Once de los quince cubanos repatriados a la isla luego de llegar a un puente abandonado en Estados Unidos posan para una foto en la ciudad de Matanzas.
Posted on Fri, Mar. 03, 2006
Balseros del puente se alistan para venir a EEUU
JOSE LUIS PANIAGUA / EFE
MATANZAS, Cuba
Dos meses después de comenzar su travesía en una balsa para tratar de llegar a suelo estadounidense, 15 cubanos se preparan de nuevo para viajar a la Florida. de la mano ahora de una decisión judicial recibida como un ``regalo del cielo''.
''Estamos felices, contentos y se supone que en menos de un mes tendremos que llegar allí'', dijo a EFE Ernesto Hernández, un ponchero de 47 años que se embarcó junto a su esposa y un hijo de 13 años en la ''rústica'' (balsa).
La embarcación, construida por ellos mismos con un gasto de unos $4,000, llegó milagrosamente a un puente del litoral de Florida, aunque las autoridades estadounidenses consideraron que no formaba parte de tierra firme.
Sin embargo, un juez de Miami decidió el 28 de febrero que sí lo era y que a los balseros se les puede aplicar la normativa de ''pies secos'', que permite a los cubanos el ingreso en el país tras pisar suelo de EEUU.
Ahora, 11 de ellos reunidos en una casa de un barrio humilde de Matanzas, unos 100 kilómetros al este de La Habana, se ríen de las anécdotas de los meses previos.
Les brillan los ojos ante la perspectiva de poder ir a EEUU y se ponen serios cuando recuerdan el patrullero que les trajo de vuelta.
''Todavía duele'', dice Lázaro Martínez, al recordar que la patrullera les recogió en un muelle que hay en el puente.
''Nos dijeron que nos llevaban a tomar cerveza a Florida y cuando ya estábamos a punto de salir, porque nos dijeron que se prepararan los cinco primeros (para desembarcar), llamaron al barco y la patrullera se alejó un poco de la costa y ya no volvió'', explicó Martínez.
Desde que regresaron a Cuba, el pasado 9 de enero, tras pasar por varios barcos, entre ellos un ''escampavía'', un tipo de nave en la que estuvieron hasta que se determinó su deportación, siguieron los avatares de su caso ''paso a paso, día a día, en la espera y en comunicación constante'' con sus familiares en Florida.
Martínez, de 31 años, recuerda las características del puente y asegura que cuando llegaron a él ya habían superado incluso otro por el que circulaban vehículos.
Pero, finalmente, la perspectiva de poder ir a EEUU aplaca su verborragia y le cambia el rostro.
Martínez alaba a Ramón Saúl Sánchez, el presidente del Movimiento Democracia de Miami, ``que se portó de forma excelente y fue el que hizo la huelga (de hambre) y desde el principio fue el impulsor de esta realidad que estamos viviendo ahora''.
''Ha valido la pena. Al menos ahora otros podrán beneficiarse de ello (del fallo judicial)'', agrega.
'Cuando vuelves después de haberlo dejado todo, después de meses escondiendo `la rústica', consiguiendo materiales y sufriendo cada noche, te quieres morir'', dice Ernesto con el gesto contraído.
Todos creen que en Estados Unidos podrán cumplir sus sueños.
Hermes Hernández, de 22 años, dice que es cinturón negro de karate y quiere vivir del deporte y Noel Lázaro Reyes se imagina con su propia ''rastra'', nombre que usan los cubanos para los camiones de carga.
Ernesto dice que no tiene problemas en dedicarse a cualquier cosa, pero flirtea con la idea de abrir un taller para reparar neumáticos.
''No he vivido hasta ahora como quería y ahora quiero vivir como yo quiera el resto (de la vida) y ver salir adelante a mi familia'', dice Ernesto.
Están convencidos de que las autoridades estadounidenses les proporcionarán los salvoconductos que necesitan para entrar en ese territorio.
De lo contrario, afirman, están dispuestos a tirarse otra vez al mar.
La televisión cubana informó ayer de la muerte de 31 personas que viajaban en una balsa rumbo a Estados Unidos. La tragedia, según confirmaron fuentes a EFE, ocurrió a finales de diciembre.
El año pasado 2,631 balseros cubanos fueron interceptados por los guardacostas de EEUU, la cifra más alta desde 1994.