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General: La Amnesia Arma "clave" de EUA
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De: matilda  (message original) Envoyé: 11/05/2005 16:43
La Jornada
Martes 10 de mayo de 2005

La amnesia, "arma clave" para que funcione bien la política
estadunidense
DAVID BROOKS

Durante los últimos días, el gobierno de George W. Bush ha denunciado
cada vez con más furia el atrevimiento de Irán de continuar con su
programa nuclear. Pero pocos recuerdan que en 1975 Washington aprobó
la venta de hasta ocho reactores nucleares al régimen del sha, y en
1976 la venta de láser capaz de enriquecer uranio.

Esto fue la culminación de dos décadas en las que Washington
desempeñó un papel clave en el desarrollo del programa nuclear de
Irán, el cual empezó con la firma del primer acuerdo de cooperación
entre Estados Unidos e Irán en 1957. Los encargados de la venta de
tecnología nuclear estadunidense a Irán fueron gente con nombres de
nuevo muy contemporáneos. Stephen Zunes recordó, en The Nation, que
el presidente Gerald Ford fue convencido por integrantes de su
gobierno que Irán sólo emplearía esta tecnología para fines
pacíficos. En aquel entonces, el secretario de Defensa fue Donald
Rumsfeld, su jefe de equipo era Dick Cheney, y el funcionario
encargado de la Agencia de Control de Armas y Desarme era nada menos
que Paul Wolfowitz.

Para los que recuerdan los 80 en América Latina, en particular
Centroamérica, y por casualidad se toparon con un funcionario en las
embajadas estadunidenses en Costra Rica o México, tal vez reconocerán
un nombre que de nuevo aparece hoy aunque no hay biografía oficial
del señor, y por buenas razones. John D. Negroponte, el muy conocido
nuevo director de la nueva "oficina de inteligencia nacional",
supuestamente encargada de coordinar las 15 agencias de inteligencia
de Estados Unidos, nombró a cuatro de sus subordinados principales la
semana pasada. Entre ellos, figura un David R. Shedd.

Shedd, en los sitios oficiales del gobierno de Estados Unidos (por
ejemplo, el de la Casa Blanca donde trabaja en el Consejo de
Seguridad Nacional), aparece pero sin datos biográficos. Actualmente,
Shedd es el director de programas de inteligencia y reforma en el
Consejo de Seguridad Nacional, y ahora fue nombrado para convertirse
en el jefe de equipo y director asociado de la oficina de
inteligencia nacional. Según datos limitados proporcionados a algunos
medios por la nueva oficina, Shedd ha sido durante años un
funcionario de la CIA. De 1984 a 1993 trabajó en las embajadas de
Estados Unidos en Costa Rica y México. Según altos funcionarios
citados por el periódico conservador Washington Times, Shedd trabajó
con Negroponte y estaba involucrado en operaciones encubiertas en
América Latina en los años 80.

En este contexto, vale señalar que la amnesia histórica ha permitido
que otras figuras vinculadas con operaciones ilegales de intervención
internacional también hoy están integrados al gobierno de Bush, como
Eliott Abrams, ahora encargado de "democracia" y "derechos humanos"
en el Consejo de Seguridad Nacional.

Tal vez el único caso reciente donde la amnesia podría no funcionar
en su favor es el de Luis Posada Carriles. El subsecretario de Estado
encargado de política hacia América Latina, Roger Noriega, comentó a
un grupo de periodistas, incluyendo La Jornada, que su gobierno no
sabía dónde estaba actualmente el exiliado cubano acusado de varios
actos de "terrorismo". Sin embargo, casi todos saben que se necuentra
en este país al ingresar ilegalmente hace unas 6 semanas y retornar a
la última esquina del hemisferio donde todavía goza de amigos:
Florida.

Aunque parece sorprendente que el gobierno estadunidense admita que
no sabe dónde está un hombre acusado por varios gobiernos, incluidos
ex agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), de actos
"terroristas", la historia del individuo es algo que ahora complica
las cosas para Washington. El abogado del fugitivo, Eduardo Soto,
señaló el mes pasado que Posada Carriles buscará asilo político,
citando su contribución a este país como operativo pagado de la CIA
durante los años 60.

No sólo eso, sino que este símbolo de la llamada "lucha armada"
contra el régimen de Fidel Castro, es el principal sospechoso en el
acto terrorista de hacer estallar una bomba en un avión cubano en
1976 que resultó en la muerte de 73 personas; orgullosamente admitió
su papel en los atentados contra el sector turístico de Cuba, donde
pereció por lo menos un turista italiano en 1997, y fue encarcelado,
y después "perdonado", por el pasado gobierno de Panamá por
participar en un complot para asesinar a Castro, entre otras hazañas.

Pero ahora su petición de asilo a sus antiguos anfitriones pone en
dificultades a Washington. Hoy el New York Times reporta que las
autoridades enfrentan tres opciones: encarcelarlo por ingresar
ilegalmente al país, otorgarle el asilo, o responder a la petición de
Venezuela por su extradición a ese país donde enfrenta un juicio por
sus delitos. Pero si se le otorga el asilo político, ¿como justificar
esto ante la orden de Bush de que ningún país debería ofrecer refugio
a "terroristas"? Entregarlo a Venezuela y con ello darle un regalo al
gobierno de Hugo Chávez provocaría furia contra Bush en el sector
cubanoamericano conservador, además de otorgarle un triunfo a un
enemigo de Washington. Encarcelarlo también podría provocar la ira de
este sector. Por otro lado, Posada Carriles, si su deseo no se
cumple, podría revelar asuntos que el gobierno de Estados Unidos
podría desear mantener secretos. O sea, lo mejor sería que todos se
olvidaran.

La amnesia es un arma clave para la política de este país. Sin ella,
poco podría funcionar como ahora.


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