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General: Hugo Chávez: el 15 de agosto conecté un jonrón que llegó hasta la Casa Blanca
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De: Principe_Negro  (Mensagem original) Enviado: 21/08/2004 02:00
Hugo Chávez: El 15 de agosto conecté un jonrón que llegó hasta la Casa Blanca
Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez
2004-08-19

Nos esperaba en Miraflores, a las diez de la noche. Poco antes, nos habíamos encontrado con el candidato a la gobernación del Estado de Miranda, Diosdado Cabello, que salía de una reunión y estaba enterado de que nos entrevistaríamos con el Presidente venezolano Hugo Chávez Frías: “Prepárense, que seguramente será para largo.” Fueron seis horas de conversación que volaron debajo de un techo de palmas, en el patiecito que queda a un costado de la oficina presidencial, sin más testigos que el frío que en la madrugada envuelve al valle caraqueño.

Sin embargo, con Chávez el tiempo de conversación nunca es demasiado. La mayoría de los temas que llevábamos en nuestra agenda se quedaron sin tocar, mientras otros aparecieron de forma inesperada y matizaron de emoción un diálogo que pretendía seguir las pistas de algunas historias truncas que compañeros, vecinos de la infancia y familiares del Presidente nos revelaron en una peregrinación por Caracas y por los Estados de Lara, Táchira y Barinas.

Queríamos rastrear los detalles que no aparecían en las numerosas –y casi siempre extensas– entrevistas publicadas desde los días de la rebelión militar del 4 de febrero de 1992. Más que reflexiones sobre la historia convulsa de la Venezuela de las últimas décadas, sobre la cual existe otra abundante bibliografía, nos interesaban los rasgos vitales de una personalidad fuera de lo común, turbulenta y sensible. Nos habíamos propuesto descubrir otras muchas facetas de este jefe de Estado que rompe todas las convenciones: suele cantar a mitad de los discursos, y a quien los venezolanos más humildes sienten tan franco y familiar.

Sabíamos que, aun cuando se prolongara durante horas, esta sería una entrevista incompleta con un ser humano que ha vivido muchísimo más de lo que cabría esperar en alguien que acaba de cumplir 50 años de edad. Con él no sentimos esa distancia protocolar, a veces fría, que supone el encuentro con un jefe de Estado. Hugo Chávez nos recibió despejado y animoso, vestido con camisa roja y jeans azul, y nos esperó al pie del elevador, sonriente, con el bate que Sammy Sosa utilizó el 25 de febrero de 1999 en un juego de exhibición en la Ciudad Universitaria de Caracas. Ese día el Presidente ponchó al pelotero dominicano y Sammy le respondió con seis jonrones. “Este no es cualquier bate –dijo con picardía–. Con este les voy a conectar un jonrón a los gringos el día del referendo. Ya lo verán.”

Así fue.

El bate de Sammy Sosa

Van a creer que es mentira, pero yo ponché a Sammy Sosa. La culpa la tuvo él. No durmió esa noche, mientras que yo me acosté temprano. El negro parece que se fue a parrandear y llegó como a las cinco de la mañana... Lo despertaron a las diez. No se quería levantar. Con el estadio repleto, el anuncio de “Chávez contra Sammy Sosa”, y toda una porfía en los medios. Finalmente, el compadre se levantó, se dio un baño, y en eso me dijeron que había ido a un médico, porque estaba muy débil –en realidad no había dormido en dos noches. Se tomó algo así como un estimulante. Me decían: “Usted está loco, Presidente, cómo le va a pitchear a ese hombre, que pega unos batazos a no sé cuántos kilómetros por hora.”

Llegó el negro allá y le tiré una recta afuera. La dejó pasar. Detrás me dio un foul y luego, vino una curvita. ¡Ah, ponchado! Luego me propinó 6 jonrones seguidos. Todavía andan buscando las pelotas por La Guaira. Miren como quedaron marcados los pelotazos. ¡Claro, si bateó con este bate! Él me lo regaló y yo le mandé a poner un barniz para preservar la mancha de los pelotazos. Que se preparen, porque con este bate voy a conectar un jonrón, como ese que voy a dar el 15 de agosto, en el referendo. ¿Cómo fue que le dije a Fidel?: “Agáchate, Fidel, que la pelota va a pasar por arriba de La Habana, hasta la Casa Blanca. Y si ves que no llego, dame un impulsito.”

Pero con este bate de Sammy Sosa, ahí sí que el batazo no para hasta Washington…

(Parte de una entrevista realizada por los periodistas Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez, para un libro en preparación, Chávez nuestro)



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