La identificación del terrorismo islamista con fanatismo religioso abunda en una actitud negativa hacia la religión musulmana, que es la peor valorada.

Tomando el porcentaje de opinión favorable menos el porcentaje de opinión desfavorable el ranking resultante es

1. Católica: 55% 
2. Budista: 25% 
3. Protestante: 12% 
4. Ateísmo: 10% 
5. Musulmana: -12%

A la hora de calificar a los musulmanes:

• un 82% asocia el adjetivo “religioso”, frente a 13% “ateo” 
• un 80% “autoritario”, frente a 13% “democrático” 
• un 62% “fuerza”, frente a 31% “debilidad” 
• un 57% “violentos”, frente a 34% “pacíficos”

A pesar de la relación de ciudadanos marroquíes con el 11-M, si bien se produce un aumento del rechazo a este grupo, no alcanza a la mayoría de la población:

• entre 1996 y 2004 se triplica el porcentaje de españoles que expulsaría a los marroquíes: del 7 al 19% 
• Aumenta el de quienes no se casarían con un marroquí: del 39 al 52%

Ni tampoco se produce un deterioro de la imagen de Marruecos, que como en el invierno de 2002 (según los resultados del Barómetro) obtiene una puntuación de aproximadamente 3,5 en una escala de 0 a 10. En cualquier caso, después de Israel, con un 3,1, los países peor valorados son en su mayoría musulmanes: Irán (3,2), seguido de Marruecos, Arabia Saudí y Libia (3,7).

5. UN INTERNACIONALISMO DESINTERESADO

Si bien se ha especulado sobre la posibilidad de que el 11-M pudiese provocar como reacción el retraimiento de los españoles en política exterior, el 74% defiende un papel activo de España en la política internacional.

Además, dicho porcentaje no ha variado desde el invierno de 2003, en el que según los resultados del 4º BRIE era del 72%.

Los españoles entienden el internacionalismo en términos humanitarios y cosmopolitas, más que realistas y de interés nacional. Se trata de contribuir al desarrollo de los países pobres y de paliar las crisis humanitarias, más que de defender los intereses exclusivamente españoles. Aunque también se entiende que debemos tener poder en la UE, en ningún caso se aspira a ser una superpotencia. El ranking de preferencias sobre la acción exterior española (en una escala de 1 a 4) es:

1. Ayuda al desarrollo de países del Tercer Mundo: 3,5 
2. Envío de ayuda humanitaria en caso de crisis: 3,5 
3. Tener más poder en la UE: 3 
4. Tener una mayor presencia en organismos internacionales: 2,9 
5. Entrar en el G-8: 2,7 
6. Mediación diplomática en Oriente Próximo: 2,5 
7. Influir a favor de los intereses españoles: 2,5 
8. Ser una superpotencia: 2

9. 6. EUROPEÍSMO…

   Como consecuencia del internacionalismo desinteresado que acabamos de observar, en el ámbito concreto de la UE, el 51% cree que “para España lo fundamental debe ser el avance de la Unión Europea, aunque a veces haya que perder algo del poder o los beneficios de nuestro país”, frente al 41% que sostiene que “para España lo fundamental en Europa debe ser  defender sus intereses, aunque haya enfrentamiento con otros países”.

   Un 44% cree que “a largo plazo todos los Estados de la Unión cooperarán en un número mayor de acciones y políticas (defensa, economía, etc.)”, frente al 41% que cree que “habrá grupos de Estados colaborando en unos aspectos pero no en otros”. Respecto a febrero se percibe el clima de mayor optimismo al que ya se ha hecho referencia anteriormente. El escenario de unidad era suscrito sólo por un 33% hace unos meses.

   Se produce un empate entre federalistas (45%) e intergubernamentalistas (43%). Recordemos que en el Barómetro de febrero el porcentaje de intergubernamentalistas fue del 76%. Como quiera que la formulación en este último sondeo fue ligeramente distinta, no podemos establecer con toda certeza si este crecimiento del federalismo es real o producto de la diferencia de mediciones.

   En donde hay un consenso incontestable en el diseño político de la Unión. Sólo un 21% defiende la necesidad de un directorio frente a la mayoría que sostiene la igualdad (73%). A pesar de que el enunciado de la pregunta varía ligeramente respecto a febrero, los resultados son muy similares (12 y 80%). Y ello a pesar de que en la actual formulación se rebaja el grado de polarización.

   Finalmente, se percibe un retorno a Europa. Preguntados por cuál es en su opinión el país más amigo de España, el 28,5% de los españoles piensa que ahora mismo es Francia. A continuación, Alemania y los EEUU serían los siguientes países más amigos, según un 15% de los españoles aproximadamente. Entre febrero y mayo se produce un cambio significativo en la percepción de las alianzas:

   • EEUU cae del 42% al 16% 
   • Francia sube del 12% al 28%, y Alemania del 5 al 15%
   • En cuanto a los límites de la UE, se tiene una visión incluyente. Un 62% piensa que  Rusia debería ser miembro de la UE,  y un 56% que también debería integrarse a Turquía
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