Benito Zambrano es andaluz, estudió y aprendió todo sobre cine en San Antonio de los Baños, Cuba, con una beca del gobierno cubano.
Esta es su tercera película, la primera "SOLAS" fue un exitazo tremendo y se llevó varios Goyas ( los Oscar españoles), la segunda Padre Coraje, por el estilo, y la tercera, ya con la aureola de buen director es esta: Habana Blues , que ya no tuvo tanto exito, su música si.
Yo vi la pelicula y no es cr'tica " a lo gusano" cuenta lo que hay, la mayoría de los actores no son profesionales y contó con todas las facilidades oficiales para rodarla en La Habana, entonces explicanos, Tango, una cosa:
-Si es critica con el regimen, y el regimen según vosotros censura todo, ¿ como le dejó que se rodase en Cuba con todas las facilidades del mundo?
-En caso contrario, ¿ porque andais sacandole punta a lo que dice y no a lo que hace? Consiedra que la pelúcla es ditribuída por la Warner Bros.
Y una tercera, de propina:
¿Tan mal anadais de material `para campañas difamatorias que teneis que recurrir a un apelícula que ya lleva más de un año estrenada?
La "asquerosidad" está en la mente de quien lo lee , no de quien lo dice, os gusta la basura y revolveis hasta que creeis que la encontrais.
Nadie dijo nunca que Cuba es perfecta.
Mira otra entrevista, esta a la cubana Casa de Las Americas
Entrevistas: Benito Zambrano: Mi homenaje a La Habana
http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=2079
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Enviado el Lunes, 16 de Agosto del 2004 (17:23:13)
por José Luis Estrada Betancourt
“Cuba se merece una película viva. Esa es la impresión que te llevas cuando vienes aquí. Este es mi homenaje a La Habana: regalarle una obra llena de vida, de locura y de surrealismo, si es posible. Y cuanto más, mejor”. Y ese largometraje que el laureado realizador español Benito Zambrano quiere entregarle a los cubanos, se llama Habana Blues, el cual se filmó esencialmente en locaciones de la capital —también se hicieron tomas en Cienfuegos—, y que “suena a como vive la gente ahora”.
“En este país confluyen una ciudad vieja y jóvenes que se niegan a quedarse atrás; y en lo espiritual, en lo moral, están por encima de otros de muchas partes del mundo. Esta es una mirada tierna y noble de lo que pasa. Nunca nos planteamos hacer una película crítica, ni dura. No es mi objetivo venir a contarles los problemas y las soluciones. No me parecía. Cuba me ha dado mucho. Siempre quise hacerle una cinta sencilla —que no simple ni folclórica”, dice Zambrano, quien estudió dirección en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños.
“Esta Isla tiene una juventud vital, colorista, gente muy guapa, elegante y limpia. Así que nos propusimos retratar a una ciudad que en ocasiones puede ser gris, pero que está llena de color y repleta de melodías. Por eso la música es el hilo conductor”.
Antes de sentarse a escribir el guión, Benito hizo una labor de investigación profunda. “Primero nos fijamos en músicos más cercanos a la trova, aunque muy influenciados por el rock, el reggae, la música brasileña... Son chicos que lo absorben todo. Al consolidarse en la Isla el hip hop y el rock duro, cambiamos de idea. Estos muchachos tenían otro modo de plantearse la música, la cual yacía underground, en un mundo más desconocido. No nos interesaba remitirnos a la cultura que está en la televisión, ni a la más exportable. Queríamos adentrarnos en una propuesta más alternativa”.
LA FICCIÓN
Habana Blues cuenta la historia de dos jóvenes músicos que se conocen desde pequeños: Ruy (Alberto Yoel García) y Tito (Roberto Álvarez). Mientras se preparan para su primer gran concierto, donde se presentarán como dúo, aparece Marta (Marta Calvo), una productora musical española buscadora de talentos. En lo adelante Ruy y Tito intentarán conquistar a la mujer que puede “arreglarles” la vida...
Para definir el estilo musical de los protagonistas, Zambrano y Ernesto Chao, coguionista, decidieron que estos muchachos cultivarían un rock muy caribeño, altamente marcado por la percusión cubana. “Necesitábamos, reconoce Benito, una música con mucha energía y fuerza, como ellos, que tienen inmensas ganas de empujar pa’lante, como sucede con todos los cubanos.
“Luego formé un equipo de trabajo en Madrid, con José Luis Garrido, productor español; la discográfica y tres músicos cubanos, entre ellos, X Alfonso, excelente instrumentista que por su quehacer me evocaba a Ruy, aunque cuando lo conocí ya aquel estaba diseñado. Él ha compuesto y hecho parte de la música y es la voz de Ruy.
“Ya en La Habana hicimos una selección entre varias agrupaciones y elegimos a Tribal, Telmary y Cuba libre, Escape, Free Hole Negro y Tierra verde. Con ellos se dará un toque documental, pues muestran una música cubana muy actual, rica y, sobre todo, diferente. Contamos además con Juan Antonio Leiva, experimentado productor cubano, quien es el encargado de grabarles en estudio y extraerles un producto de mucha calidad. Con estos músicos organizamos un taller intensivo que les permitiera relajarse. Crearon un equipo increíble, donde se contagiaban unos a otros. Se ha logrado algo muy real”.
Otros destacados intérpretes entregaron sus creaciones, como Kelvis Ochoa, William Vivanco, Rolando Berrío y Descemer Bueno. “Hay un abanico musical muy diverso. La gente quizás se aburra viendo la película, pero la banda sonora la garantizo”, apunta Benito, para quien es apresurado hablar de satisfacciones. “Va quedando algo medio loco, que todavía necesito armar. Pero la sensación es buena”.
¿Y la escuela?
—Ha sido para mí fundamental. Pude ir a otra en cualquier parte del mundo, mas no tenía el mismo swing. Me decidí por San Antonio porque estaba en Cuba, en La Habana. No digo que sea la mejor del mundo, pero la adoro y le debo mucho. La experiencia vital de compartir con el pueblo cubano es insuperable.
DE NEGRO A HABANA
El filme que hoy se denomina Habana Blues se nombró en un inicio Negro, según confiesa Ernesto Chao, primerizo en estas lides de hacer guiones, aunque para nada es nuevo en el mundo del cine, pues se ha desempeñado como productor y asistente de dirección de proyectos como Solas y Padre coraje.
“En el año 94, estábamos en un concierto de Santiago Feliú, donde Gerardo Alfonso estaba invitado. Su imagen impactó a Benito, quien construyó una trama, donde el rol principal recaía en un mulato. Zambrano creó una bella historia de amor de este con una pintora rubia. Sin embargo, no quedó satisfecho y la fue arrastrando hasta que concluyó la serie de televisión Padre coraje.
“Cambiamos algunas cosas del argumento con la entrada de Caridad (Yailene Sierra), la esposa de Ruy, y sus hijos, y la llegada de los españoles a sus vidas. Habana Blues nació junto con Solas. Y Maestranza Films adquirió los derechos de producción de ambas, pero decidió filmar primero Solas por considerarla más sencilla. En lo personal me interesaba reflejar la tragedia de la familia cubana por la separación. Ya Benito había abordado este tema cuando estudiaba, con Los que se quedaron. Queríamos dibujar, siendo amables y tiernos, la realidad de Cuba”.
RUY, TITO Y OTROS
Qué sucederá con Habana Blues, después de Solas, ganadora de cuatro premios Goya, es para Zambrano un misterio. “Quizás funcione más económicamente, pero puede que no alcance el nivel de crítica o de premios de la otra. Tendría que ser un peliculón. Siempre la primera tiene el encanto del descubrimiento, ahora ya no hay nada que descubrir, solo involucrarse”.
Buscando que la factura de la cinta no tuviera nada que envidiarle a su ópera prima en largometraje, Benito se hizo acompañar por el director de fotografía francés, Jean Claude Larrieu. “Yo no conocía a Zambrano, pero me atrapó el guión”, afirma. “Reflejaremos diferentes Habanas. Visualmente no se aburrirá el espectador. Le hemos dado un tinte semidocumental, además de tierno y poético. Hemos trabajado la luz, de modo que parezca sencilla, aunque bien pensada. Sobre todo en interiores donde la iluminación artificial debe lucir natural”.
Muchos rostros conocidos se mezclan en esta producción en 35 mm con otros que nunca antes habían aparecido en la pantalla grande. Entre los primeros están Zenia Marabal, Osvaldo Doimeadiós, Laritza Vega, Aurora Basnuevo, Félix Pérez, Jorge y Omar Alí, Dianelis Brito y Susana Pérez. En el segundo grupo se hallan Roberto y Yailene. En el caso de Alberto Yoel, ya había estado a las órdenes del italiano Angelo Rizzo en El loco soñador.
Recuerda Alberto que la incertidumbre lo embargó después del casting multitudinario. “Estuve desde el principio trabajando con Zambrano, pero nunca me dijo si iba a ser yo. Al final nos quedamos cuatro y por último me dio el papel. Mi personaje sufre por el trauma que supone la separación familiar. Para mí lo más complicado fue el doblaje de la guitarra y de la voz, sobre todo tocar y cantar a la misma vez, mas fue saliendo poco a poco”, enfatiza este joven que empezó en el teatro con Juegaespacio y ahora integra El público.
Como García, Yailene y Roberto pertenecen a la tropa de Carlos Díaz, solo que para el segundo, uno de los mayores retos fue lograr que quedara bien desde la toma inicial hasta la última; otro, “empatarse” con la música. “No tenía ninguna noción, a diferencia de Alberto, que tocaba algo la guitarra. Y Tito exigía interpretar el piano, el saxofón, la guitarra... Al final pude defenderme con una o dos canciones con el piano o la guitarra y hacer tres frases con el saxo”.
En cambio, Yailene Sierra se sintió cómoda en su tránsito de las tablas, donde se distingue por su notable histrionismo, hacia el set. Sin haber actuado nunca para la televisión (una lástima), Yailene está convencida de que lo mismo en un medio que en otro, lo importante es vivir el personaje, creértelo. “Caridad es de esos roles que uno sueña, Es de esas mujeres auténticamente cubanas”.
¿Crees que Habana... guste?, le pregunto a Roberto, a lo cual me responde: “Si Benito vio la misma película que yo cuando me leí el guión, entonces, será un éxito rotundo”.
Habana Blues: Acto de amor (indiscutible) a Cuba
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