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General: No existe una oposición legítima en Cuba
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Principe_Negro  (Mensaje original) Enviado: 15/01/2005 01:12
No existe una oposición legítima en Cuba

Luis Ortega
El pasado domingo ya apareció Raúl Rivero escribiendo en las páginas del suplemento en español del Herald. El hombre se mueve ya como las estatuas que bajan del pedestal para dar razón de sí mismas. Pero Rivero no ataca con ferocidad al régimen de Cuba que lo mantuvo en prisión . Lo que hace es divagar. Deja caer palabras cargadas de misterio. Se debe suponer que un hombre que sabe que tiene la razón, y que la ejerce con coraje, cuando sale de una prisión que considera injusta, tan pronto tiene la oportunidad de gritar, lo hace a plena voz y denuncia a los que lo apresaron. Cuando Castro salió de la cárcel en 1955 era difícil contenerlo, y su voz resonó en el país con una dureza nunca vista. Pero ahí está la gran diferencia. El uno, Castro, era como una fuerza del destino que salía de la prisión, que no podía contenerlo, para transformar el país. El otro, este Raúl Rivero, sale de la prisión para bordar croniquillas en el extranjero. Para decir cosas a media lengua. ¿Cómo se explica que ninguno de los presos que salen ahora de las prisiones cubanas puede alzar la voz para conmover al mundo? ¿Por qué aún en el extranjero, donde no hay riesgos, ninguno alza la voz para trasmitir un mensaje conmovedor? Salen de la cárcel y no tienen nada que decir cuando se les presenta la oportunidad de alzar la voz y crecerse. La explicación es sencilla. Es que no son héroes. Son agentes a sueldo. No representan una causa justa y noble que exige el sacrificio sino empleados de un gobierno extranjero que son usados publicitariamente. Tienen toda la prensa americana, y la radio, y la televisión, con la bendición del gobierno de Washington, para denunciar las cárceles de Cuba, y al gobierno, y al propio Castro, y contar sus tragedias, y lo que hacen, cuando salen a la luz es bordar crónicas escritas a media lengua y con miedo.

No, no pueden. En 46 años no ha aparecido en Cuba un movimiento de la oposición legítimo, ajeno a los sueldos de Washington, independiente y dispuesto a desafiar al régimen. En el extranjero, el anticastrismo ha sido un negocio suculento que ha dejado a su paso estela de millonarios. El caso de Raúl Rivero, a quienes algunos consideran la voz más alta de la oposición al régimen de Castro, es revelador. No tiene nada que decir. Le falta la voz ronca. No habla sino que borda. La explicación es muy simple. Son los dólares. Existe en Cuba una oposición manca y coja, a sueldo del extranjero, y más interesada en lo que se pesca que en el sacrificio. 

Lo cual, con perdón del gobierno cubano, yo creo que es algo lamentable. No es una bendición, sino todo el contrario. Un régimen que se pasa 46 años sin que surja un movimiento legítimo de oposición, una contraparte con suficiente fuerza moral (y de lo otro) corre el riesgo de perder el rumbo. Es imposible aceptar tranquilamente la idea de que en esos 46 años no haya surgido en la isla un movimiento de oposición ajeno a los Estados Unidos. La única explicación posible, la única aceptable, es que la caricatura de oposición financiada por Washington desde el principio ha sido el obstáculo principal para la aparición de fuerzas legítimas capaces de enfrentarse al régimen sin vinculaciones con el país del norte. De todos modos, hay que aceptar que la única oposición que ha prosperado es la financiada por los Estados Unidos, la que ha estado a sueldo. 

Otra explicación que podría analizarse es que el verdadero tema de la revolución iniciada en 1959 fue la lucha por la independencia frente a la encubierta dominación americana. Son pocos los que han tomado en serio la orientación comunista del gobierno de Cuba, algo que es más visible ahora que en los comienzos del proceso. El comunismo ha sido un mecanismo de defensa frente a Washington. No ha sido fácil elaborar una tesis de oposición a un gobierno cuyo objetivo principal ha sido, durante todos estos años independizar a la isla de la dominación americana. Los adversarios están condenados, de antemano, al desprestigio.



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Maceobravo1 Enviado: 16/01/2005 07:59
pobrecita, aparte de lastima das , asco, que mentirosa eres, te queda poco.
maceo

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Maceobravo1 Enviado: 16/01/2005 15:59
mira si eres imbecil, que no sabes quien es luis ortega, vocero de la casa presidencial en el regimen de batista, vocero de somoza, por un gran tiempo, fue vetado ir a cuba, seguro que las tres letras lo recluto p[ara infiltrarse entre ustedes y ahora escriube para e;l gramma, oye, buen trabajito, saca, mas  VOCEROS, imbecil, jajajajajaja.
naceo 

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: mfelix28 Enviado: 16/01/2005 15:59
Hola a todos!
 
Vaya Maceo, no sabía quien era ese Luis Ortega, pero pronto ví que tu tampoco, para que salgamos de la duda he aquí la biografía de este terrible "batistiano":
(subrayado en negro lo que os molesta de él)
Por cierto, estuve en "tu" Avilés, paseando por la calle Marqués de Pinar del Río.
 

Luis Ortega Sierra nació en La Habana en 1916. Durante el conato revolucionario de 1933 era uno de aquellos miles de jóvenes que andaban por las calles de La Habana dando gritos de júbilo y tirando piedras. 
 

En el año 1935 empezó a trabajar en periódicos. Por aquellos años participó en la publicación de algunas revistas literarias y tenía algunos vínculos con los que después desembocarían en lo que se llama la Generación de Orígenes. Pero su orientación era el periodismo.
En 1942 ingresó como reportero en el diario Prensa Libre, donde permaneció durante diez años, hasta el golpe de estado del 10 de marzo. Llegó a ocupar el cargo de Jefe de Información y Redacción. Durante esos diez años, de 1942 a 1952, llegó a tener un conocimiento íntimo de la política cubana de aquellos años. Su columna, con el título de Pasquín, en forma breve, diaria, y firmada con un pseudónimo (SOL) llegó a tener una influencia considerable en la vida pública.
.
En la madrugada del 10 de marzo de 1952, fue el primer periodista que entró en el Campamento de Columbia y presenció todo lo que allí ocurrió.
Pocos meses después renunció a su puesto en Prensa Libre pero siguió en el diario escribiendo solamente su columna diaria. Batista le ofreció un puesto en el Consejo Consultivo que se creó en 1952 y lo aceptó sin recibir sueldo. A pesar de eso, su columna en el diario empezó a tomar un tono crítico contra el gobierno de Batista que provocó algunos incidentes.
En 1953 organizó la empresa del diario Pueblo, que salió a la calle, bajo su dirección, a fines del mayo de 1953, adoptando una posición periodística independiente que contrastaba con la moderación de los otros periódicos. Antes de iniciar la publicación de Pueblo renunció al Consejo.La circulación del diario subió en poco tiempo a niveles sorprendentes
.El  27 de julio de 1953, cuando el diario iba a publicarse con una información completa sobre lo ocurrido en el Moncada, la policía entró al diario y destruyó las planas, agrediendo físicamente a Ortega. Pocos días después salió al exilio y denunció en la SIP, en México, la censura impuesta por Batista a la prensa cubana.

Comenzó a escribir una columna en el Diario Las Américas que se acababa de fundar en Miami, pero duró pocos meses. Batista estableció amables relaciones con el periódico para impedir la publicación de la columna.
A partir de 1954 Ortega fue corresponsal viajero de la revista Bohemia, en Europa y América Latina, con base en Miami. Al caer Batista, regresó a Cuba, pero tuvo que marcharse clandestinamente en mayo de 1959 porque no simpatizaba con la revolución y tampoco ésta, la revolución, simpatizaba con él.
En los primeros años, fue uno de los más agresivos críticos de la revolución cubana y de Castro y fue, en rigor, uno de los fundadores del exilio cubano. Sin embargo, desde los inicios del exilio, mantuvo una posición muy crítica frente a los manejos de los americanos. Estuvo contra el Frente Revolucionario y frente al Consejo. Criticó severamente la invasión mercenaria de Bahia de Cochinos. Nunca formó parte de los grupos anticastristas.
En 1965 se marchó de Miami y se estableció en West Virginia como profesor de un College. Estuvo ocho años como profesor. Llegó a ocupar el puesto de jefe del departamento de idiomas. Durante todo ese tiempo siguió escribiendo en Miami, y siempre manteniendo el tono crítico.

Renunció el College en 1973 y regresó a Miami para fundar un diario. Llegó a organizar la empresa, con maquinaria y edificio, pero al fin el diario no pudo salir por diferencias con los que lo estaban financiado. Colaboró durante unos meses en El Nuevo Herald de Miami pero renunció por las presiones que existían en el periódico. También escribió por varios años en la revista Contrapunto y el periódico El Nuevo Miami Post. Mantiene actualmente una columna semanal en el diario / LA PRENSA de Nueva York. Esta columna ha estado saliendo durante más de diez años. Recientemente ha empezado a colaborar en la radio de Miami, escribiendo comentarios para Union Radio.
Ha publicado varios libros sobre temas de Cuba y sobre la revolución. Inclusive publicó en l975, en Nueva York, un libro de texto para la educación bilingüe. Pero su tarea principal, a través de los años, ha sido la periodística.
Si se tratara de definir la posición de Ortega en relación con la revolución sería necesario admitir que no es, precisamente, un simpatizante. Lo que ocurre es que es solidario con Cuba en el conflicto con los Estados Unidos y ha engavetado todas las críticas contra la revolución para ponerse al lado de su patria.
Lo prioritario, para él, es independizar a Cuba de las presiones americanas. No hacerse cómplice de los Estados Unidos. Es uno de los cubanos que ha puesto más empeño en estudiar las relaciones conflictivas entre Cuba y los Estados Unidos. Eso lo ha enfrentado, desde el principio, al anticastrismo al servicio de Washington. Por otra parte, Ortega no se ha ocultado para expresar admiración por la figura histórica de Fidel Castro, a quien en otro tiempo combatió.
Tiene dos hijos. Su esposa falleció en 1997. Vive en Miami. Aunque a veces se le insulta por la radio, por sus críticas a los grupos mafiosos de Miami, lo cierto es que sus opiniones tienen cierta receptividad en algunos círculos que suelen leer y pensar.


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