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General: METODO IMPERIALISTA
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De: matilda  (Mensaje original) Enviado: 30/08/2004 22:31
El nuevo método imperial
Osvaldo Bayer
Página/12 - Buenos Aires

No todo es en vano. Ayer, al levantarse, el lector en
Alemania pudo leer una noticia que lo elevó a una
esfera superior del contento y la satisfacción. Como
si hubiese, de pronto, escuchado el Concierto Italiano
de Juan Sebastian Bach, ese Dios de la Música. Nada
menos que, a página entera, el texto de la declaración
del Instituto Germano para los Derechos Humanos acerca
de la denominada “Guerra contra el terror” impuesta
por George W. Bush.

No puede ser. Los métodos ya oficiales para asegurarse
el dominio. La tortura por los soldados vencedores, el
bombardeo en cualquier momento de barrios enteros con
niños, mujeres embarazadas y enfermos cuando lo manda
un asesino con tres estrellas en el hombro, la
ametralladora contra lo que se toma como sospechoso.

Bush con su “Guerra contra el terror” ha manchado para
siempre el honor del pueblo estadounidense. Es una
bravata de truhanes y crueles, como todos los
superficiales. Guantánamo, nada menos que en tierra
cubana. Los prisioneros iraquíes desnudos formando una
pila de carne, dolor y saliva mientras los
torturadores de las bandas y estrellas sonríen
bobamente en una masturbada unisex. La mejor manera de
enseñar democracia.

Y el Instituto Germano para los Derechos Humanos da su
opinión con mucha humildad y ciencia. No a las
torturas de prisioneros, al bombardeo de ciudades
indefensas, al ametrallamiento de civiles en la calle.
A nada de eso –dice el Instituto– se lo puede
calificar oficialmente como “Guerra contra el terror”.
Ese término está contra todos los principios de los
derechos humanos y de las leyes internacionales. No se
puede seguir ni usando ni empleando. Paren, eso no, no
son dueños de la vida y la muerte aunque se lo crean y
lo ejecuten.

El documento publicado justo el día –en su sexagésimo
aniversario– de la liberación de París de la bestial
ocupación nazi se pregunta con todo respeto pero sin
ambages: “¿Guerra global contra el terrorismo?”. Y
continúa: “La metáfora bélica introducida por Estados
Unidos: ‘guerra global contra el terrorismo’ para
combatir el terrorismo es discutible. Se basa en un
concepto bélico antijurídico, que busca significar
‘dureza’ y ‘cruzada de larga duración’, pero no en un
concepto bélico del Derecho Internacional. En el caso
de Estados Unidos, sucesos como el de Abu Ghraib
dejaron bien en claro que se ha llegado a una negación
selectiva de las propias obligaciones de Derecho
Internacional como parte de dirigir una guerra”.

Claro, es difícil declararse en general a favor o en
contra de lo militar para combatir el terrorismo.
Pero, básicamente, la lucha contra el terrorismo no
debería interpretarse como una “guerra”, sino ayudarse
con los medios que están a disposición y los que se
están creando de los servicios de informaciones, la
policía y la Justicia. El recurso de recurrir a la
guerra valdría sólo como una excepción a raíz de los
enormes peligros para la población civil y tendría que
estar bajo una observación severa (monitoring).

Aquí podríase pretextar que las operaciones militares
mencionadas –Operation Enduring Freedom, en Afganistán
y Operation Iraqi Freedom, en Irak– son excepciones.
Pero las expresiones del gobierno norteamericano hacen
creer en una guerra sin término, conocida como la
planificación estratégica de los Estados Unidos. Y
aquí nace la pregunta de cómo influirá esto a la
estrategia de la NATO y qué efectos tendrá sobre los
ejércitos europeos.

Por eso, el documento establece y recomienda: “El
gobierno alemán y el Congreso deberían entender a la
lucha contra el terrorismo internacional en la
investigación y la identificación de la criminalidad
internacional y de ninguna manera seguir el concepto
bélico establecido ahora por el gobierno de la USA”.

En Afganistán y en Irak fueron probablemente muertos
varios miles de civiles en el marco de operaciones
militares sin que hasta hoy los Estados que llevaron
adelante esas acciones hayan publicado estadísticas de
civiles muertos y heridos. Los Estados Unidos y sus
aliados de guerra tampoco han contestado la acusación
de haber vulnerado los derechos humanos. Ni han hecho
cumplir prisión a los culpables ni se han tomado
medidas para que se prevengan hechos como los
ocurridos. En las investigaciones no participaron
jueces ni observadores neutrales, sólo militares
estadounidenses. No han quedado aclarados hasta hoy
crímenes de guerra muy graves, cuya amplitud no ha
podido ser calculada (por ejemplo, cuántos prisioneros
fueron afectados, cuántos protagonistas actuaron en
los crímenes, etc.).

Se señala que ante la denuncia de la falta de respeto
a los derechos humanos en Guantánamo, en Irak y en
Afganistán no se ha notado ningún cambio en los
métodos de las fuerzas norteamericanas. El sistema de
prisión en secreto sin acusación y sin juicio sigue
existiendo. Toda investigación es negada. La
aceptación de faltas graves ha sido reconocida por el
gobierno de EE.UU. sólo en algunos casos aislados:
faltas de soldados y mujeres soldados que salieron a
la luz por fotos llegadas a la prensa. En este sentido
también son responsables los gobiernos que han enviado
tropas a esos lugares y que son testigos de cargos
graves pero hasta ahora han guardado silencio. Por
eso, en el futuro, las organizaciones internacionales
tienen que acusar también a las representaciones que
guardan silencio ante los crímenes de guerra del país
protagonista.

En la “Recomendación 2”, el documento le señala al
gobierno y al Parlamento alemán que deben revisar con
detenimiento cualquier invitación a participar en
investigaciones sobre actos de terrorismo. Para
aceptar tal “invitación” debe existir siempre un
mandato de Naciones Unidas, a través de su Consejo de
Seguridad, en el cual debe figurar un claro compromiso
de respeto de los derechos humanos y el derecho
internacional humanitario. No debe existir ninguna
“rebaja por terror”, es decir la autorización de
graves acciones contra el individuo tomando como
excusa al terrorismo, y por eso cada acción debe
ponerse en conocimiento de la comisión de derechos
humanos de la ONU. Civiles hombres y mujeres de
Afganistán han sido víctimas de acciones que jamás
fueron dadas a publicidad. Lo mismo está ocurriendo en
forma cada vez más numerosa en Irak. Se recomienda en
ese sentido que el Centro Antiterrorista del Consejo
de Seguridad de la ONU debe llevar estricta cuenta de
cada una de las acciones.

En las relaciones bilaterales de los pueblos debe
observarse atentamente lo que los gobiernos llevan a
cabo con grupos de oposición a los que acusan de
terrorismo. Las relaciones bilaterales deben servir
para cumplir con la obligación moral de que no se
cometan acciones “antiterroristas” que sólo tienen
como motivo el fin político de hacer desaparecer a la
oposición. En ese sentido, no han quedado claras
varias acciones realizadas por los gobiernos de la
República Popular China, la Federación Rusa e Israel.

Se señala también que ninguna fuente de justicia puede
tomar como prueba las declaraciones contra sí mismos
de los prisioneros de Guantánamo o de toda prisión
donde se han producido maltratos a presos. Tampoco
reconocer condenas a prisioneros en países donde se
persigue a los defensores de los derechos humanos.
Más todavía, el documento del Instituto recomienda al
gobierno alemán acciones de protección a las
organizaciones y personas defensoras de los derechos
humanos en todo el mundo.

El documento deja una estela de dignidad que es
difícil que pueda olvidarse: la obligación de
denunciar de toda comisión civil o comisión militar
cada vez que se comprueben los casos de tortura de
prisioneros o de humillación de las poblaciones
invadidas. Para combatir al terrorismo no hay que caer
en la indignidad y los métodos deshumanizados. Sí se
deben aumentar las armas científicas y de vigilancia
que no permitan atentados que dejan víctimas
inocentes. Y despreciar mundialmente a personajes como
Kissinger, aquel solapado canciller estadounidense que
apañó el sangriento Operativo Cóndor de las dictaduras
militares sudamericanas.

No al nuevo método terrorista mundial: la llamada
“Guerra global contra el terrorismo”. Es hora de
comenzarlo en las esferas de los gobiernos. Es
obligación de conciencia y de nobleza.






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