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General: Eleciones en Uruguay
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: RudolfRocker1  (Mensaje original) Enviado: 30/10/2004 22:57



> [Me llega este otro texto sobre la coyuntura uruguaya, con la perspectiva
> que quieren vender los eventuales triunfadores en las próximas elecciones.
> Al respecto, reitero mi petición anterior de lo que puedan ser
perspectivas
> consecuentemente anarquistas sobre esta situación, o es que debe aceptarse
> que para Uruguay - como para el resto de Latinoamérica - lo único
tolerable
> son estas dosis homeopáticas y muy diluidas de reformismo que ahora
recetan
> los matasanos de la izquierda marxista. NM]
>
> De la hegemonía cultural a la hegemonía política
> La izquierda uruguaya
>
> Raúl Zibechi
>
> El Frente Amplio es un caso único en América Latina, en virtud de la
> profunda penetración que la izquierda consiguió en la sociedad uruguaya.
La
> hegemonía política, que está a punto de conseguir, fue precedida por una
> hegemonía cultural construida en las tres últimas décadas.
>
> Desde el punto de vista de las alianzas, el programa y las estrategias, la
> izquierda política uruguaya agrupada en el "Encuentro Progresista-Frente
> Amplio-Nueva Mayoría" es una fuerza de centroizquierda, que incluye desde
> los revolucionarios radicales hasta personalidades de centroderecha. Pero
si
> la observamos desde la base, estamos ante una extensa red sociocultural
que
> llega a todos los rincones del país y a todos los sectores sociales, e
> incluye las más diversas manifestaciones de la vida: desde las relaciones
> familiares hasta el deporte y la cultura.
>
> Una y otra realidad han conseguido convivir en armonía -no exenta de
> desencuentros puntuales- del mismo modo que los diversos sectores que
> componen la alianza han alcanzado formas de cohabitación estables y
> duraderas, sobre la base de dejar de lado las disputas ideológicas y
> concentrar fuerzas en la conquista del gobierno.
>
> La unidad como estrategia
>
> Cuando fue fundado en 1971, el Frente Amplio recogió dos de las tres
> tradiciones de la izquierda uruguaya: comunistas y socialistas se unían
por
> primera vez, quedando fuera sólo las corrientes anarquistas(1) . En esa
> alianza, participaron desde el comienzo sectores que se identificaron con
la
> lucha armada del Movimiento de Liberación Nacional-Tuparamos. Hasta ahí se
> trataba de los acuerdos habituales en la izquierda. Sin embargo, confluyó
> también la Democracia Cristiana (que en otros países, y en esos años,
> rechazó cualquier colaboración con la izquierda), y sectores desgajados de
> los partidos tradicionales, entre ellos destacados ex ministros como
Zelmar
> Michelini, y grupos nacionalistas, o blancos, que abandonaron su partido
en
> diversos momentos de los conflictivos años 60.
>
> Sellar la unidad de semejante heterogeneidad, no fue sencillo. Fueron los
> comunistas quienes mostraron mayor flexibilidad para atraer aliados,
> cediendo en los puntos que provocaban más fricciones. La izquierda tuvo
> habilidad como para colocar a su frente -en un momento de gran
polarización
> política con la guerrilla y los sindicatos- a un general de larga y
> destacada carrera en las fuerzas armadas: Liber Seregni. Desconocido hasta
> el momento en que fue proclamado como candidato a la presidencia por el
> Frente Amplio, Seregni mostró habilidades de estratega, priorizando la
> negociación y el diálogo por sobre la confrontación y el ensanche del
> espectro de alianzas sin medir las opciones ideológicas; actitudes que en
su
> momento pudieron ser atacadas por excesivamente pragmáticas, pero que
> rindieron casi siempre buenos dividendos.
>
> Sin embargo, fue la dictadura (1973-1985) la que selló la unidad de la
> fuerza recién nacida, y buena parte de su legitimidad. A partir de la
> reinstalación de la democracia, la izquierda no sólo recuperó su legalidad
> sino un lugar muy destacado en el escenario político. La legitimación fue
> notoria a través del reconocimiento de sus dirigentes, que trascendió
> fronteras políticas e ideológicas, no sólo en el caso de Seregni, sino
> también de dirigentes tupamaros como Raúl Sendic, que soportó con entereza
> trece años de torturas y prisión en condiciones muy duras, pasando meses
en
> aljibes con el agua hasta los tobillos. La dictadura consolidó la
identidad
> de la izquierda, tanto a nivel de las bases como de los dirigentes, a
través
> de una suerte de "pacto de sangre" que selló lealtades. En paralelo, los
> cambios políticos operados por las dictaduras, y luego profundizados por
el
> neoliberalismo, fueron homogeneizando la variedad de estrategias y formas
de
> lucha, que quedaron focalizadas en las elecciones y el cambio a través del
> acceso constitucional al gobierno.
>
> La hegemonía cultural
>
> Fue bajo el autoritarismo cuando la izquierda, como cultura de oposición y
> resistencia, se fue haciendo hegemónica en las principales manifestaciones
> culturales y de la vida cotidiana colectiva. Pese a la dura represión y la
> emigración masiva, la cultura de izquierda se conservó replegándose en el
> entorno familiar, donde perduró con fuerza y se recreó en base a
> solidaridades fuertes. En este punto, debe introducirse un breve
paréntesis,
> ya que la peculiar historia del Uruguay está impresa de muchas maneras en
la
> propia izquierda, pero a su vez es un factor clave para explicar su fuerza
> actual.
>
> Uruguay no tuvo oligarquía, y fue gobernado desde comienzos del siglo XX
por
> una "clase política" separada de la burguesía comercial, dominante en lo
> económico. La impronta de José Batlle y Ordóñez (el "batllismo"), dos
veces
> presidente luego de 1904, arquitecto de una avanzada legislación social,
de
> un Estado laico con vocación social y empresarial, y árbitro conciliador
de
> las disputas sociales, generó un clima de paz y estabilidad. La baja
> densidad de población, el abrumador predominio de la población europea y
la
> escasez de conflictos internos de envergadura a partir de la derrota, en
> 1904, de las episódicas insurrecciones rurales acaudilladas por los
> "blancos", pavimentaron el proyecto socialdemócrata. La homogeneidad
étnica
> y sociocultural se tradujo en el predominio de una cultura de clases
medias,
> que hizo de la educación su forma de ascenso social. La historia del país
> fue modelada por el "batllismo", aunque con el tiempo el Partido Colorado
se
> convirtió en una suerte de "partido de Estado", y con ello apareció la
> corrupción, el clientelismo y formas diversas de autoritarismo, aún en
> democracia.
>
> Al hundirse el país batllista luego del fracaso del modelo de sustitución
de
> importaciones, hacia fines de los 50, la izquierda fue la heredera de
aquel
> imaginario de progreso en paz e igualdad de oportunidades, con un Estado
> regulador y contenedor de las diferencias de clase. También puede decirse
> que sin la peculiar historia del "país batllista", no hubiera sido posible
> construir una izquierda unitaria, creíble para la inmensa mayoría de los
> uruguayos de todos los sectores sociales.
>
> La izquierda consiguió la hegemonía cultural mucho antes de ser mayoría
> electoral. La Universidad estatal y el teatro son, desde hace más de medio
> siglo, baluartes no partidizados de una izquierda de capas medias. Hacia
los
> 60, la cultura de izquierda era ya hegemónica entre los profesionales y
los
> universitarios(2) . Con los años, la izquierda como sentimiento se fue
> haciendo mayoritaria en la música popular, en el carnaval y en las
> principales manifestaciones de masas, incluyendo a algunas destacadas
> estrellas del fútbol, que no ocultan sus preferencias por el Frente
Amplio.
> La gestión municipal de Montevideo, desde 1990, donde reside la mitad de
la
> población del país, contribuyó a afianzar y profundizar esa hegemonía
> cultural y social, sin la cual la izquierda no podría soñar con llegar a
ser
> gobierno. Pero, ¿en qué consiste esa hegemonía? En que las ideas-fuerza
que
> encarna el Frente Amplio (Estado social, gobierno honesto, soberanía
> nacional, justicia social, entre otros) se han convertido en el "sentido
> común" de los uruguayos de comienzos del siglo XXI.
>
> Una red social de base
>
> Desde sus primeros pasos, el Frente Amplio aportó una originalidad que
será
> con los años una de las claves de su penetración en la sociedad: los
comités
> de base, donde se agrupan militantes y activistas de todas las corrientes
> que lo integran. La tupida red de comités se convirtió en espacios de
> socialización, en los que se fue fraguando una identidad frenteamplista
que
> subsumió las identidades previas de los sectores que lo conforman. Esta es
> una de las peculiaridades de la izquierda uruguaya: la unidad es mucho más
> que la suma de las partes, es "otra cosa", que marca diferencias con otros
> modelos y procesos.
>
> La red capilar de la izquierda es impresionante. Hace dos años el Frente
> Amplio (FA) tenía 207 mil adeherentes o afiliados, en un país de 3
millones
> de habitantes, o sea uno cada poco más de diez adultos(3) . En las
> elecciones de 1999 el FA cosechó unos 800 mil votos, lo que supone que
están
> "organizados" nada menos que uno de cada cuatro votantes y uno de cada
diez
> electores. Actualmente hay unos 300 comités de base, pero en la transición
> democrática llegaron a existir unos 500 comités sólo en Montevideo (1,2
> millones de habitantes), uno cada 2.500 habitantes. Una red semejante está
> en la base del sostenido crecimiento de la izquierda uruguaya, pero es
> además lo que le permitió permanecer y seguir adelante pese al fracaso del
> socialismo y a las sucesivas derrotas electorales.
>
> Un hito trascendental para comprender el crecimiento de la izquierda, fue
la
> aprobación en 1986 de la ley de caducidad (o ley de impunidad). Aprobada
por
> blancos y colorados, sancionó que el Estado uruguayo renuncia a juzgar y
> castigar a los militares implicados en las violaciones de los derechos
> humanos. Para una población acostumbrada a vivir en un país donde todos
eran
> iguales ante la ley, fue un mazazo. La reacción fue el nacimiento de un
> impresionante movimiento social para derogar la ley de impunidad, que se
> tradujo en la formación de unas 300 comisiones barriales en todo el país,
> integradas no sólo por frenteamplistas sino también por blancos y
colorados
> progresistas. El debate nacional generado durante más de dos años en las
> redes sociales de base, rompió los límites políticos, sociales y
geográficos
> de una izquierda que hasta ese momento estaba confinada a la capital. A
> partir de ese momento, y pese a la derrota del referéndum, arribaron al
> Frente Amplio nuevos sectores desgajados de los partidos tradicionales,
que
> fueron recogidos en la sigla Encuentro Progresista, primero, y Nueva
> Mayoría, más tarde.
>
> Para la izquierda fue posible frenar las privatizaciones y el
> neoliberalismo, otra peculiaridad del proceso uruguayo, no sólo a través
de
> la movilización sino de la recuperación de la potente tradición estatista
> nacida con el batllismo. De ahí que el referéndum contra las
privatizaciones
> de 1992 tuviera el 70% de respaldo, mientras la izquierda no llegaba aún
al
> 30% de los votos. En pleno auge privatizador en todo el mundo, el "sentido
> común" de los uruguayos indicaba que era un mal camino. En cierto momento
a
> lo largo de las dos últimas décadas, ese sentido común se fue volcando a
la
> izquierda, que quedó a su vez como la única fuerza política capaz de
ponerlo
> en movimiento.
>
> Crisis neoliberal y acceso al gobierno
>
> La crisis del neoliberalismo aceleró el fin de los gobiernos de la
derecha,
> pero en realidad el triunfo de la izquierda era sólo cuestión de tiempo,
ya
> que tendencias presentes en la sociedad, históricas pero también
> generacionales, fueron erosionando de forma irreversible la hegemonía de
los
> partidos tradicionales.
>
> La crisis económica de 2002, fue letal para la derecha. Una idea del
tamaño
> del cambio en curso, es el desmoronamiento del Partido Colorado, que pasó
en
> pocos años de más del 40% del apoyo popular a un raquítico 10% de las
> intenciones de voto. La recesión se instaló en Uruguay en 1999, de la mano
> del estancamiento de la economía argentina. Entre enero y julio de 2002 el
> riesgo país pasó de 220 a 3.000 puntos; la corrida financiera se llevó el
> 45% de los depósitos bancarios; el precio del dólar se duplicó y el
producto
> bruto interno cayó a la mitad del de 1998. La desocupación trepó al 20% y
el
> porcentaje de la población por debajo del índice de pobreza alcanzó el
40%.
>
> En Uruguay la crisis del modelo no generó una situación de crisis política
> ni de desestabilización, y fue canalizada hacia el terreno electoral, en
un
> país donde el Estado, aún debilitado, todavía funciona; donde la cultura
> política desplazó, hace mucho tiempo, el centro de gravedad de lo
> político-social a lo político- electoral.
>
> ¿Podrá esta izquierda cambiar el país? Depende qué entendamos por cambiar.
> Si se trata de gestiones estatales más honestas, más ordenadas y más
> favorables a los pobres, ello está fuera de duda. Si se trata de salir del
> neoliberalismo y contribuir a implantar un modelo de desarrollo más justo
y
> equilibrado, parece dudoso que una izquierda moderada en un pequeño país
muy
> endeudado, pueda gestionar cambios de rumbo de larga duración. La
impresión
> es que todo dependerá de la relación de fuerzas regional -en particular de
> los papeles que decidan jugar Brasil y Argentina-, pero también de que el
> debilitado movimiento social -centrado aún en los trabajadores con empleo
> fijo-, consiga superar su crisis e incluir a los nuevos pobres, que son
los
> más interesados en cambios radicales de largo aliento.
>
>
> Notas:
>
> (1) El Frente Amplio recogió íntegramente el programa de la Convención
> Nacional de Trabajadores, creada en 1964, y del Congreso del Pueblo,
> confluencia de más de 700 organizaciones sociales, que sesionó en 1965:
> nacionalización de la banca y el comercio exterior, no pago de la deuda
> externa, reforma agraria.
>
> (2) Dos muestras de esta presencia son el semanario Marcha, uno de los más
> prestigiosos de América Latina; y la creación del colegio de médicos que
fue
> bautizado, ya en 1920, como Sindicato Médico del Uruguay, que alentó el
> sistema mutual en la salud al que están afiliados desde hace décadas la
> mayoría de los montevideanos.
>
> (3) Los "adherentes" pagan una cuota mensual y eligen las autoridades de
su
> comité y del Frente Amplio; los comités de base se agrupan en
coordinadoras
> zonales de las que existen 18 en Montevideo y otras tantas en el Interior.
> Las bases tienen delegados en el Plenario Nacional y la Mesa Política,
> órganos permanentes de dirección entre congresos.
>
>
>


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Setimatompeta2 Enviado: 30/10/2004 23:20
que no conocen el  poder de  sintesis . meba  allevar  todo el dia  leer esto  y un dineral  en el civer . mejor paso ....saludos  pablo


 
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