¿Por qué la izquierda debería enfurecerse ante la sola mención de Hugo Chávez?
Álvaro Vargas Llosa *
07 de Marzo de 2006
1. Chávez hace la guerra, no el amor. La izquierda ha condenado en reiteradas oportunidades a la derecha por juzgarla militarista. Ha exigido el desarme en la región, por considerar inmoral que los recursos sean utilizados para comprar armas cuando tanta gente padece hambre. Hugo Chávez ha iniciado la mayor acumulación de armamento en América Latina en mucho tiempo. Está adquiriendo helicópteros Mi-17 y Mi-35, aviones de combate Mig-29, aviones de transporte C-295, barcos de patrulla y corbetas por valor de más de $2 mil millones. Ha tocado todas las puertas, de Brasil a España, de Rusia a China, ansioso por adquirir armamento.
2. Chávez es todo un privatizador. La izquierda ha criticado a la derecha por querer privatizar el estado. Hugo Chávez ha emprendido la mayor privatización en América Latina hasta la fecha al expandir el número de reservistas militares de 90.000 a un millón. Estos reservistas no son responsables ante la jerarquía del Ejército. Lo que Chávez ha creado es una milicia privada que le responde de manera directa y personal. No olvidemos que a lo largo de los años han tenido lugar varios asesinatos perpetrados por francotiradores chavistas (el más conocido fue el asesinato de diecisiete manifestantes en abril de 2002).
3. Chávez no se cansa de hacer negocios con los Estados Unidos. La izquierda considera que la economía estadounidense prospera a expensas de las economías más pobres del mundo, incluidas las latinoamericanas. Debería sentirse agraviada por el hecho de que Chávez venere la economía de los EUA al punto de suministrarle un millón y medio de barriles de petróleo diarios, el equivalente al 60 por ciento de sus exportaciones petroleras, que a su vez representan el 80 por ciento de las exportaciones totales de la Nación. Chávez no ha hecho el más mínimo esfuerzo por empezar a honrar su promesa de sustituir a los Estados Unidos por China como socio comercial en materia de petróleo: sabe que el costo de transportarlo hasta China es sencillamente demasiado oneroso y que el oleoducto de Panamá a través del cual tendría que trasladarlo para llevarlo hasta el Pacífico está ya ocupado porque transporta petróleo de otros países en la dirección opuesta.
4. Chávez desea convertirse en un banco mundial. Pocas causas han apasionado más a la izquierda en las últimas décadas que la deuda externa de las naciones en desarrollo. Ella atribuye la deuda a una conspiración de parte de los grandes bancos y los gobiernos que los respaldan. Chávez se está convirtiendo rápidamente en un temible prestamista para varias naciones latinoamericanas mediante la adquisición de sus títulos públicos (que son emitidos solamente después de que él ofrece comprarlos). Se ha convertido él mismo en un Fondo Monetario Internacional (FMI) y en un Banco Mundial (BM). Combinados, Argentina y Ecuador le deben hasta ahora poco menos de $2 mil millones.
5. Chávez contamina el medioambiente. La izquierda ha denunciado el capitalismo industrial como un asalto al medioambiente y ha reclamado una y otra vez la sustitución del petróleo como fuente primaria de energía debido a sus efectos contaminantes. Pero el gobierno de Chávez posee montones de refinerías y recauda a lo grande con el procesamiento de su crudo, que contiene abundante sulfuro. Tan sólo en los Estados Unidos, Citgo, la filial de la petrolera estatal de Venezuela, posee ocho refinerías y le paga a Chávez casi $500 millones al año en concepto de dividendos.
6. Chávez adopta la postura de Pinochet contra la libertad de prensa. La izquierda ha criticado acertadamente el trato dado por Pinochet a la prensa chilena durante su dictadura de 16 años. Chávez ha promulgado una Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión a la que Human Rights Watch, la organización a la que usualmente recurre la izquierda cuando quiere darle peso a sus críticas contra la censura de prensa bajo gobiernos de derecha, ha denominado "una receta para la autocensura".
7. Chávez ha aumentado la pobreza. La izquierda ha criticado la década de los años 90 por el fracaso del "neoliberalismo" (políticas de libre mercado) en el objetivo de reducir la pobreza en América Latina. La pobreza en Venezuela se encuentra aún por encima del nivel que tenía en 1998, el año en el que Chávez fue elegido presidente. Durante los primeros cinco años, la pobreza se incrementó en un 10 por ciento según el organismo gubernamental que difunde estadísticas (cuando Chávez se percató de que la información había sido publicada, ¡era demasiado tarde!) En los dos últimos años, aún cuando la Economía ha crecido en razón de los astronómicos precios del petróleo y de un efecto "rebote", la pobreza ha disminuido poco y la cifra general está todavía por encima de la de 1998.
8. Chávez promueve la dominación extranjera. La izquierda ha sido tradicionalmente nacionalista en América Latina, censurando la presencia militar, política o económica de potencias extranjeras (la de España y Portugal en los tiempos de la Colonia, la de Gran Bretaña en el siglo 19, la de los Estados Unidos en el siglo 20). Hay entre 30.000 y 50.000 "consejeros" cubanos en Venezuela, colaborando en todo tipo de cosas: desde la construcción del sistema de inteligencia hasta la prestación de servicios "sociales" en las "misiones" financiadas por el Gobierno (una de ellas, la "Misión Barrio Adentro", se encuentra íntegramente manejada por los cubanos). Ello representa entre una quinta y una tercera parte del número de soldados estadounidenses en Irak.
9. Chávez envía al exterior dinero que se necesita dentro del país. Durante años la izquierda ha criticado vehementemente las remesas que envían a sus países los inversionistas extranjeros en América Latina, con el argumento de que las ganancias generadas por los recursos latinoamericanos deberían permanecer en casa. Hace pocas semanas, justo cuando los venezolanos se estremecían al descubrir que el viaducto que conecta el principal aeropuerto del país con la ciudad de Caracas había colapsado, Chávez anunciaba que entregará a Bolivia 200.000 barriles de combustible diesel por mes para ayudar a Evo Morales.