Eleonora Bruzual. Leo ese monólogo impreso de la dictadura más abyecta del continente latinoamericano. Leo semejante ladrillo, siguiendo su reseña del cumplimiento de los pasos dictados desde La Habana para secuestrar y esclavizar a Venezuela. Este miércoles 5, titularon en Granma: ''Poder a los pobres, única forma de acabar con la pobreza, dijo Chávez'', de la misma grotesca manera que Castro entronizó la miseria como base para su permanencia de casi medio siglo en el poder. Ahora, el tropero ordinario y abusivo, nos ahorca y empobrece, dominando toda disidencia y toda oposición. Tremendo maestro... El tiranosaurio en persona tutorea los ''trabajos de ascenso'' del golpista devenido presidente-dictador. Le exige apresurarse: para Castro, suprimir a la oposición venezolana, aplastarla y limpiar el camino para lograr --tranquila y contundentemente-- utilizar los recursos de un país como el nuestro para sus planes incendiarios es materia de seguridad de estado. Demasiadas ganancias da Chávez, demasiado buena es esa ''sociedad'': de ser la Madame del ''burdel revolucionario'' a comerciar hidrocarburos es tremendo ascenso en la línea empresarial, tanto que sorprendentes fenómenos geológicos se dan en la isla del doctor Castro, y ¡oh milagro comunista! en breve será Cuba miembro de la OPEP. Febril tarea: control de cambio, censura y cierre de medios de comunicación. Imposición de leyes que cercenan la libertad en toda su contextura. Castro vocifera: ¡Has perdido demasiado tiempo! Chávez, presuroso, cumple lo ordenado. No es suficiente destruir el estamento militar y convertirlo en su brazo armado. Ahora, calificándolo de ''ofensiva ideológica'', reparte un panfleto Made in Cuba, El golpe fascista contra Venezuela, donde agrupan muchas de las peroratas que él cree piezas oratorias, y que servirán para adoctrinar aún más a esa fuerza armada, milicia sumisa, parte de lo que el castrochavismo llama "el colectivo de militantes y trabajadores''. Caen las caretas. En La Habana, simultáneamente, se presenta tan grande obra... El orador, el ''diminuto'' Pérez Roque, exponente de esa camada de raticas ''bien mandadas'' exitosa creación del gran laboratorio de la revolución. En primera fila Fidel Castro, quien --cosa extraña--, conteniendo su protagonismo, asiente complacido... El pequeñín arenga: ''La nación sudamericana está de parto en busca de una sociedad diferente'', acusando frenéticamente a los medios de comunicación y a los grupos económicos venezolanos de intentar ''barrer'' al gobierno ''del pueblo'', o sea, al caporal que cuida esa hacienda buena que en el ocaso de su maléfica vida consiguió para sí el comandante... Más represión, acoso, mordazas... Usa a mi país para justificar otra vez --en esa larga lista de violaciones a la dignidad humana-- que en Cuba no puedan abrirse espacios políticos ni permitirse medios de comunicación en manos de la oposición. ¡Castro se relame...! Mucho servilismo en poca estatura, otro logro de la ingeniería genética revolucionaria. Intervencionismo puro en política interna con la aceptación de quienes desde el poder entregan nuestra soberanía. Póquer siniestro... En la mesa están los que secuestraron nuestra condición de nación libre. En este diario escribía que todos los destinos conducen a Cuba, y es así. Presenciamos una escalada temeraria subestimada por las fuerzas democráticas, que puede alzarse con el triunfo: medios mampara del terrorismo y el espionaje comunista. Entramos a ser parte de la oficina liderada por Francisco González, aquel espía disfrazado de diplomático, expulsado el año pasado de Estados Unidos y ahora presidente de Prensa Latina, agencia cubana de noticias. Pulgarcito Pérez Roque arenga: "Venezuela nos enseña a los cubanos de hoy a no ser ingenuos. A no creernos los cuentos de caminos. Los cubanos hicimos hace 40 años... lo que el pueblo venezolano intenta ahora: tomar el control de su país y de su riqueza''. Castro secuestra nuestra soberanía y nuestra riqueza logrando lo nunca soñado... ¡Despierten, incautos! Hasta una línea aérea con bandera venezolana, pero dependiente y a sus órdenes, despega y aterriza en territorio norteamericano a los cinco presos de Miami, a Ana Belén Montes detenida en Washington, parapeto para la expansión castrocomunista a través de las ''alas'' de un pájaro de fuego. A los cientos de ñángaras insertados en la prensa, sesgando la opinión pública mundial, unamos otros aliados de la embestida del mal: ese mundillo político ruin, ese pragmatismo pecaminoso e insensible y la candidez que hace pensar que pitos, banderas y coraje son armas suficientes para vencer a la barbarie bien equipada y decidida a aplastarnos. ¡Siento que vienen por mí...! |