El gobierno dio asilo político a diez balseros cubanos que llegaron hambrientos y deshidratados hace 22 días a la costa atlántica de Honduras, se informó oficialmente el sábado.
''Ellos habían pedido asilo a Honduras por su seguridad... y se les otorgó'', dijo a la AP el director general de Migración, Ramón Romero.
Los balseros, siete hombres y tres mujeres, naufragaron el 1ro de mayo en la barra Las Calderas, a unos 400 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
Habían salido el 25 de abril de Camagüey, en la región central de Cuba, en una balsa que construyeron con pedazos de madera rústica y con un motor fuera de borda de 12 caballos de fuerza.
Viajaron 10 días a la deriva en el mar debido a que el timón de la nave se averió y se quedaron sin combustible. El resto de la travesía lo hicieron a vela.
Los guardacostas hondureños los rescataron cuando estaban agotados, sin alimentos ni agua.
El vocero de los balseros es Mario Chávez, biólogo marino de profesión, quien dijo a los periodistas que ``ni muertos regresamos a Cuba''.
''El viaje fue una odisea, pero gracias a Dios estamos vivos y lejos de Cuba'', agregó.
Según el gobierno, unos 200 balseros han arribado en dos años a las costas hondureñas para luego viajar a Estados Unidos.
Honduras reanudó en enero del 2001 las relaciones diplomáticas con Cuba, luego que ambos países se mantuvieron alejados 39 años.