En memorándum firmado por el coronel J.C. King, jefe de la División para el Hemisferio Occidental de la CIA, el nueve de marzo de 1960, se plantea la conveniencia de eliminar, entre otros dirigentes, a Fidel Castro, en coincidencia con la recomendación que hiciera a su gobierno tres años antes,
La aprobación del plan de acciones encubiertas contra Cuba el 17 de marzo de 1960 y la creación de la estación CIA en Miami ese mismo mes, impulsaron significativamente estos planes.Para esa fecha se organizó la denominada Operación 40 asesinos para una cerradura sin nombre , que agrupó a asesinos profesionales contratados por CIA, en aras de desarrollar proyectos homicidas contra la dirección revolucionaria del archipiélago.Ted Shackley (ex nazi) , el tristemente famoso agente de la CIA que despues se hizo cargo de la Estacion CIA en Saigon y Laos , encargada de las MAS MASIVA operacion de narcotrafico de HEROINA DE LA CIA . Lo acompañaron el Capo Mafioso Santo Traficante , capo de La Florida y de La Habana , a cargo de la distribucion y Richard Armitage, EL ACTUAL SECRETARIO DE ESTADO DE BUSH , a cargo de EL LAVADO DE DINERO en el Nugan Hand Bank de Australia
Con la derrota de la invasión por Bahía de Cochinos, en abril de 1961, se exacerbó aún más -si cabe- el interés por debilitar al proceso revolucionario y surgió, a instancias de la administración de J.F. Kennedy, la llamada operación Mongoose (mangosta), que debía culminar con la invasión militar, esta vez con tropas de Estados Unidos.
El plan involucró a casi todas las agencias gubernamentales norteamericanas, en el propósito de impulsar 33 tareas que incluyeron el descrédito y asesinato de los principales líderes revolucionarios.Todo debía hacerse teniendo en cuenta el concepto de negociación plausible, de manera que no pudiera probarse la participación de la Casa Blanca en caso de ser descubierto algún plan de acción.La Operación Mangosta fue oficialmente desarticulada en enero de 1963, pero sus objetivos y métodos continuaron.
En 1975 Frank Church, responsable de un comité del Senado para la investigación de actividades gubernamentales de inteligencia, reveló la existencia en esa etapa, de al menos siete planes de magnicidio en la mayor de las Antillas.El comité Church citó como prueba un informe secreto del 23 de mayo de 1967, en el que el inspector general CIA F.S. Earman expone los proyectos de atentado y las propuestas del FBI para buscar sujetos idóneos que los ejecutaran.Ya desde 1960 William Harvey fue responsabilizado con la creación de una estructura capaz de exterminar a dirigentes extranjeros, y en 1962, a través de la Operación Botín, se llegó a ofrecer observe la fecha y compare el monto- hasta 10 mil dólares por el líder de la Revolución cubana, vivo o muerto. Paralelamente se crearon decenas de organizaciones contrarrevolucionarias que, dentro y fuera de Cuba, actuarían de manera "independiente", con el mismo objetivo y utilizando similares métodos.
MEDIOS Y METODOS
Roselli y Trafficante socios de la CIA en narcotrafico y asesinatos Para la ejecución de los atentados se empleó, desde los primeros momentos, a elementos gangsteriles, tanto norteamericanos como cubanos vinculados al antiguo régimen, mientras la CIA organizaba y entrenaba su propia fuerza de tarea con recién llegados a la Florida.En esos años John (Johnny) Roselli, el conocido mafioso de Chicago, fue reclutado por Harvey para acabar con la vida de Fidel Castro y otros dirigentes utilizando cápsulas envenenadas, cortesía de CIA, que serían mezcladas con alimentos.El entusiasta pero indiscreto Johnny, sin embargo, terminó sus días dentro de un tanque sellado de combustible, en la finca floridana de su émulo, el connotado gangster Santos Trafficante, después de hacer declaraciones a la prensa norteña y a un comité senatorial contra espionaje, en 1976.El derroche imaginativo de los órganos de inteligencia norteamericanos en esos años parece destinado a hacer rabiar de envidia al más feraz escritor policíaco.
Fidel, según el FBI, debió morir envenenado durante un almuerzo o impactado por una certera bala en algún acto oficial, o por un proyectil de bazuca apoyado por fuego de ametralladoras en medio de uno de sus multitudinarios discursos.
Al fumarse uno de sus puros favoritos impregnado con una sustancia derivada del LSD, debió entrar en un estado hilarante hasta perder el conocimiento, lo cual sería utilizado para, a través de una campaña de prensa que aduciría locura temporal, lacerar su prestigio.
Un agente químico, también preparado en un laboratorio de la Agencia, debía causarle un ataque cardiaco fulminante al entrar en contacto con la piel disfrazado como un producto de aseo personal, y una enfermedad terrible, el cáncer, le sería provocada a través de radiaciones X de alta intensidad, probablemente durante un chequeo médico de rutina.
Caracoles explosivos colocados en zonas donde habitualmente Fidel practicaba el submarinismo, trajes de buceo impregnados con un bacilo letal y un agente cancerígeno inyectable, serían otros medios a emplear.
En 1971, durante una visita a Chile, el dirigente cubano tuvo frente a sí, durante varios minutos y a escasos metros, una cámara de televisión manipulada por falsos periodistas, en la que se camuflaba un arma. Los complotados no se atrevieron a disparar y huyeron.
La absoluta impunidad, por no decir velada complicidad, conque se planean y efectúan estos actos terroristas, incluso dentro del territorio de Estados Unidos, ligado al lógico sentimiento de frustración de sus ejecutores, provocaron que aumentara la frecuencia de los intentos.
Solo en la década de los años 90 se fraguaron, al menos, seis proyectos o intentos de asesinato a Fidel, aprovechando su asistencia a varias cumbres anuales de Jefes de Estado y Gobierno Iberoamericanos.
Además, en 1998 se planeó un atentado para realizarse durante una visita del mandatario a República Dominicana, y un año antes, Guillermo Novo Sampoll ideó disparar cohetes de corto alcance contra el avión que, presuntamente, llevaría al Presidente cubano a Nueva York.
Durante más de cuatro décadas de Revolución, otros dirigentes también debieron exponerse a las consecuencias de la obstinación por acabar con el proceso cubano mediante el asesinato selectivo.Pedro Remón, de Omega 7, colocó en 1980 una bomba en el auto de Raúl Roa Kourí, representante cubano ante Naciones Unidas, en esa etapa. El artefacto explosivo que accionaría por control remoto cayó accidentalmente y no fue detonado.Con un bazucaso lanzado contra el edificio de Naciones Unidas en Nueva York en 1964, Novo Sampoll pretendía acabar con la vida de Ernesto Che Guevara, y métodos similares se emplearían para asesinar a Raúl Castro y Blas Roca, entre otros.
Carlos Rafael Rodríguez salvó la vida 1962 cuando el auto en que viajaba de regreso a La Habana fue ametrallado en la Vía Blanca. Una bala casi rozó su cabeza antes de perforar el techo.
EL ULTIMO INTENTO... CONOCIDO
Luis Posada Carriles, el varias veces confeso terrorista, responsable, entre otros actos, del derribo en pleno vuelo de un avión de Cubana con 73 personas a bordo en 1976, frente a las costas de Barbados, es el principal protagonista de este último episodio. Para cumplir su promesa de matar a Fidel Castro, Posada, quien según sus palabras aprendió "todo, todo" de la CIA, utilizaría explosivos de alto poder que haría estallar en el paraninfo de la Universidad de Panamá, durante un acto del Presidente de Cuba con cerca de mil estudiantes, profesores y líderes populares de ese país. La oportuna denuncia hecha in situ por el propio Comandante en Jefe a su llegada al Istmo, posibilitó la captura, con su arsenal, del agente de la CIA y protegido de la FNCA, y sus cómplices.
N.Y. Times, Dec. 23, 1964 1978 Dec. 7, 1980
JE, A QUIÉN ENGAÑAS CHALECO QUE TE CONOCÍ SIN MANGAS! |