A LO MEJOR LA CRUZ ROJA ESTÃ CON LOS COMUNISTAS, CASTRISTAS, TROSKISTAS, TERRORISTAS.....Y TODO LO QUE VOS QUIERAS.. SO IMBÃCIL.- MATILDA Post y los "presos fantasmas" de la CIA | | (IAR-Noticias) 03-Nov-05 Informe especial | George W Bush y Porter Gross, actual director de la CIA. | | | | En un editorial titulado Abuso en Secreto, en marzo pasado, The Washington Post aseguraba que hechos de tortura como los de la prisión Abu Ghraib en Bagdad "han ocurrido y todavía ocurren en la red de detención global confidencial que mantiene la Agencia Central de Inteligencia (CIA)." Según el influyente diario norteamericano , en las prisiones clandestinas en Afganistán y en otras partes, y en centros penitenciarios dirigidos por países aliados de Washington, la CIA mantiene decenas de reos al margen de todo proceso legal, incluso sin que los familiares de los detenidos conozcan su localización. El Post señalaba en su editorial que algo muy parecido ha ocurrido con las cárceles dirigidas por el Departamento de Defensa, pese a que supuestamente después de lo de Abu Ghraib existen planes para reestructurar el sistema de detenciones bajo jurisdicción de los militares. Pese al escándalo de las torturas a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, Estados Unidos continúa con los maltratos a detenidos en ultramar, denuncia el diario."Y en muchos casos estos prisioneros han desaparecido", señalaba el Post. Soldado de EEUU hace señal de victoria sobre el cadáver de un torturado conservado en hielo. (AP) | A fines de 2003, en ese centro de detención situado en las afueras de Bagdad, estalló el escándalo de las torturas, al divulgar las grandes cadenas norteamericanas decenas de fotografías sobre los abusos y vejaciones sexuales a las que los soldados estadounidenses sometían a los detenidos. Hasta es el escándalo de Abu Ghraib el que ha llamado la atención de la opinión pública, pero lo conocido sobre las "prisiones confidenciales de la CIA indica que los abusos han sido más serios" añadía el rotativo El diario estadounidense recoirdó que en enero último el secretario de Justicia Alberto Gonzales confirmó que la Casa Blanca autorizó a los interrogadores de la Agencia a someter a los reos a un tratamiento "cruel, inhumano y degradante", práctica prohibida por un tratado internacional que no es respetado por EEUU. Este martes, retomando nuevamente el tema, el diario The Washinton Post reveló que la agencia de inteligencia estadounidense esconde e interroga a destacados presuntos miembros de Al Qaeda en una "instalación secreta" en Europa del Este La CIA esconde e interroga a destacados presuntos miembros de Al Qaeda en una "instalación secreta" en Europa del Este, como parte de un "sistema encubierto de prisiones", afirma el Post.
El diario, que cita a funcionarios estadounidenses y de otros países conocedores del este asunto, indica que el "sistema encubierto de prisiones" fue establecido por la CIA hace cerca de cuatro años.
En varias ocasiones, el sistema contó con lugares de reclusión en ocho países, incluidos Tailandia, Afganistán y algunas "democracias del este de Europa", así como un pequeño centro en la prisión de Guantánamo, en Cuba.
La red secreta de centros de detención "es un elemento central en la guerra no convencional de la CIA contra el terrorismo", añade el Post señalando que estas operaciones dependen de la cooperación de los servicios de inteligencia extranjeros y de mantener el su existencia en secreto.
La existencia y ubicación de las instalaciones, a las que en documentos clasificados de la Casa Blanca, de la CIA, del Departamento de Justicia y del Congreso se les llama "lugares negros", es conocida solamente por un puñado de funcionarios en EEUU y por el presidente y unos pocos miembros de los servicios de inteligencia de cada país donde se encuentran, puntualiza el Post..
La CIA ha tenido en este sistema más de un centenar de detenidos, de los cuales una treintena son considerados importantes sospechosos terroristas y están confinados en instalaciones financiadas por la agencia estadounidense y gestionadas por su personal en Europa del Este, según The Washington Post.
Las instalaciones para presos de esa categoría en Tailandia y Guantánamo fueron cerradas en 2003 y 2004, respectivamente.
Otro grupo de alrededor de 70 detenidos y considerado menos importante, pasó por los "lugares negros" y posteriormente fueron entregados a los servicios de inteligencia de Egipto, Jordania, Marruecos, Afganistán y otros países, según The Washington Post.
Los prisioneros del primer grupo están aislados del mundo exterior, en la oscuridad, a veces en celdas subterráneas, no se les reconocen derechos legales y nadie que no sea de la CIA puede hablar con ellos o verles, según dijeron las mencionadas al Post. Los "presos fantasmas" En febrero último la agencia Associated Press difundió documentos donde se denunciaba que un prisionero en Abu Ghraib murió torturado cuando era interrogado. El prisionero era uno de los "detenidos secretos" de la CIA en esa prisión, de cuya existencia no había constancia oficial, según el informe. El caso reavivó la cuestión de los "presos fantasmas" de la CIA que -según varias organizaciones internacionales- estarían alojados y sometidos a programas de tortura en distintas bases secretas de la Agencia, además de Guantánamo e Irak. Un guardia del Ejército, el sargento Jeffery Frost, afirmó que los brazos del prisionero estaban estirados detrás de él de una manera que no había visto nunca antes, y que se quedó sorprendido de que los brazos del reo "no se saliesen" de sus articulaciones en los hombros, según una constancia sumarial de su entrevista. Manual de tortura, CIA, 1983 Documento ampliamente utilizado en América Latina entre 1983 y 1987 como manual de referencia por los instructores de la CIA y las Boinas Verdes. | | Las técnicas de tortura con prisioneros secretos -señalaba el documento- fueron aprobadas por el más alto nivel del Pentágono y del Departamento de Justicia, argumentando que Bush tenía la autoridad de violar los tratados de la Convencion de Ginebra en su "guerra contra el terrorismo". La central de espionaje americano, que es sometida a una pesquisa del Congreso estadounidense en torno al arresto y la interrogación de sospechosos de "terrorismo" en la prisión de Bagdad y otros puntos, declinó hacer comentarios al respecto, al igual que el Departamento de Justicia. Según in formaba The Washington Post en marzo pasado, el Inspector General de la Agencia investiga al menos una docena de casos de torturas en diferentes lugares, incluyendo un mínimo de cuatro muertes, entre ellas la de un afgano, quien por orden de un oficial de la CIA fue desnudado, encadenado y lanzado a un piso de concreto, donde pasó la noche en pleno invierno. Al comprobarse su muerte, señala el Post, fue enterrado en un lugar no identificado sin conocimiento de la familia, y el funcionario de la CIA que dio la orden resultó promovido. También en marzo pasado el también influyente diario norteamericano, The New York Times, se mofó del informe del Departamento de Estado sobre derechos humanos, ya que el mismo "pasó por alto" los maltratos cometidos en ultramar por las tropas del Pentágono. "De hecho, algunas de las prácticas que el reporte calificó de tortura cuando se refirió a gobiernos extranjeros fueron en un momento dado aceptadas en los centros de detención bajo jurisdicción del secretario de Defensa Donald Rumsfeld", señaló el Times. Según el rotativo norteamericano, resulta paradójico y llamativo que el informe critique al nuevo gobierno de Irak por los abusos cometidos, y no haga referencia a que dicha Administración fue impuesta por Washington. El documento del Departamento de estado "castiga a las fuerzas de seguridad iraquíes por los mismos tipos de detenciones arbitrarias, tratamiento abusivo y torturas practicadas en cárceles del ejército estadounidense y prisiones del espionaje norteamericano", señala The New York Times. De esta manera, y con pocos días de diferencia, tres de los más influyentes medios estadounidenses coincidieron en marzo pasado en nuevas revelaciones sobre los "presos fantasmas de la CIA" que la administración de George W. Bush y las autoridades de la secretaria de Defensa se empeñan en ocultar. De la misma manera el Pentágono hizo caso omiso de las conclusiones del llamado Informe Taquba (apellido del general que lo elaboró) que se refería a esas detenciones ilegales como âuna maniobra engañosa, contraria a la doctrina del ejército y violatoria del derecho internacionalâ. Centros de detención secretos En octubre del año 2004, una denuncia de la organización Human Rights Watch acusaba a la CIA por la "desaparición" de 11 detenidos de la red Al Qaeda. A la denuncia de Human Rights Watch se sumaba la información de un influyente diario israelí señalando que los integrantes de la organización se encuentran alojados en una base secreta de la CIA en Jordania. El diario israelí Haaretz, que citaba "fuentes de servicios de inteligencia internacionales", señalaba que la CIA tendría en Jordania a 11 miembros de la red terrorista dirigida por Osama Bin Laden, entre ellos a su número 3 y jefe de operaciones del grupo, el kuwaití, Khalid Sheikh Mohammed. Haaretz afirmaba que la cárcel se encuentra en un lugar desconocido de Jordania, que tiene la autorización del reino hachemí y que puede ser una instalación de los propios servicios de espionaje jordanos o una base secreta. Los representantes diplomáticos de EEUU en Ammán no formularon comentarios sobre esta información, que colocaba en una posición muy delicada a Jordania, un país aliado clave para EEUU que se encuentra en la mira de los islamistas por su apoyo a la ocupación militar de Irak. No es la primera vez que Jordania se ve implicada en la cuestión de los detenidos en la "guerra contra el terrorismo" de la Administración Bush. La información de Haaretz consignaba que el centro de detención secreto en Jordania está destinado a prisioneros relevantes, y en él se utilizarían técnicas y programas de interrogatorios extraídos de los manuales más siniestros de la inteligencia militar norteamericana. El diario trazaba un paralelo de lo que sucede en esa base con Guantánamo, Afganistán, Irak, donde la administración Bush afronta acusaciones de torturas y mal trato a prisioneros por parte de organizaciones de derechos humanos y de familiares de los detenidos. En su libro Rumsfeld's war, el periodista Rowan Scarborough, de The Washington Post, afirma que interrogadores jordanos han colaborado con la inteligencia de EEUU en la cárcel de Guantánamo. Según la denuncia efectuada la organización Human Rights Watch, esos detenidos "fantasmas" son objeto de presiones físicas y psicológicas como ahogos simulados bajo el agua, escuchar música a todas horas a un volumen muy elevado, impedirles conciliar el sueño, y aislamientos prolongados destinados a quebrar su voluntad.
En el documento de Human Rights Watch se señalaba asimismo que, en conocimiento de la aplicación de estas técnicas, George W. Bush habría pedido a sus colaboradores más cercanos que no le revelaran el lugar exacto en el que se encuentran los prisioneros "desaparecidos". Los desaparecidos son un símbolo del abuso de las dictaduras militares latinoamericanas en su "guerra sucia" contra la llamada subversión", dijo el consejero especial de HRW, Reed Brody. "Ahora se han convertido en una táctica de Estados Unidos en su enfrentamiento con Al Qaeda", agregó Brody. Brody reconoció que EEUU tiene derecho a combatir el terrorismo, pero insistió en que los detenidos deben ser sacados a la luz pública y "los culpables de delitos graves deben ser llevados ante la justicia para ser sometidos a juicios justos".
El funcionario Brody recordó que las desapariciones fueron "un sello característico de las dictaduras militares latinoamericanas durante la guerra sucia" contra lo que consideraban elementos subversivos, y ahora son "una táctica de EEUU" en su lucha contra Al Qaeda. HRW afirmó que el Gobierno de Washington, al no divulgar el paradero de algunos detenidos o no reconocer que los tiene en su poder, ha violado varios tratados internacionales y la Convención de Ginebra.
Reconociendo el derecho de EEUU a obtener información para defenderse de ataques de Al Qaeda y sus aliados, HRW argumenta que la detención clandestina de sospechosos a los que se mantiene incomunicados, viola "los principios más elementales" de una sociedad libre.
"Quienes sean culpables de serios crímenes deben ser llevados ante la justicia en juicios justos", señaló Brody. "Si Estados Unidos legitima la tortura y la "desaparición" de oponentes, abandona sus ideales y obligaciones internacionales y se convierte en una nación de menor grado".
Después de exigir a Estados Unidos que ponga a todos los detenidos, donde sea que se encuentren, bajo la protección de la ley, el informe solicita que se otorgue al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) acceso irrestricto a todos quienes fueron detenidos durante operaciones antiterroristas.
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