El Centro Iberolatinoamericano para la Tercera Edad (CITED), adscripto al Hospital Calixto García, cuenta con una extensa hoja de servicios y valiosas experiencias en la rehabilitación de múltiples dolencias del adulto mayor.

Faustino, que casi no podía sostenerse sobre unas piernas de 77 años, ha comenzado a mover los pedales de la bicicleta estática. Elvia advierte otra energía en sus muñecas y brazos, y al regresar a casa podrá volver a esos quehaceres hogareños que tanto echa de menos.

No son más que tres ejemplos, de las decenas que podemos encontrar entre las memorias —y las estadísticas— del Departamento de Fisioterapia y Rehabilitación del Centro Iberolatinoamericano para la Tercera Edad (CITED), adjunto al Hospital General Calixto García, de la ciudad de La Habana.

Una vez que trascendemos sus puertas, en el primer piso de la entidad, cierta sensación de bienestar se apodera del recién llegado, pues son verdaderamente “ángeles” los que allí reinan, para hacer posible la mejoría de los frecuentes y molestos padecimientos con que llegan hasta ellos los adultos mayores ingresados en el centro, o remitidos por otras instituciones.

La razón de ser del colectivo que los atiende: acrecentar la calidad de vida de esos hombres y mujeres, cuyas canas les han ganado un sitio especial en nuestra sociedad, y merecen todo nuestro respeto, atención y cariño.

Pero acerquémonos al equipo multidisciplinario que desarrolla las diversas acciones terapéuticas y de rehabilitación. Son ellos: Ángel Rosa Fonseca, licenciado en Cultura Física y Terapéutica y máster en esa rama; Tania Méndez, licenciada en Defectología; Grisis Suárez Betan-court, técnica en Fisioterapia; Ángela Collado, técnica en Podología, todos ellos dirigidos por la doctora Susana Hierrezuelo Cortina, especialista de Primer Grado en Medicina Física y Rehabilitación, y jefa del departamento.

“Desde el mismo surgimiento del CITED, en 1992, comenzó a funcionar esta área, expresa la doctora, pues la asistencia que en ella se brinda es complemento directo de muchos de los tratamientos prescritos por los geriatras y otros especialistas. Entre las actividades de rehabilitación que realizamos están los tratamientos posturales, cinesiterapia y mecanote-rapia, termoterapia y electroterapia, y como parte de ellos la masoterapia, entrenamiento para la marcha y el equilibrio, y para los pacientes diabéticos se agrega el cuidado de los pies.”

Una rama de la medicina

Al licenciado Ángel Rosa siempre lo observamos en constante quehacer con los abuelos. Él explica que la Medicina Física y de Rehabilitación es la rama médica que contribuye a prevenir y restaurar las deficiencias, discapacidades o minusva-lías causadas por limitaciones físicas, sensoriales, mentales o sociales.

“Las posibilidades que ella ofrece —agrega— permiten detectar, evaluar y diagnosticar con precocidad e integralmente los procesos incapacitantes de todo tipo en el individuo.”

A continuación señala Ángel que esta especialidad prescribe, dirige, supervisa y evalúa los procedimientos utilizados en la adaptación o readaptación de las personas limitadas a su entorno, con el objetivo de restaurar o restablecer el movimiento, la comunicación humana y la eficiencia psicológica, social y vocacional. Además investiga las causas y mecanismos de las limitaciones, en todas sus formas.

En cuanto a la rehabilitación, en particular, el licenciado expresa que es un proceso combinado, activo y continuo, dirigido a alcanzar el máximo de las capacidades físicas y psíquicas de los seres humanos que han adquirido una condición de desventaja con respecto a otros, para tratar de reincorporarlos con mejores posibilidades a la sociedad.

Por su parte, la rehabilitación geriátrica se encamina a que el anciano mantenga la máxima movilidad, a conservar o restaurar la independencia básica para el desarrollo de la vida diaria, en lo cual es muy importante obtener su confianza y cooperación, y crear en él un sentimiento esperanzador y optimista.

Los tratamientos que se emplean para lograr esos propósitos son individualizados, en períodos cortos de tiempo, y en ellos deben participar todos los especialistas y técnicos del equipo multidisciplinario de asistencia. Entre las dolencias más tratadas están las secuelas de accidentes vasculares encefálicos, el mal de Parkinson, las demencias seniles y Alzheimer, la osteoartrosis y artritis reumatoidea, amputaciones, fracturas, enfermedades respiratorias, y los dolores provocados por sacrolumbalgias, cervi-calgias, ciatalgias, etc.

Componente esencial de este proceso de salud es la familia del paciente. El cuidador del anciano deberá aprender los ejercicios y procedimientos practicados, para que el anciano pueda continuar recibiéndolos en el hogar una vez que concluya el período de asistencia a la institución.

Vale destacar que ninguna de estas acciones podría fructificar si no se vuelca en ellas una alta dosis de cariño por parte de los terapeutas. Es por esa razón que el colectivo del CITED tiene en su haber una numerosa relación de éxitos, pues a su labor diaria adicionan altas dosis de cariño, y coinciden en afirmar que sin la “cariñoterapia”, los ejercicios y tratamientos no darían los resultados esperados.

Sin dudas, este equipo de rehabi-litadores es modelo a seguir por todos aquellos vinculados a tan imprescindibles servicios de salud, para los hombres y mujeres de la Tercera Edad en el país. Más ahora, cuando se encaminan a sobrepasar un siglo de vida útil y placentera.