Harina de otro costal - LA CUBA DEL GRAN PAPIYO

MARIO J. TORRES

Harina de otro costal

El silenciosamente torturado, diezmado y hambreado pueblo cubano, víctima de largos y traumáticos años de privaciones, frustraciones, miseria, represión, engaño, destrucción, cárcel, separación, pérdida de identidad nacional y cruenta tiranía yace oculto en inaudible queja, envuelto entre la falsa propaganda de su dictador caribeño, la indiferencia de su vecino norteamericano, la confusión de muchos no cubanos engañados por diferentes corrientes y tendencias ideológicas y por la irreal imagen de minorías que no lo representan y por ende, sufre doblemente, pero siempre bien escondido de la vista de los muchos que injustamente lo no quieren ver ni creer.

Detrás de políticos, acomodados, extremistas, centristas, conservadores, manipuladores, aprovechados, tercos, radicales, fanáticos, presuntos terroristas, falsos o reales mafiosos, que no son muestras auténticas de la verdadera población cubana común y corriente, tanto en la isla como en el exilio, detrás de todo juego o estrategia por intereses políticos o económicos, existe ese pueblo real que muere en vida dentro y fuera de la isla y ese es el que vale.

A pesar de la insistencia de portavoces del exilio y de gran parte de la opinión pública mundial, de la evidencia de las migraciones masivas de balseros que arriesgan su vida por huir de la isla, de los vívidos testimonios de los refugiados, ex-presos políticos e inmigrantes, de las noticias y condenas por violaciones de los derechos humanos en Cuba, del totalitarismo de un sistema por casi medio siglo, de la destrucción del país y de su economía, de los millones de cubanos que por diferentes vías han escapado de ese infierno, de los presos políticos que abarrotan las cárceles, de las miles de vidas perdidas en intentos de salidas del país durante más de 40 años, al maniático criminal cubano todavía se le cree y muchos lo defienden y justifican ya sea por un enfermizo anti-americanismo de algunos, por antagonismos internos y diferencias políticas de muchos, por el deterioro y falta de credibilidad de los gobiernos latinoamericanos, por la mala concepción que muchos tienen del pueblo cubano en el exilio como una "mafia" o por lo totalmente increible de la situación de Cuba que no es asimilable para muchas mentes que no lo hayan presenciado, sufrido y vivido en carne propia.

Y por todas estas razones, pasan los años, no ocurre nada, no porque el pueblo no lo quiera sino porque no puede y por ende, éste sigue y está "como para el cementerio" como textualmente manifestó una cubana que fue de visita a la isla recientemente. La gente se muere por un plato de comida, la gente roba comida, la gente no tiene ropa, las tiendas no venden comida; lo que se vende es por dólares cuya tasa es 25 pesos cubanos contra 1 dólar o moneda convertible, comunmente llamada "chavito". El cubano de a pie se distingue por su cara prieta y huesuda y su cuerpo desnutrido como un indigente. No hay leche para los niños y el pan es de mala calidad y está superracionado. No hay suministro de agua, no hay medicinas, no hay combustible para cocinar, no hay jabón ni pasta dental, no hay transporte que no sea coches de caballos o bicicletas, las calles y edificios están deteriorados, abandonados o destruidos, hay apagones por más de 10 horas diarias; lo que se consigue es caro y hay que "luchar el billete" como dice el cubano en su jerga popular. Un muslo de pollo vale 25 pesos, una libra de arroz o frijoles 15, un mazo de "cebollín" lleno de tierra y hojas vale 5 pesos, una libra de carne de cerdo más de 25 pesos, la carne de res esta prohibida para los cubanos y el que la venda corre el riesgo de 20 años de cárcel y todo esto es a lo escondido ya que es ilegal para el gobierno y si la autoridad sorprende a un vendedor de estos, lo multa y le confisca su mercancia, posiblemente para comérselas ellos. Otros alimentos que son elementales y necesarios para la salud y nutrición humanas no existen en Cuba. Y aparte de todo esto, el que se queje va a la cárcel debido al complejo e increible sistema de represión de los CDR, los Sindicatos y la Seguridad del Estado que viven constantemente vigilando, acosando y reprimiendo al pueblo. En Cuba no hay libertad de expresión ni de religión, no existen elecciones, la cacareada educación es un lavado de cerebros, la economía del país está destrozada y toda la culpa el tirano se la achaca al "bloqueo imperialista" y a no a su inhabilidad de gobernar y a sus fallidos y locos planes económicos y alimentarios ya que solo se ha dedicado a ser un exportador de revoluciones enviando hombres a morir a guerras sin sentido o a ser punta de lanza de propaganda y espionaje.

Además, todos los recursos del estado están destinados al turismo que es el que mantiene el país y a la nueva clase dominante de la élite en el poder.
Cuba es un país como el de Alicia donde la gente está viva de milagro. ¿ Habrá que gritar esta verdad y rajar el cielo para que nos crean?

Los que pudimos escapar somos bienaventurados que debemos estar agradecidos de vivir en un pais libre y exento de miseria y tenemos que enfrentar con paciencia los pequeños problemas que encaramos a diario, que son ínfimos comparados con el purgatorio cubano de la isla.

Se debe aprender a discriminar mafia y extremistas del pueblo que sufre, se debe dieferenciar "imperio" de nacionalidad cubana real y no hacerlo implica una neo-ignorancia mucho más peligrosa que la histórica que el dictador clama favoreció a ese "imperio". Otros latinos que conviven en Miami con los cubanos deben eliminar su celo hacia ellos y comprender la grave esencia política de su estatus que no es ni remotamente comparable con la situación de sus paises.

El pueblo cubano, para colmo de males, tiene que soportar que los desmienta cualquier nacional de otro pais que le crea a la propaganda mentirosa del monstruo y que además sea totalmente desconocedor de las increibles penurias y miserias que a las que los cubanos han sido castigados por décadas y que se atreva a juzgarlos, condenarlos y criticarlos como si el castigo no fuera ya suficiente. Los cubanos han sido injustamente marcados por Castro en el mundo como balseros, como gente inferior y miserable, como pobres, errantes o cobardes de manera tal que el ser cubano se ha convertido en hoy en día en una maldición hasta que la justicia y destino lo decidan de otra forma.

Esta debe ser una lucha y un llamamiento de unión de todos los cubanos y no cubanos 100 a 0 contra el tirano y contra su injusticia, sin excusa ni pretexto alguno, puesto que no hay nada que justifique que éste se le defienda: ni las más corruptas y atrasadas democracias latinoamericanas, ni el más grande anti-americanismo europeo, ni el mayor odio a la política del presidente norteamericano, ni las teorías más nobles e idealistas de redentores y justicieros. El mundo debe finalmente conocer y creer la horrible verdad que vive el pueblo de Cuba y tomar acción contra su verdugo. El castrismo, que es un fenómeno inaudito en pleno siglo XXI, está fuera de toda política y es solo comparable con una forma más refinada y moderna del nazismo por lo que debe ser urgentemente extirpado una vez y por todas sin que haya argumento a su favor ya que esta es una cuestión de humanidad y de vida o muerte de un pueblo que está siendo exterminado y asesinado a mansalva en un campo de concentración con el mar como alambre de púas

MARIO J TORRES
DICIEMBRE 2005