(IAR-Noticias) 14-Dic-05 Agencias Parlamentarios bolivarianos presentaron grabaciones que, según afirmaron, prueban "inequívocamente" la participación de EEUU en un plan terrorista de la CIA para desestabilizar a Venezuela., en tanto que el presidente Chávez denunció persistencia de plan conspirativo contra su gobierno. Diputados bolivarianos, encabezados por el presidente de la Asamblea Nacional, Nicolás Maduro, divulgaron en rueda de prensa tres grabaciones telefónicas entre Patricia Andrade, presunta agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), y Tamara Sujú, sobrina del general Oswaldo Sujú, vinculado al golpe de Estado de 2002. En las conversaciones grabadas se menciona a instituciones oficiales estadounidenses e incluso se sugiere la utilización de la valija diplomática de la embajada de EEUU en Caracas como correo de los presuntos terroristas. Andrade, venezolana con 10 años de residencia en EEUU, fue presentada como una colaboradora del ex encargado de Washington para América Latina, Roger Noriega, y con importantes contactos en altas esferas políticas de la capital estadounidense, entre ellas la Organización de Estados Americanos (OEA). En tanto el presidente, Hugo Chávez, aseguró que las denuncias de un complot terrorista durante las pasadas elecciones parlamentarias son la punta del "iceberg" de un plan violento que pretende introducir la violencia en el país.
Gracias a infiltrados dentro de los grupos de extrema derecha, el gobierno detectó que continúan los encuentros entre conspiradores civiles, militares y "hasta gente de la Iglesia" y funcionarios del Gobierno estadounidense, señaló el presidente bolivariano.
Mediante una llamada telefónica anoche al programa "Contragolpe", de Venezolana de Televisión, Chavez puntualizó que en esas conversaciones participa también el ex líder empresarial y presidente de facto durante el golpe de Estado de 2002, Pedro Carmona.
El presidente venezolano reveló que las evidencias de la conspiración previa a las elecciones del pasado 4 de diciembre, lo llevaron a llamar a algunos cuarteles, a desplegar la Fuerza Aérea y a disponer de helicópteros artillados durante esos días. Los diputados, por su parte, que no identificaron el origen de las grabaciones, dijeron que tienen más pruebas contra EEUU y contra "los apátridas venezolanos que trabajan para ellos" y prometieron presentarlas. Maduro explicó que las acciones desestabilizadores tienen por objeto impedir las elecciones presidenciales de diciembre de 2006 en las que, según todos los vaticinios, el presidente Hugo Chávez tiene asegurada la reelección. Señaló que el plan, dirigido por la CIA, cuenta con la cooperación de dos emisoras privadas de televisión a cuyos directivos emplazó para que digan qué saben del asunto. Denunció que uno de los aspectos del plan sería insistir en crear una matriz de opinión internacional que presente al gobierno venezolano como torturador, violador de los derechos humanos y culpable de tener presos políticos, además de estar sostenido por instituciones ilegítimas. El pasado jueves, el mismo grupo de diputados presentó la primera seried e pruebas que ya fueron entregadas a la Fiscalía General de la Nación y a la Fiscalía Militar para que abran las investigaciones. En las grabaciones del jueves pasado destacaron una conversación en la que se mencionó la comisión de atentados en los que podrían morir 15.000 personas. También señalaron que las explosiones registradas en Caracas la víspera de las elecciones legislativas del 4 de diciembre y la voladura del oleoducto que alimenta la refinería de Amuay, una de las mayores del mundo, en la región noroccidental del país, formaban parte del plan terrorista. El presidente Chávez, por su parte, señaló que las denuncias presentadas por los parlamentarios la semana pasada sobre un plan terrorista, en el que los complotados estimaron morirían 15 mil personas, constituyen la punta del "iceberg" de un movimiento internacional para provocar la violencia. "No me van a agarrar como el 11 de abril de 2002", aseguró Chávez, recordando el golpe de Estado que lo derrocó del poder durante tres días.
Según el presidente de Venezuela, algunos militares golpistas que participaron en los sucesos de 2002 llamaron a varios batallones en el estado de Guárico como parte de los planes desestabilizadores, que incluyen la posibilidad de un magnicidio.
Chávez se refirió también la que calificó de grosera maniobra de observadores electorales internacionales que convocaron a renovar a las autoridades electorales luego de los comicios.
Luego consideró que la baja participación en las elecciones (25 por ciento) obedeció a fallas en los comandos de campaña, la falta de un debate profundo y el triunfalismo. |