De: tango |
Enviado: 11/03/2004 18:31 |
Reinaldo Cosano Alén LA HABANA, mayo - El sindicalismo cubano ha perdido sus potencialidades de antaño. La razón de ser de todo genuino gremio obrero ha sido desnaturalizada en Cuba. Se esfumó aquel ímpetu porque el patrón es ahora -lo es hace más de cuatro décadas- otro: el Estado todopoderoso, férreo, totalitario, que se arrogó el derecho a suprimir las manifestaciones callejeras y las huelgas, históricamente reconocidas como el arma más efectiva de que disponen los trabajadores para hacer valer sus derechos y conquistas. Desde 1959 son varias las razones que invalidan al obrero cubano en su protagonismo. No puede participar en las negociaciones con extranjeros, que sólo las realiza el gobierno; no obstante ser, de efectivas maneras, cuerpo y alma en la ejecución del negocio. Tampoco le han dejado la libertad y oportunidad de escoger trabajar para un patrón extranjero, que es absoluta potestad estatal y ubica sólo a aquéllos que responden con toda lealtad -camaleónica lealtad- a los intereses del gobierno, o sea del Partido Comunista, que se ha erigido en rector de toda la sociedad. Incluso así, ese desprotegido y "privilegiado" trabajador debe soportar la estafa que significa cobrar su salario en la depreciada y despreciada moneda nacional o pesos con que el Estado paga, aunque el empresario -cual usurero- le cobra en sus amados dólares. El Estado cubano, que es el Partido Comunista, que es el gobierno, no reconoce ninguna otra agrupación sindical que no sea la suya, única oficial y legal: la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Por ese lado ha perdido mucho el que fuera siempre pujante sindicalismo cubano, que está ahora peor que cuando fue dominado por los comunistas de la época pre-castrista, porque el gobierno ahora tritura a los gremios independientes y a sus líderes. El recién concluido XVIII Congreso de la CTC tuvo a su disposición enormes recursos financieros y de prensa; sin embargo, cuando en diciembre pasado Pedro Pablo Alvarez Ramos (secretario general del proscrito Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos) lanzó la idea de efectuar un congreso independiente de su organización -que a la postre no ha podido realizar- fue detenido y amenazado, además de ser acusado por haber recibido financiamiento del exterior. José Orlando González Bridón, secretario general de la Confederación de Trabajadores Democráticos de Cuba (CTDC) y también periodista independiente, está preso desde el 15 de diciembre pasado acusado de difusión de noticias falsas y se espera que lo juzguen y condenen próximamente. Uno de los iniciadores del sindicalismo organizado independientemente de la controlada CTC, Rafael Gutiérrez Santos, que presidió la Unión General de Trabajadores de Cuba (UGTC), luego de soportar ofensas, coacciones y cárcel, debió marcharse al exilio. Como él, otros. El régimen de Fidel Castro no da oportunidad de cumplir los convenios laborales en el exterior a cualquiera, sólo a quienes convenga a los intereses del Partido Comunista y por demostrada lealtad. Aun así, son frecuentes las deserciones estando fuera del país. Por otra parte, si un trabajador va a juicio laboral no estará apoyado por ningún jurista para su defensa, para establecer derechos delante del tribunal. Al contrario, la gerencia laboral se hará representar para rebatir los argumentos del obrero. No pasar por alto que de una forma u otra los representantes de la ley deben obediencia al Partido Comunista, aunque sea obediencia camaleónica. Lo que rara vez ocurre en otros países, en Cuba es práctica cotidiana: expulsar a alguien que disienta de los postulados políticos del régimen, como quien estas líneas escribe que hace diez años fue expulsado del magisterio, sin derecho a reposición e incluso habiendo cumplido la hipócrita estatal apelación -obviamente denegada- de reposición laboral, por discrepar del dogma comunista. Sin jubilación, a pesar de los 35 años de vida laboral activa y continua en que, como todos, por ley estuve tributando a las arcas del Estado el por ciento fijo mensual con que me pagaría mi jubilación, que tampoco es regalo del gobierno. Por todo esto, sabemos que el sindicalismo representativo de los intereses de los proletarios ha fenecido, aunque quedarían varios manojos más de demostraciones, como que al sindicalismo independiente le está vedado la impresión de publicaciones propias, incluso de algún modesto boletín plegable, mientras que la CTC dispone de "Trabajadores", un semanario nacional, y en general de todos los medios de prensa. Tampoco pueden los sindicalistas independientes desfilar en los actos del primero de mayo, Día Internacional del Trabajo, portando pancartas con demandas de mejoras salariales, por ejemplo. ¡Ni pensar en protestas callejeras ni en huelgas! Momificado por el régimen de Castro, el sindicalismo cubano ha perdido sus prerrogativas de antaño. ¡Ojalá se reencuentre! El recuerdo del sindicato polaco Solidaridad debe animarlo. Pero, también es cierto el temor del régimen comunista, pues la semilla está echada con los proscritos sindicatos independientes y, más que todo, con el permanente descontento que causa la falta de libertades y de democracia. |
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De: mfelix28 |
Enviado: 11/03/2004 18:31 |
Principe Negro: Refuerzale la memoria a Tango y explicale que era el sindicalismo cubano antes del 59, quien era Mujal, etc, de paso "por la causa de El Encanto" le comentas que " lo del Encanto" fue un atentado con bomba, no un asunto sindical, a menos que se refiera a la practica sindical antigua. Yo estaba allí, vivía al lado. Curioso que condenado a 20 años en 1961 en 1977 ya estaba fuera. Bueno, es probable que el sindicalismo cubano precise reformas, pero desde puego no acepto las que vengan de Heriberto Fernandez, podían buscarse a alguien que esté en Cuba. Saludos |
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De: SOYPOETAYQUE |
Enviado: 13/03/2004 11:37 |
hola sera que tienes la direccion de la union de jovenes comunistas en cuba, y de la organizacion continental de estudiantes.. atte. jose luis strio. de relaciones del comite civico juvenil tarija |
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De: mfelix28 |
Enviado: 14/03/2004 22:04 |
Soypoetayque: Mira la dirección de Union de Jovenes Comunistas es esta: Lo de organización Continental de estudiantes no lo ví. Saludos |
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