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General: UN POCO DE LUCIDEZ PARA EL OJO IDIOTA
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: matilda  (Mensaje original) Enviado: 04/11/2004 18:32
Extractado (por supuesto, tratándose del comandante)del discurso de clausura del V ENCUENTRO SOBRE GLOBALIZACION Y PROBLEMAS DEL DESARROLLO: FIDEL CASTRO RUIZ, La Habana 14 de febrero de 2003
Saludos Revolucionarios
 
El pasado 28 de enero, cuando hablé en ocasión del 150 aniversario del natalicio de José Martí, recordé y analicé varios discursos pronunciados por el Presidente de Estados Unidos. Citaré en esta ocasión solo algunos párrafos que hablan por sí mismos: "Vamos a utilizar cualquier arma de guerra que sea necesaria." "Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que tomar una decisión: o está con nosotros o está con el terrorismo." "Esta es una lucha de la civilización." "Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos los tiempos dependen de nosotros." "Y sabemos que Dios no es neutral." [20 de Septiembre de 2001]. "Nuestra seguridad requerirá que transformemos a la fuerza militar que ustedes dirigirán en una fuerza militar que debe estar lista para atacar inmediatamente en cualquier oscuro rincón del mundo, [...] que estemos listos para el ataque preventivo" [...]"Debemos descubrir células terroristas en 60 o más países." "Estamos ante un conflicto entre el bien y el mal." [Discurso ante los cadetes en el 200 aniversario de West Point, 1 de junio de 2002] "Estados Unidos le pedirá al Consejo de Seguridad de la ONU que se reúna el 5 de febrero para considerar los hechos sobre los desafíos de Iraq al mundo." "Vamos a consultar, pero que no haya malos entendidos. Si Saddam Hussein no se desarma plenamente, por la seguridad de nuestro pueblo y por la paz del mundo encabezaremos una coalición para desarmarlo." "Y si nos obligan a ir a la guerra, vamos a luchar con el pleno poderío de nuestras Fuerzas Armadas." [Declaración ante el Congreso, febrero 5 del 2003]

Aunque el Presidente Bush expresa su convicción de que Dios no es neutral, lo cierto es que el Papa Juan Pablo II y casi todos los jefes religiosos del mundo están contra esa guerra. ¿Quién interpreta realmente los designios del Señor? (Aplausos.)

Aquí se discutía hace dos días cuál será el futuro de la humanidad. Algunos preguntaban qué vendría después de la globalización, si sería largo o breve el actual orden económico mundial, cuánto durará el nuevo sistema imperial. Intentaré con gran riesgo improvisar una respuesta a esas preguntas, sobre las que he meditado más de una vez.

Parto de algunas convicciones íntimas, en las cuales creo firmemente. Los hombres no hacen la historia. Los factores subjetivos pueden adelantar o retrasar los grandes acontecimientos, incluso por períodos relativamente largos, pero no constituyen el factor determinante, ni pueden impedir el desenlace final. Accidentes de gran trascendencia de origen humano o de origen natural, una guerra nuclear, la destrucción acelerada del medio ambiente y el cambio relativamente brusco del clima, pueden alterar todos los cálculos o pronósticos que hacen los más preclaros talentos de nuestra especie. Ambas cosas podrían todavía evitarse.

Los factores objetivos derivados del propio desarrollo de la sociedad humana son los que determinan los acontecimientos. La economía no es una ciencia natural, no es ni puede ser exacta; es una ciencia social. Conceptos e ideas, tendencias y leyes surgidas en una época dentro de un sistema económico y social determinado, tienden a perdurar en el tiempo, aun cuando tales sistemas estén agotados o hayan desaparecido, lo cual no pocas veces perturba la interpretación más correcta de los acontecimientos. La enorme diversidad de opiniones y teorías que se escuchan en los encuentros o reuniones de las ciencias sociales son una prueba de ello. Servirán igualmente de ejemplo los enormes errores que se cometen en cualquier proceso revolucionario profundo.

De la política me parecería mejor decir que es una mezcla de ciencia y de arte, aunque más de arte que de ciencia.

Nunca debe olvidarse que tanto en uno u otro caso, la responsabilidad de la tarea corresponde a los seres humanos, y estos son tan variados y variables como partículas llevan en las combinaciones de su mapa genético.

De la historia se puede sacar una lección en la que suelo insistir. Solo de las grandes crisis han surgido las grandes soluciones. Entiendo que de esta regla escapan muy pocas excepciones.

Nos encontramos hoy ante una gran crisis generalizada, tanto económica como política. Tal vez la primera de carácter plenamente global.

El orden económico prevaleciente ni es sostenible ni es soportable (Aplausos). No tiene solución posible sin grandes y profundos cambios. No es necesario abundar en datos, que aquí y en todas partes se repiten, para comprender la realidad. Los ejemplos de crisis locales, regionales y hemisféricas que se repiten con creciente frecuencia lo demuestran. De ellas no se libran ni países pobres ni países ricos. Muchos partidos están sumidos en total descrédito. Los pueblos se hacen cada vez más ingobernables. Los organismos financieros internacionales e instituciones afines como la OMC, o grupos de superricos como el de los 7, no encuentran ya dónde reunirse. Las organizaciones y los movimientos sociales afectados o sensibilizados por la tragedia que vive el mundo se multiplican en todas partes. Las tecnologías modernas han hecho posible la transmisión de mensajes sin acudir a la ayuda de los medios tradicionales de comunicación.

A pesar de los 800 millones de analfabetos que todavía existen, miles de millones de personas de una forma o de otra tienen acceso a determinadas informaciones y sufren a diario las calamidades del desempleo, pobreza, carencia de tierras, insalubridad, inseguridad; falta de escuelas, techos, condiciones higiénicas mínimas, autoestima y reconocimiento social. Hasta la propia publicidad comercial consumista exacerba la conciencia de sus propias carencias y desesperanzas.

No hay forma de continuar el engaño sistemático, no es posible matarlos a todos; son ya más de 6 220 millones los habitantes del planeta, que en solo un siglo se han multiplicado por más de cuatro veces. Al ejército de descontentos del Tercer Mundo se unen millones de trabajadores instruidos, y hombres y mujeres de los sectores profesionales y de las capas medias de los países desarrollados, cada vez más preocupados por su propio destino y el de sus hijos, al ver envenenarse el aire, las aguas, los suelos, las plantas y desaparecer lo agradable de cuanto los rodea, producto de la irresponsabilidad y la anarquía en el uso de los recursos naturales. La existencia de los ciudadanos en cualquier parte se convierte cada vez más en una lucha por la supervivencia.

Que la humanidad no tiene otra alternativa que cambiar de rumbo, es algo que no puede dudarse. ¿Cómo cambiará? ¿Qué nuevas formas de vida política, económica y social adoptará? Es la pregunta de más difícil respuesta, lo cual me conduce a la última idea que deseo expresar.

En esto el factor subjetivo deberá desempeñar su papel más importante, y para ello debe ser informado e incitado a pensar.

Transmitir información, alentar debates, crear conciencia, será tarea de los más avanzados. Un ejemplo alentador de nuevos métodos de lucha fue el Foro Social Mundial de Porto Alegre. Las cien mil personas que allí se reunieron a meditar y debatir han mostrado una imagen de las fuerzas emergentes e impulsoras de los cambios que objetivamente se imponen en el mundo.

En Cuba llamamos a esta lucha Batalla de Ideas. En ella estamos fuertemente enfrascados hace ya tres años y dos meses. Más de cien programas sociales han surgido de esa lucha, la mayoría consagrados a la educación, la cultura general y artística, la masificación del conocimiento, la revolución de los sistemas de enseñanza escolar, la divulgación de conceptos sobre los más variados temas políticos y económicos, el trabajo social, la multiplicación de las posibilidades de realizar estudios superiores, la búsqueda a fondo de los problemas sociales más sensibles, causas y soluciones; la meta de alcanzar una cultura general integral, sin la cual no bastaría obtener un título profesional universitario para dejar de ser analfabeto funcional.

Son ambiciosos nuestros planes, pero estamos realmente alentados por los resultados que vamos obteniendo.

A pesar de que el mundo atraviesa una gran crisis económica, nuestro país ha logrado reducir el desempleo a 3,3%; esperamos a finales de este año reducirlo a menos de 3%, con lo cual ingresaríamos a la condición de país con pleno empleo (Aplausos). Quizás lo más útil de nuestros modestos esfuerzos en la lucha por un mundo mejor será demostrar cuánto se puede hacer con tan poco si todos los recursos humanos y materiales de la sociedad se ponen al servicio del pueblo.

Ni la naturaleza debe ser destruida, ni las podridas y despilfarradoras sociedades de consumo deben prevalecer. Hay un campo donde la producción de riquezas puede ser infinita: el campo de los conocimientos, de la cultura y el arte en todas sus expresiones, incluida una esmerada educación ética, estética y solidaria, una vida espiritual plena, socialmente sana, mental y físicamente saludable, sin lo cual no podrá hablarse jamás de calidad de vida.

¿Acaso algo impide que podamos alcanzar tales objetivos?. ¡Queremos demostrar lo que todos proclamamos: que un mundo mejor es posible!. ¡Ha llegado la hora de que la humanidad comience a escribir su propia historia!

Muchas gracias.


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