Hace 50 años, el 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes encabezados por Fidel Castro atacó el cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, y el cuartel de la ciudad de Bayamo.
El ataque al Moncada, aunque fue un fracaso militar, representó el inicio de la revolución cubana, que triunfó el 1 de enero de 1959, tras la fuga al extranjero del gobernante Fulgencio Batista.
Batista había sido acusado por Fidel Castro y sus compañeros de usurpar el poder en 1952 y no respetar la Constitución democrática de 1940.
Tras el ataque al Moncada, muchos de los jóvenes asaltantes fueron asesinados.
Fidel Castro dirigió el asalto. |
El Dr. Fidel Castro, quien fue capturado pocos días después en las montañas, era abogado y llevó a cabo su propia defensa.
Debido a su importancia histórica y en el marco del 50 aniversario del ataque al Moncada, reproducimos algunos fragmentos de su alegato, conocido por el nombre de "La historia me absolverá".
Señores magistrados:
Nunca un abogado ha tenido que ejercer su oficio en tan difíciles condiciones: nunca contra un acusado se había cometido tal cúmulo de abrumadoras irregularidades.
Uno y otro, son en este caso la misma persona. Como abogado, no ha podido ni tan siquiera ver el sumario y, como acusado, hace hoy 76 días que está encerrado en una celda solitaria, total y absolutamente incomunicado, por encima de todas las prescripciones humanas y legales.
| El plan fue trazado por un grupo de jóvenes ninguno de los cuales tenía experiencia militar. |
Escuché al dictador el lunes 27 de julio, desde un bohío de las montañas, cuando todavía quedábamos dieciocho hombres sobre las armas.
Se dijo por el mismo gobierno que el ataque fue realizado con tanta precisión y perfección que evidenciaba la presencia de expertos militares en la elaboración del plan.
¡Nada más absurdo! El plan fue trazado por un grupo de jóvenes ninguno de los cuales tenía experiencia militar.
Movilización
La movilización final de hombres que vinieron a esta provincia desde los más remotos pueblos de toda la Isla, se llevó a cabo con admirable precisión y absoluto secreto. Es cierto igualmente que el ataque se realizó con magnífica coordinación.
El Moncada era el principal cuartel en el este del país. |
Todo el mundo tenía instrucciones muy precisas de ser, ante todo, humanos en la lucha. Nunca un grupo de hombres armados fue más generoso con el adversario.
Cuando me convencí de que todos los esfuerzos eran ya inútiles para tomar la fortaleza, comencé a retirar nuestros hombres en grupos de ocho y de diez. La retirada fue protegida por seis francotiradores.
Planes
Nuestros planes eran proseguir la lucha en las montañas caso de fracasar el ataque al regimiento.
| No fue nunca nuestra intención luchar con los soldados del regimiento, sino apoderarnos por sorpresa del control y de las armas. |
No fue nunca nuestra intención luchar con los soldados del regimiento, sino apoderarnos por sorpresa del control y de las armas, llamar al pueblo, reunir después a los militares e invitarlos a abandonar la odiosa bandera de la tiranía y abrazar la de la libertad.
Una vez en poder nuestro la ciudad de Santiago de Cuba, hubiéramos puesto a los orientales inmediatamente en pie de guerra.
Espantosa tragedia
Quizás luzca fría y teórica esta exposición, si no se conoce la espantosa tragedia que está viviendo el país, sumada a la más humillante opresión política.
Fidel Castro fue detenido poco después del ataque. |
El 85 por ciento de los pequeños agricultores cubanos está pagando renta y vive bajo la perenne amenaza del desalojo de sus parcelas.
Más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas está en manos extranjeras.
Salvo unas cuantas industrias alimenticias, madereras y textiles, Cuba sigue siendo una factoría productora de materia prima. Se exporta azúcar para importar caramelos, se exportan cueros para importar zapatos, se exporta hierro para importar arados.
Todo el mundo está de acuerdo en que la necesidad de industrializar el país es urgente.
Tan grave o peor es la tragedia de la vivienda. Hay en Cuba 200.000 bohíos y chozas; 400.000 familias del campo y de la ciudad viven hacinadas en barracones, cuarterías y solares sin las más elementales condiciones de higiene y salud.
Niñez y educación
Nuestro sistema de enseñanza se complementa perfectamente con todo lo anterior.
El Moncada fue transformado en una escuela. |
A escuelitas públicas del campo asisten descalzos, semidesnudos y desnutridos, menos de la mitad de los niños en edad escolar y muchas veces el maestro quien tiene que adquirir con su propio sueldo el material necesario. ¿Es así como puede hacerse una patria grande?
De tanta miseria sólo es posible liberarse con la muerte; y a eso sí los ayuda el Estado: a morir. El noventa por ciento de los niños del campo está devorado por parásitos que se les filtran desde la tierra por las uñas de los pies descalzos.
La sociedad se conmueve ante la noticia del secuestro o el asesinato de una criatura, pero permanece criminalmente indiferente ante el asesinato en masa que se comete con tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por falta de recursos.
Una historia...
Os voy a referir una historia. Había una vez una república. Tenía su Constitución, sus leyes, sus libertades, Presidente, Congreso, tribunales; todo el mundo podría reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad.
| Había una vez una república. Tenía su Constitución, sus leyes, sus libertades, Presidente, Congreso, tribunales; todo el mundo podría reunirse, asociarse, hablar y escribir con entera libertad... |
El gobierno no satisfacía al pueblo, pero el pueblo podía cambiarlo y ya sólo faltaban unos días para hacerlo. Existía una opinión pública respetada y acatada y todos los problemas de interés colectivo eran discutidos libremente.
Había partidos políticos, horas doctrinales de radio, programas polémicos de televisión, actos públicos, y en el pueblo palpitaba el entusiasmo.
Este pueblo había sufrido mucho y si no era feliz, deseaba serlo y tenía derecho a ello. Lo habían engañado muchas veces y miraba el pasado con verdadero terror...
Deseaba un cambio, una mejora, un avance, y lo veía cerca. Toda su esperanza estaba en el futuro.
Fulgencio Batista
¡Pobre pueblo! Una mañana la ciudadanía se despertó estremecida; a las sombras de la noche los espectros del pasado se habían conjurado mientras ella dormía, y ahora la tenían agarrada por las manos, por los pies y por el cuello.
Batista gobernó a Cuba de 1940 a 1944 y de 1952 a 1959. |
Aquellas garras eran conocidas, aquellas fauces, aquellas guadañas de muerte, aquellas botas...
No; no era una pesadilla; se trataba de la triste y terrible realidad: un hombre llamado Fulgencio Batista acababa de cometer el horrible crimen que nadie esperaba.
"Un humilde ciudadano"
Ocurrió entonces que un humilde ciudadano de aquel pueblo, que quería creer en las leyes de la República y en la integridad de sus magistrados a quienes había visto ensañarse muchas veces contra los infelices, buscó un Código de Defensa Social para ver qué castigos prescribía la sociedad para el autor de semejante hecho.
Muchos jóvenes murieron tras el ataque. |
Sin decir una palabra a nadie, con el Código en una mano y los papeles en otra, el mencionado ciudadano presentó un escrito denunciando los delitos y pidiendo para Fulgencio Batista y sus 17 cómplices la sanción de 108 años de cárcel como ordenaba imponerle el Código de Defensa Social con todas las agravantes de reincidencia, alevosía y nocturnidad.
Señores magistrados: Yo soy aquel ciudadano humilde que un día presentó inútilmente ante los tribunales para pedirles que castigaran a los ambiciosos que violaron las leyes e hicieron trizas nuestras instituciones.
Y ahora, cuando es a mí a quien se acusa de querer derrocar este régimen ilegal y restablecer la Constitución legítima de la República...un fiscal con el Código en la mano, muy solemnemente, pide para mí veintiséis años de cárcel.
Derecho de rebelión
El derecho de rebelión contra el despotismo, señores magistrados, ha sido reconocido, desde la más lejana antigüedad hasta el presente, por hombres de todas las doctrinas, de todas las ideas y todas las creencias.
Castro salió de la prisión gracias a una amnistía y viajó al exilio. |
Parecía que el Apóstol (José Martí) iba a morir en el año de su centenario, que su memoria se extinguiría para siempre, ¡tanta era la afrenta! Pero vive, no ha muerto, su pueblo es rebelde, su pueblo es digno, su pueblo su fiel a su recuerdo; hay cubanos que han caído defendiendo sus doctrinas.
Termino mi defensa, no lo haré como hacen siempre todos los letrados, pidiendo la libertad del defendido; no puedo pedirla cuando mis compañeros están sufriendo ya en Isla de Pinos ignominiosa prisión.
Enviadme junto a ellos a compartir su suerte, es inconcebible que los hombres honrados estén muertos o presos en una república donde está de presidente un criminal y un ladrón.
"La historia me absolverá"
A los señores magistrados, mi sincera gratitud por haberme permitido expresarme libremente, sin mezquinas coacciones; no os guardo rencor , reconozco que en ciertos aspectos habéis sido humanos y sé que el presidente de este tribunal, hombre de limpia vida, no puede disimular su repugnancia por el estado de cosas reinantes que lo obliga a dictar un fallo injusto.
La revolución triunfó el 1 de enero de 1959. |
En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no la ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos.
Condenadme, no importa, la historia me absolverá.