El protagonista de nuestra historia es uno de tantos “luchadores por la libertad de Cuba” que pasan el rato en Miami haciendo panfletos o embarcándose en una comitiva de barquitos para ir a “liberar” a la isla pero que, al poco, regresan a puerto porque la furia del mar no los dejó avanzar a pesar de que las cámaras de televisión muestren un cielo azul y una brisa placentera invite a pegarse un chapuzón o a tomarse un refresco.

Observen bien la foto del “mártir dispuesto a todo", así como los fantoches que pululan a su alrededor en plan solidario. Parecen verdaderos deudos velando a un futuro muerto. Evidentemente, los mafiosos y nostálgicos de Miami necesitan, cada cierto tiempo, de espectáculos circenses como éste para levantar el alicaído ánimo.

Viendo semejante escena, me pregunto si estará dispuesto a morir de huelga de hambre o simplemente trata de imitar -a su manera- a otro payaso: el “paralítico” Valladares. Ya se sabe que estas cosas dan fama y dinero. Sobre todo, dinero.

Había una vez un circo que alegraba siempre el "bolsillón"...