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General: Del mito a la realidad
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De: maribea05 (Mensaje original) |
Enviado: 08/11/2005 12:42 |
La salud en Cuba...
Puro mito que se cae a pedazos... ¿culpa del "bloqueo"> Será... ¿Entonces, alguien puede responder cómo logró convertirse en mito... pese al "bloqueo"? ¿Quién pagó por muchos años "los logros" de la "revolución"? ---------------
La Salud Pública en Cuba: Mitos y realidades
Desde Cuba por Adrián Leiva
LA HABANA, Cuba - Lunes 7 de Noviembre de 2005 (CUBANET) - Antes de 1959 la Isla contaba con servicios médicos superiores a los que en esos momentos existían en diversas regiones del planeta. Pero aún así no alcanzaban a toda la población cubana. Las instalaciones hospitalarias se concentraban mayoritariamente en la capital de la República y en las cabeceras de provincias o municipios de importancia. Los servicios públicos eran básicamente ineficientes en las zonas rurales y más intrincadas de las montañas.
Durante la primera etapa del actual gobierno comienza a realizarse una masificación de los programas de salud pública. El primer paso fue la suspensión de la privatización de este servicio social al ser confiscadas las clínicas privadas. Se generalizaba así la gratuidad de los servicios médicos asumidos por el estado. En esa época había unos 6 mil médicos en todo el país, para una población cercana a los seis millones de habitantes. Al definirse el rumbo del sistema establecido hacia el comunismo y comenzar las primeras crisis político económicas, comienza la emigración y con ella se marcha casi la mitad de los galenos cubanos. Otros serían encarcelados por sus ideas políticas.
Los nuevos planes estatales requieren de un personal calificado en concordancia a los masivos proyectos para llevar el servicio sanitario a todo lo largo y ancho del país. Por ello se ampliaron las capacidades en las aulas universitarias y se habilitaron nuevas instalaciones docentes para incrementar la matrícula de los futuros médicos y enfermeras. En menos de quince años se incrementó la cantidad de camas por habitantes y el índice per cápita de médicos crecía paulatinamente.
Para finales de la década del ochenta existían cátedras universitarias de Medicina en las catorce provincias y Cuba no sólo cubría con sus especialistas en salud las necesidades de su población, sino que comenzó a prestar servicios en varios países, aportando la mayor cuota de ayuda médica dentro de la Organización Mundial de la Salud.
Estos titulares contaban con el respeto de la población cubana, que además de reconocer su esmero veían cómo ellos desarrollaban su vida social junto al resto del pueblo, pasando por los mismos problemas y vicisitudes. Su capacidad de entrega y vocación corría a la par con su calidad técnica y profesional, siendo éste sin lugar a dudas el mayor éxito obtenido en la formación del nuevo cuerpo de la salud cubana.
Sin embargo, no todo era perfecto en el sistema. Su talón de Aquiles consistía en la deficiencia del estado técnico constructivo y la falta de mantenimiento en las instalaciones, que contaban con décadas de existencia.
Con la caída del campo socialista, Cuba perdió el subsidio económico recibido de aquella región. Su apuntalado sistema económico comenzó a deteriorarse por días, llegando a extremos límites de los que apenas ha podido recuperarse, a pesar de las limitadas inversiones realizadas por algunas compañías extranjeras.
Durante los años noventa salieron a relucir las deficiencias del sistema de salud pública cubano. La falta de insumos, el mal estado de las instalaciones, la falta de equipos médicos y la deteriorada alimentación en los hospitales se agravaban con la carencia de importantes medicamentos.
Por otra parte, el explosivo costo de la vida perjudicó de manera apreciable la imagen de los profesionales de la salud en Cuba. Sus salarios relativamente altos en la etapa anterior, ahora se tornaron insignificantes en comparación con las necesidades básicas a cubrir.
Algunos médicos abandonaron su trabajo para buscar mejor fortuna en el prometedor sector turístico. Otros simplemente comenzaron a realizar actividades más lucrativas, aún dentro del propio sector donde trabajaban. Las renuncias de enfermeras, las peor retribuidas y las de mayor carga de trabajo, iban en constante aumento, hasta hacer crisis en el sector.
El gobierno se vio en la obligación de establecer cursos emergentes para la formación de enfermeras y auxiliares de salud pública. El estado de la mayoría de los hospitales del país presenta una visión poco agradable y antihigiénica, haciéndose notar la falta de reparaciones y mejoras en la calidad del servicio. Todos estos factores negativos inciden en la inconformidad de la población.
La destinación del 10 por ciento del presupuesto nacional a la rama de la salud resulta insuficiente y la calidad de los servicios continúa disminuyendo, a pesar de que comparativamente al que existe en otros lugares sigue siendo superior, por su masividad y no específicamente por su calidad.
Para revertir tal situación el gobierno cubano necesita disponer de un monto enorme de divisas, algo que su maltrecha economía hace casi imposible. En la actualidad se desarrollan programas dirigidos principalmente a la recuperación de policlínicos y a la apertura de otros servicios de la salud en algunas zonas del interior, aunque se viene trabajando en la reparación de diversas instalaciones hospitalarias, pero a un ritmo muy lento.
Por otra parte, el envío de más de quince mil trabajadores de la salud hacia Venezuela ha traído como consecuencia la escasez de personal médico para dar servicio a la población en Cuba. La cantidad de especialistas en esta rama que han aceptado ir al país sudamericano es bastante alta, llegando a alcanzar miles los que esperan por el momento de ser llamados para irse a esa nación. El trabajo ha recaído sobre los que han quedado en sus puestos y el malestar entre la población se acentúa ante la pérdida de calidad en el servicio.
Al mismo tiempo, se crean condiciones óptimas en el servicio médico a los extranjeros en detrimento del servicio a los cubanos, lo cual está causando una creciente crítica de la población hacia esa política del gobierno cubano,
Entre los que acuden a los hospitales o consultas se escuchan con mayor frecuencia voces críticas sobre las diferencias preferenciales que se han ido estableciendo en la atención a los pacientes del país de Bolívar, lo cual consideran una especie de discriminación en comparación con el servicio que reciben los ciudadanos cubanos.
Una muestra de lo preocupante de la situación del sistema de Salud Pública cubano se puede apreciar en las constantes sustituciones de los titulares del ministerio. El Dr. Carlos Dotres fue sustituido por el joven médico Damodar Peña, y éste a su vez por José Ramón Balaguer, miembro del Buró Político del Partido Comunista y una de las figuras de mayor jerarquía en la cúpula de gobierno en Cuba.
Disminuir el malestar dentro del personal de la salud no será tarea fácil, al no depender solamente de la exigencia y disciplina en el seno de la institución, sino de factores como los bajos salarios y la falta de recursos, algo esencial con lo que no cuenta el gobierno: la decepción de los profesionales y trabajadores del sector, que se ven sin futuro..
Mientras tanto, la llamada mayor conquista del sistema socialista en Cuba transita por un camino escabroso y su recuperación será más obra de milagros que de hombres en la coyuntura económica actual. A su vez la gratuidad del sistema de salud cubano de la que se han beneficiado varias generaciones nacidas en la Isla se ha convertido en un derecho al que no están dispuestos a renunciar sus ciudadanos. Son algunos mitos, pero más que nada realidades que tendrán que tenerse en cuenta para cualquier cambio futuro. |
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