Casi todos los días durante un mes, Sean Reddick llamó a una línea automática del Departamento del Tesoro de Estados Unidos para comprobar el estado de la solicitud de permiso del Club de Fútbol Rugby de Naples para jugar en Cuba.
El jugador aficionado de rugby y abogado judicial de profesión escuchó una y otra vez: pendiente, pendiente, pendiente. Pero el 20 de abril, la voz automática dijo: ``Aprobado''.
''Yo estaba estupefacto, de modo que pensé que lo mejor sería hablar con una persona real'', declaró Reddick. ``Tuve que preguntar: ¿Se está burlando de mí? ¿O realmente me van a permitir hacer esto?''
Reddick hizo la llamada y confirmó que era oficial. La Oficina de Control de Recursos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos --que lleva a cabo las sanciones contra países, redes terroristas y narcotraficantes en todo el mundo-- concedió al club de Naples un permiso por nueve días para jugar cuatro juegos en Cuba.
De modo que en el día de hoy, en que Estados Unidos celebra su independencia, los 45 miembros del equipo de Naples (entre ellos tres jugadores de clubes con sede en Miami y cuatro del club de Cayo Hueso) competirán contra el Equipo Nacional de Fútbol Rugby de Cuba en el parcialmente renovado estadio José Martí en el Vedado, La Habana.
''Estoy seguro que habrá un montón de equipos jugando en La Habana el 4 de julio. Es Cuba contra la Florida, por lo tanto se sabe que va a ser competitivo'', dijo el sudoroso Reddick durante un descanso en una práctica nocturna hace tres semanas, en Naples.
Competitivo y potencialmente polémico: el equipo de Naples ha invitado al gobernante de Cuba, Fidel Castro, para que asista al evento.
Reddick insiste en que no hay programa político alguno.
''Queremos ir a Cuba por el misterio que significa'', afirmó Reddick. ``Por el hecho de que está prohibido y que se supone que uno no vaya allí como estadounidense y uno tiene que sortear todos esos obstáculos para hacerlo''.
Molly Millerwise, vocero de la oficina de Relaciones Públicos del tesoro, dijo en un correo electrónico que más de una docena de equipos deportivos estadounidenses han recibido permiso de ir a Cuba a competencias deportivas durante el año pasado.
Pero es poco frecuente que un equipo de la Florida viaje a Cuba. Uno de los últimos fue el Maitland Sting, un equipo femenino de softball de AAU en Melbourne, en el 2001.
La mayoría de los equipos deportivos estadounidenses que han ido a la Isla han jugado el juego nacional cubano, béisbol. El más notable fue el caso de los Orioles de Baltimore, equipo de las Grandes Ligas que jugó aquí y allá contra el equipo nacional cubano en 1999.
El juego de Baltimore, a sólo 40 millas de la capital, provocó manifestaciones anticastristas a las que se sumó el congresista Lincoln Díaz-Balart de Miami.
''No somos más que un grupo de estúpidos jugadores de rugby; no creo que estemos calificados para meternos en el lado político del asunto'', dijo Reddick.
``Vamos a divertirnos y a apoyar a esa gente. El rugby es diferente. Uno va y juega duro, pero la tradición después del juego (lo llamamos la tercera mitad) es juntarnos todos y celebrar''.
Luego de completar una gira por las Islas Caimán el año pasado, el equipo de Naples se preguntaba dónde jugar la próxima vez y pensaron en Cuba por simple curiosidad. Nadie sabía siquiera si los cubanos jugaban rugby --deporte semejante al football, pero que se juega sin almohadillas.
Reddick buscó en Internet y halló un sitio Web cubano de rugby. Se puso en contacto con Chukin Chao Campanioni, director del Desarrollo del Rugby Cubano, quien hizo una invitación formal al equipo de Naples, lo cual requería una carta oficial de la organización central del deporte, USA Rugby.
Reddick había incluido sesiones de entrenamiento conjunto en su solicitud, pero se le dijo que ese tipo de actividad no está permitida. Los estadounidenses deben atenerse a estrictas restricciones para viajar, que limitan sus gastos monetarios y permiten a cada persona llevar solamente 44 libras de equipaje (limitando la donación de equipos).
''El rugby no es todavía un deporte popular en Cuba, pero poco a poco los cubanos se están familiarizando con este juego'', escribió Campanioni al Herald por correo electrónico, explicando que su equipo, Indios Caribes, fue fundado en la Universidad de La Habana en 1992 por 12 estudiantes de leyes, economía y lenguas.
Para ayudar a los cubanos a promover el rugby, Reddick dijo que el equipo de Naples invitó oficialmente a Castro al juego de hoy en una carta con fecha del 26 de abril.
La carta terminaba: ``Dado el carácter histórico de este evento trascendental, nos sentiríamos extremadamente honrados y privilegiados de contar con su presencia en esta competencia entre atletas de nuestros dos países''.
Reddick dice no haber encontrado reacciones negativas. Sin embargo, el abogado inmobiliario Wadie Zacca, jamaiquino que vive en Miami y fue elegido capitán del equipo en este viaje, afirmó que algunos de sus amigos cubanoamericanos no estaban muy complacidos.