El anticastrista Humberto Fontova, entrevistado en La Mañana de la Cope en su edición de fin de semana, explicó que los cubanos no se rebelan contra el gobierno de Fidel Castro porque no tienen la ayuda que los españoles pudieron recibir de Hitler y de Mussolini en la guerra civil. Su espontáneo paralelismo es evidente, la revolución cubana vendría a ser como la II República española y una ayuda del fascismo, como la recibida por Franco de Hitler y Mussolini, permitiría que desde el interior se produjese la subversión necesaria para derrocar al gobierno.
Las declaraciones de Fontova en la COPE, con motivo de la publicación de un libro contra Cuba, es coherente con sus planteamientos políticos puesto que reivindicó la Cuba de la dictadura de Batista como uno de los países más desarrollados de la época.
En la presentación del libro, este cubanoamericano que añora la ayuda de Hitler y Musolini estuvo acompañado del poeta cubano Raúl Rivero y de Alberto Recarte, vicepresidente de la Fundación Hispano Cubana, una asociación ligada al Partido Popular. Ambos se extendieron en halagos hacia el autor.
Humberto Fontova, que habla con un español con claro acento estadounidense debido a que salió de Cuba con siete años, argumentó su discurso en su entrevista en la COPE, llamando “imbéciles a quienes se ponen camisetas del Che Guevara”. Según él, el argentino mató, “500 cubanos, otros dicen 700 y otros 1862”. Quizás fue por esta precisión por la que Raúl Rivero calificó el libro, durante su presentación en la Fundación Hispano Cubana, de escrito " con razón, información y rigor”. Reconoce Fontova que existe un gran apoyo en el mundo de la cultura y el cine a la revolución cubana. La razón, según señala, no es otra que el chantaje al que son sometidos tras haberles grabado en las habitaciones de los hoteles el gobierno cubano cuando disfrutaban del turismo sexual.
También nos aclaró que en Cuba no hubo una guerra de guerrillas de Fidel Castro y el Che contra Batista, sino que la guerra de guerrillas fue entre 1960 y 1966 contra Fidel y el Che. A pesar de que eran 159 grupos insurgentes no vencieron porque no les ayudó Estados Unidos, afirma.
Del Che nos ofrece una información desconocida hasta ahora, y por supuesto rigurosa y coherente: "El Che odiaba el rock and roll y el pelo largo, que él mismo llevaba, y todas esas cosas de la juventud".
El cubanoamericano, animado por el presentador de la COPE, también hace un llamamiento internacional contra Fidel Castro y pide que los gays y lesbianas se movilicen indignados contra la represión de la homosexualidad en Cuba. No nos imaginábamos a la radio de la Conferencia Episcopal tan preocupada por los derechos de los homosexuales. Ante lo cual se me ocurren varios comentarios, primero que por qué se tiene que rebelar los homosexuales y no los heterosexuales; y segundo que por qué contra la represión de los homosexuales si, según dice, la represión es contra todo el mundo. Y, por último, si fuese a Cuba vería que los homosexuales que, según dice están en campos de concentración, donde están es tomando ron en el malecón donde se reunen todas las noches y que el parlamento cubano está estudiando una propuesta para realizar gratuitamente las operaciones de cambio de sexo en el sistema de salud cubano.
Con el rigor periodístico habitual de la COPE, el entrevistador, Dieter Brandau, le sugirió al entrevistado que les diese “un poco de esperanza” y le preguntó que pasará en Cuba “cuando fallezca el monstruo”. Fontova respondió que “el problema es que Fidel Castro tiene 79 años y su padre y su madre vivieron hasta los 94 y 95 años de edad”. El periodista imparcial le responde: “le he pedido un mensaje de esperanza, no me diga que tenemos que aguantar otros veinte años a este genocida”. El cubanoamericano responde que “hay gente que dice que es Raúl Castro el que gobierna desde hace seis o siete años, por lo que si Estados Unidos no ayuda, seguiremos igual”. Parece que, en su opinión, no corresponde a los cubanos decidir su futuro sino a la Administración Bush, que deberá ayudarles a alcanzar la democracia con la misma eficacia con la que está ayudando a los iraquíes.
El periodista de la COPE, con esa imparcialidad que caracteriza a los medios de nuestras democracias termina diciendo que “seguiremos dando la batalla mediática contra el tirano”.
En conclusión y para los que no lo supieran, este es el periodismo que se hace en España sobre Cuba y las figuras políticas que los inspiran.