Desafío en la vieja Habana Sin olvidar la utilidad comunitaria, el proyecto que rendirá homenaje a la primera universidad erigida en La Habana pretende recrear, mediante un lenguaje contemporáneo, los referentes arquitectónicos del centro histórico Por: NORA SOSA y TANIA CHAPPI cultura@bohemia.co.cu Durante el intenso trabajo, a pie de obra, en aquel espacio de la vieja Habana que colinda con la parte trasera del antiguo Palacio de los Capitanes Generales (hoy Museo de la Ciudad), el arquitecto José Linares nos revela que desde 1962 –aún sin haberse graduado de Arquitectura– ya se desenvolvía en la labor patrimonial. A él se deben relevantes intervenciones arquitectónicas ejecutadas en la pasada década, como la remodelación del monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución, y la de los tres edificios de la zona cercana al Paseo del Prado (espacio resultante de la demolición de las murallas, en 1863) que integran el Museo Nacional de Bellas Artes. También el proyecto, actualmente en ejecución, que servirá de homenaje a la primera universidad habanera: la erigida por los monjes dominicos entre las calles hoy nombradas San Ignacio, Mercaderes, Obispo y O’Reilly. –¿Cómo toma vida este homenaje? –Lo fui imaginando antes de hacer ni una línea. Estudié mucho el edificio original. Tuve la suerte de que apareciera en el Archivo Militar de Madrid un plano del edificio de 1842; incluso está dibujado en varas castellanas y tuve la paciencia de trasladarlo a la escala métrica. Como proyectista general lo conocía muy bien antes de iniciar el proyecto.  | José Linares, Primer Premio de Rehabilitación en la VI Bienal de Arquitectura del Caribe por el Conjunto del Museo Nacional de Bellas Artes | "La planta baja y el mezanine tendrán un uso sociocultural. Albergarán un museo, cuyo acceso será por la torre que se añadió al edificio (calle O’Reilly), y que contará la historia de la Orden de los Dominicos, del convento de Santo Domingo y de la universidad que ellos fundaron. Objetos originales de la iglesia serán expuestos en él, entre ellos un sagrario y unas columnas de madera que hoy están en el Palacio de los Capitanes Generales. La idea es ofrecer todas las evidencias que haya del edificio original, así como de las figuras fundamentales que pasaron por la universidad en ese período. "Asimismo, para el disfrute de la población, se habilitarán dos salas, el patio, la nave de la iglesia y su puerta, en armonía con el referente histórico que existe del lugar, aunque con tecnologías y materiales modernos. "La torre, no es la reproducción exacta de la original, sino la construcción de una nueva en la posición y, en términos generales, con las dimensiones y escala que tuvo originalmente. Discutimos, por ejemplo, si se construía de piedra o con materiales contemporáneos. Pensamos que no era legítimo hacerlo con piedra tallada, sino usar la tecnología de hoy, aunque dando una imagen tradicional." –Lo que a algunos parece especialmente inarmónico es el tratamiento a los tres pisos superiores. –Esa es la segunda línea del proyecto. Su objetivo es renovar y actualizar la imagen moderna del edificio. La envoltura del bloque superior, destinado a oficinas, va a ser una estructura de aluminio y cristales. Hay quienes argumentan que el uso del vidrio no es lo más característico de la arquitectura cubana y que los edificios construidos de ese modo son impersonales cajas de vidrio, que se construyen en todas partes del mundo. Con la envoltura de vidrio lo que buscamos es convertir la parte alta del inmueble en un espejo que reproduzca o refleje la imagen que lo circunda. Y así ayude a la edificación a integrarse mejor al entorno.  | Portada erigida en el siglo XVIII y torre original, en las calles Mercaderes y O’Reilly | "Pretendemos sugerir, no reproducir. El objetivo es que se sienta que es una obra construida hoy. Se ha querido que toda esta intervención tenga la impronta del momento en que vivimos. "Yo asumí esa posición, pero puede haber quien esté en contra. No existe una sola verdad, sino una diversidad. Lo importante es ser honesto con lo que se hace, de acuerdo con lo que uno piensa que es justo y esté fundamentado históricamente." El arquitecto José Linares nos explica, además, cuáles son los criterios adoptados en la restauración del centro histórico de La Habana: "Existen en el mundo numerosos lugares que solo tienen un uso turístico, comercial y administrativo, pues como nadie vive en ellos, después de la hora de cierre se quedan como muertos. Esto no ocurre en la vieja Habana. "Estamos ante un proyecto en el que, junto al patrimonio, se rescatan las funciones sociales para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la zona. Muchos de los edificios restaurados vuelven a ser viviendas confortables para sus habitantes y otros se utilizan para fines culturales." Con tal propósito pretende cumplir este renovado inmueble de la calle Obispo. Sus puertas, abiertas para todos, nos franquearán el paso hacia el mundo de la historia y el conocimiento. (16 de septiembre de 2005) |