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General: CHOMSKY EL INSIDIOSO
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De: matilda  (Mensagem original) Enviado: 18/07/2005 21:55
La agenda oculta en Irak
Noam Chomsky
La República - Lima

En su discurso del 28 de junio, el presidente George W. Bush señalo
que la invasión de Irak formó parte de la "guerra global contra el
terrorismo" que está librando Estados Unidos. En realidad, tal como se
había anticipado, la invasión aumentó la amenaza de terror, tal vez de
manera significativa.

Verdades a medias, información errónea y agendas ocultas han
distinguido las declaraciones oficiales acerca de los motivos de
Estados Unidos para invadir a Irak. Las recientes revelaciones acerca
de los preparativos para la guerra en Irak se destacan de manera
descarnada en medio del caos que devasta el país y amenaza la región y
realmente al mundo.

En el 2002 Estados Unidos y Gran Bretaña proclamaron su derecho a
invadir Irak pues, según aseguraban, estaba desarrollando armas de
destrucción masiva. Esa era la "sola cuestión", tal como señalaron de
manera constante Bush, el primer ministro Tony Blair, y sus allegados.
Fue también la única base sobre la cual Bush recibió autorización del
Congreso para apelar a la fuerza.

La respuesta a la "única cuestión" fue dada poco después de la
invasión, y admitida con renuencia: las armas de destrucción masiva no
existían. Sin perder un momento, el gobierno y los sistemas
doctrinarios de la prensa inventaron nuevos pretextos y
justificaciones para ir a la guerra.

"Los norteamericanos no desean pensar que son agresores, pero lo que
ocurrió en Irak fue una agresión descarada", senaló el analista de
inteligencia y seguridad nacional John Prados en su libro "Hoodwinked"
(2004), un cuidadoso, amplio examen de los documentos utilizados para
justificar la invasión.

Prados describe "el esquema" usado por Bush "para convencer a Estados
Unidos y al mundo de que la guerra contra Irak era necesaria y
urgente", como un "estudio modelo de la deshonestidad del gobierno...
que requirió declaraciones públicas claramente mentirosas y una
egregia manipulación de los datos de inteligencia".

El memorándum de Downing Street, publicado el primero de mayo en el
Sunday Times de Londres, junto con otros documentos confidenciales
recientemente divulgados, han profundizado el récord de falsedades.

El memorándum fue resultado de una reunión del gabinete de guerra de
Blair el 23 de julio del 2002, en el que Richard Dearlove, en esa
época jefe del servicio de inteligencia británico MI-6, formuló la
ahora célebre aseveración de que "los datos de inteligencia y los
hechos están siendo arreglados en torno a la política" de ir a la
guerra con Irak.

En el memorándum también se cita al secretario de Defensa británico
Geoff Hoon, quien indicó que "Estados Unidos ha iniciado 'estímulos de
actividad' para presionar al régimen" de Saddam Hussein.

El periodista británico Michael Smith, que divulgó la historia del
memorándum, ha brindado detalles sobre su contexto y contenido en
artículos subsiguientes. Los "estímulos de actividad" incluyeron al
parecer una campaña aérea de la coalición a fin de provocar a Irak y
causar una reacción del régimen de Bagdad que pudiese juzgarse un
"casus belli".

Los cazas comenzaron a bombardear el sur de Irak en mayo del 2002,
lanzando unas 10 toneladas de explosivos al mes, según cifras del
gobierno británico. Un "estímulo" especial comenzó a fines de agosto
(para un total de 54,6 toneladas de bombas en setiembre).

"En otras palabras, Bush y Blair comenzaron su guerra no en marzo del
2003, como todos suponen, sino al final de agosto del 2002, seis meses
antes de que el Congreso aprobara la acción militar contra Irak",
escribió Smith.

Los ataques fueron presentados como una acción defensiva para proteger
a aviones de la coalición en la zona de no vuelos. Irak protestó ante
las Naciones Unidas pero no cayó en la trampa de buscar represalias.

Para los planificadores militares de Estados Unidos y del Reino Unido,
invadir Irak fue una prioridad más alta que la "guerra contra el
terrorismo". Eso ha sido revelado por sus propias agencias de
inteligencia.

En vísperas de la invasión aliada, un informe secreto del Consejo
Nacional de Inteligencia, el centro de la comunidad de inteligencia
para la planificación estratégica, "pronosticó que una invasión
encabezada por Estados Unidos podía incrementar el apoyo a la política
islámica y tendría como resultado una sociedad iraquí profundamente
dividida proclive a un violento conflicto interno", informaron Douglas
Jehl y David E. Sanger, de The New York Times en setiembre pasado.

En diciembre del 2004, señaló Jehl algunas semanas más tarde, el
Consejo Nacional de Inteligencia advirtió que "Irak y otros posibles
conflictos en el futuro pueden proveer reclutamiento, campos de
adiestramiento, destreza técnica y competencia en el lenguaje para una
nueva clase de terroristas que están siendo 'profesionalizados' y para
los cuales la violencia política se ha convertido en un fin en sí
mismo".

La disposición de los principales planificadores para arriesgar un
incremento del terrorismo no significa que den la bienvenida a esas
consecuencias. Lo que indica es que no brindan una alta prioridad a la
cuestión, en comparación con otros objetivos, tales como controlar los
principales recursos energéticos del mundo.

Poco después de la invasión de Irak, Zbigniew Brzezinski, uno de los
más astutos entre los analistas y planificadores, indicó en la revista
especializada National Interest que el control estadounidense del
Medio Oriente "brinda indirecta pero importante influencia política
sobre las economías de Europa y de Asia que también dependen de las
exportaciones de combustible de la región".

Si Estados Unidos puede mantener su control sobre Irak, que figura en
segundo lugar entre los países con mayores reservas de crudo del
mundo, y está situado en el centro de los principales recursos
energéticos del mundo, eso aumentará de manera significativa su poder
estratégico y su influencia sobre sus principales rivales en el mundo
tripolar que se ha ido formando durante los últimos 30 años: América
del Norte dominada por Estados Unidos, Europa, y el noreste de Asia,
vinculado a las economías del sur y el sureste de Asia.

Es un cálculo racional, basado en la presunción de que la
sobrevivencia humana no es muy importante en comparación con la
obtención de ganancias y de poder a corto plazo. Y eso no es nada
nuevo. Esos temas resuenan a través de la historia. La diferencia en
la actualidad, en esta época de armas nucleares, es que los riesgos
son muchísimo mayores.



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