Aquellos que se consideren revolucionaros de corazón, deben estar claros que el proceso que está experimentando Venezuela hoy en día, será recordado por miles de años y tal vez más. Sin embargo, es responsabilidad de los precursores y seguidores de este movimiento, el sentido y significado que le dará la historia a los acontecimientos que le han aportan paso firme a nuestra revolución.
La memoria de los hombres se ha caracterizado por ser poco duradera –“los venezolanos no tienen memoria” dicen muchos cuando se refieren a hechos del pasado-. Pero la historia, y los libros sobre todo –bueno, aquellos que los escriben- son implacables e inmortales, y muchas veces parecen fantasmas andantes que nos persiguen y nos hablan sórdidamente al oído perturbando nuestra privacidad e invadiendo nuestros pensamientos. Por esto compatriotas, no podemos darnos el lujo de cometer errores que les serán facturados, en un futuro distante o cercano, a nuestra revolución.
Es imperativo tomar conciencia de la necesidad de defender este proyecto, pues, se trata de continuar nuestro proyecto de libertad plena, o volver a ser sometidos por la oligarquía. No me refiero a desenfundar un arma. No, ni remotamente. Acuérdense de aquel viejo adagio: “la violencia es el arma de quien no tiene la razón”. Por el contrario, estamos y debemos estar contra la violencia. Actuar con honor y con transparencia en cada una de nuestras acciones es el norte de cada revolucionario.
Qué mejor forma de defender la revolución, que dándole todo el apoyo necesario y el no necesario también, al Presidente de la República Bolivariana, nuestro comandante en jefe. Ya tenemos hora y fecha para hacerlo, 15 de Agosto. No daremos más tregua, pacíficamente ejerceremos el armas más temida por la oposición: el voto a través de las urnas.
¡Ojo! Hay un detalle que debemos tener en cuenta: el laboratorio mediático siempre está preparado para bombardear a los receptores con imágenes de archivo. Pero esta vez, la maniobra no les resultará, ya que adoptaremos planes de ataque. Vestirnos de rojo puede ser una contra en contra de la mediatización opositora. ¿Cómo ocultar la picardía del rojo acompañado de sabor a pueblo? Simplemente es imposible.
Se están rompiendo paradigmas, eso es cierto, como también es cierto que a nuestros adversarios no les gusta jugar limpio. Pero no podemos caer en su juego. Debemos mantener la consigna de nuestro Presidente constitucionalmente electo: “Dentro de la Constitución Bolivariana todo, fuera de ella nada”. Es más, ya tenemos la ventaja de nuestro lado. Son ellos los que han venido a jugar en nuestro terreno y las reglas las pusimos nosotros desde un principio.
Estamos creando un futuro para nuestras generaciones y todo aquel que quiera y esté dispuesto a poner su sudor y su sangre, es bienvenido. Nuestra única meta es mejorar la calidad de vida de todos los venezolanos y venezolanas sin distinción de ningún tipo. Y poco a poco lo estamos logrando. A pesar de todo, el camino recorrido no nos los quitará nadie. Durante cinco años hemos estado construyendo bases, ahora nos toca una tarea más difícil: Construir la felicidad de muchos sobre esas bases. No podemos flaquear en este momento, la patria cuenta con el esfuerzo, la valentía y el heroísmo de cada uno de sus hijos. Unidos no podemos ser vencidos.