¿Y Estos se Merecen el Premio Nobel?
por José Brechner
¿Quiénes son peores, los que reciben el premio o los que lo otorgan? Si pasamos revista a quienes recibieron dicho premio, particularmente el de la Paz, en los últimos años, francamente cuesta llegar a una conclusión contundente.
De los premios Nobel, el que más aplausos y críticas genera, es el de la Paz, porque lo puede recibir cualquiera y en las últimas décadas pareciera que se lo otorgan a cualquiera, valorando únicamente la línea política del receptor, que debe coincidir con la de los miembros del Comité Nobel, -que es un ente político- y siguiendo la moda populista del momento, son de izquierdas y aparentemente antiamericanos.
Pérez Esquivel promotor de la teología de la liberación y comunista disfrazado, en visita reciente al Paraguay criticó duramente la presencia de tropas estadounidenses en ese país, expresando que: “…no es más que espionaje sobre los recursos naturales de la región, en especial el Acuífero Guaraní, una extensa reserva subterránea de agua dulce.” Pues parece que, de ahora en adelante deberemos entrar armados al baño para ver quién usa el inodoro o la ducha, porque el agua se convirtió en motivo de espionaje militar.
Cuando el presumido Nobel, llegó a Bolivia en 1985, a la primera persona que visitó fue al jefe del Partido Comunista. A pedido mío un periodista le preguntó por qué nunca menciona la violación de los Derechos Humanos en la entonces existente Unión Soviética o en Cuba, lo que ocasionó que brotara su habitual arrogancia haciendo una alusión peyorativa personal en vez de contestar a la pregunta, algo común en aquellos que no tienen argumentos para defender sus actos e ideas. Parece que le toqué su punto débil, los izquierdistas no encarcelan ni matan, solo lo hacen los militares derechistas.
Otro torcido Nobel de la Paz, es Rigoberta Menchú, cuya autobiografía es parte del currículo de estudio obligatorio para los estudiantes de cursos básicos en muchas universidades norteamericanas, incluida Stanford. - Después se pregunta el mundo por qué los universitarios son extremistas incoherentes -. Su libro habla en primera persona del racismo y la brutalidad con que son tratados los indígenas en Guatemala, lo que además del Nobel, le favoreció para recibir varios Doctorados Honorarios y el título de Embajadora de Buena Voluntad de las Naciones Unidas.
Poco después de haber sido galardonada, el New York Times, reveló que era imposible que ella hubiese participado de gran parte de los eventos a los que hace referencia, lo que fue corroborado por el antropólogo David Stoll que entrevistó a más de cien personas del lugar donde supuestamente sucedieron los hechos. Por ejemplo, Rigoberta menciona emotivamente cómo vio morir de hambre a su hermano Nicolás, pero el New York Times, lo descubrió sano y rebosante, viviendo una vida próspera en un pueblo guatemalteco. Rigoberta también fabricó la historia de que un segundo hermano fue quemado vivo por las Fuerzas Armadas, mientras sus padres eran forzados a contemplar la tortura. Todo el libro es una sucesión de mentiras, pero: ¡Cuidado con contradecirla! Saldrán cientos de defensores ultra-izquierdistas como ella, para denunciar de racista a quien lo haga.
Wangari Maathai, la primera mujer africana galardonada con el Nobel, - como Rigoberta, la primera mujer indígena-, fue premiada por plantar árboles. ¿Qué tiene que ver la ecología con la Paz? Si plantar árboles nos libra de las guerras y los tiranos, el Comité de Estocolmo debería repartir semillas por el mundo. Wangari Maatthai lo único que tiene en común con los otros Nobel es que es neocomunista, anti-occidental. Su ingreso al salón de la fama –o la infamia- fue decir públicamente, que: “El SIDA es un arma biológica fabricada por el mundo desarrollado para acabar con la raza negra”.
Los actuales laureados son Mohamed El Baradei y la institución que él dirige, la IAEA (Agencia Internacional para la Energía Atómica). Veamos qué hicieron: ¿Acabaron con la proliferación de armas nucleares? ¿Impidieron que Francia practique con bombas atómicas en el Pacífico Sur? ¿Terminaron con la amenaza de Corea del Norte? ¿Clausuraron la planta de energía nuclear de Irán? ¿Obtuvieron que Libia abandone su programa atómico pacíficamente? ¡No! ¡No hicieron nada! Solo adquirieron notoriedad por oponerse a la invasión de Irak.
Pero falta un par de famosos Nobel: Shimon Peres y Yasser Arafat, a quienes se los premió seguramente por lograr la paz, estabilidad y democracia en el Medio Oriente, donde desde ese día dejó de haber atentados terroristas y bombardeos. Los asesinatos cotidianos deben ser fabricación de los medios para vender más. La denominación de Arafat fue suficiente para que un miembro del Comité Nobel renuncie a su cargo, alegando que no es posible que se enaltezca al padre del terrorismo internacional. ¿Quiénes son peores, los que reciben el premio o los que lo otorgan? La realidad es, que son tal para cual.
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