Un hombre murió y otros dos quedaron heridos por disparos de guardafronteras cubanos, cuando intentaban una operación de tráfico de personas a bordo de una lancha rápida, dijo hoy el diario oficial
Granma.
El matutino añadió que aún no ha sido identificado el muerto y que los heridos son Rafael Mesa Fariñas y Rosendo Salgado Castro, estadunidenses de origen cubano.
Mientras, un despacho de Afp da cuenta que en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Sean Mc Cormack, indicó que es "profundamente perturbadora" la información de prensa que da cuenta de la muerte de un traficante estadunidense a manos de la guardia costera cubana.
"Ahora estamos en la etapa de recolección de información sobre este asunto. La reacción inicial, sin tener todos los hechos en este momento, es que ésta es una acción profundamente perturbadora", dijo el funcionarios a periodistas.
Granma señaló que ambos tripulantes, la embarcación y su propietario, están vinculados "con el creciente tráfico humano" entre Cuba y Estados Unidos, que utiliza territorio de México.
Sin ofrecer precisiones, el diario acusó a lancheros cubanos, pescadores mexicanos, autoridades del estado de Quintana Roo y "elementos de la mafia anticubana residentes en el lugar y con conexiones en Miami", de estar involucrados en ese fenómeno.
El incidente, ocurrido en la madrugada del miércoles, precede al juicio oral que se realizará la semana próxima en la provincia surcentral de Cienfuegos, en el que tres mexicanos serán acusados de una frustrada operación de tráfico humano.
Por el mismo delito hay tres mexicanos en espera de juicio, en la provincia occidental de Pinar del Río y otros seis ya sentenciados a penas de entre nueve y 13 años de cárcel.
Granma indicó que Salgado tiene en su pasaporte un sello de entrada a México por Quintana Roo, el 13 de marzo pasado, y Mesa uno similar, el 29 de marzo.
La lancha rápida en la que viajaban tiene matrícula del estado de Florida y pertenece al estadunidense de origen cubano John Roberto, conocido como Tiburón Azul, "vinculado con el tráfico de cubanos hacia México desde el sur de Pinar del Río".
El diario indicó que la embarcación, de unos 12 metros de eslora y motor interno, había participado en anteriores operaciones de tráfico humano desde esa zona y en marzo pasado embistió y averió una lancha patrullera.
El matutino relató que, al internarse en aguas cubanas, la lancha fue detectada en varios puntos y que la guardia naval fronteriza le ordenó detenerse al sur de la ensenada de Bacunagua, Pinar del Río.
"Los traficantes respondieron con actitud desafiante y con acciones agresivas, que incluyeron violentas embestidas contra una de las embarcaciones" oficiales, que sufrió graves daños y estuvo a punto de volcarse, añadió Granma.
La reseña señaló que los guardafronteras abrieron fuego y pudieron controlar la lancha. Uno de los tripulantes resultó con heridas graves y murió en el hospital provincial de Pinar del Río.
En Bacunagua fueron detenidas 39 personas (20 hombres, 12 mujeres y siete menores), algunas de las cuales fueron liberadas y otras permanecen detenidas, señaló el matutino.
Los acuerdos bilaterales de 1994 y 1995 pusieron fin a la crisis de los balseros, salida masiva y descontrolada de unos 34 mil cubanos hacia Estados Unidos, en la cuarta oleada migratoria de su tipo desde el triunfo de la revolución de 1959.
La salida de balseros de costas cubanas desapareció inmediatamente después de los convenios, pero resurgió lentamente y el año pasado alcanzó su mayor nivel desde el verano de 1994.
En el año fiscal de octubre de 2004 a septiembre de 2005, fueron interceptados en el estrecho de la Florida 2 mil 712 cubanos, según informes de la Guardia Costera de Estados Unidos.
La Patrulla de Aduanas y Fronteras de Estados Unidos reportó, a su vez, que en el año fiscal 2004-2005 entraron por tierra a ese país 6 mil 744 cubanos indocumentados procedentes de México, confirmación de la relevancia que ha ganado esa ruta.
Bajo la Ley de Ajuste Cubano de 1966, los emigrantes de la isla pueden residir en Estados Unidos si logran entrar a ese país, sin tomar en cuenta la vía que usaron.
Pero según los acuerdos de la década pasada, Estados Unidos debe devolver a Cuba a los nacionales de este país que sean interceptados en alta mar en intentos de emigración ilegal.
La contradicción entre ambas normas ha dado origen a la llamada política de pies secos-pies mojados, según la cual se quedan los balseros cubanos que logran pisar territorio estadunidense, mientras que los sorprendidos en el agua son repatriados.
Política de doble rasero
Un reciente caso, aún en curso, ilustró ese choque: un grupo de balseros llegó a finales del año pasado a uno de los puentes que conectan los cayos de la Florida. Pensaban que habían logrado su objetivo, al llegar a territorio estadunidense (pies secos).
Pero las autoridades migratorias decidieron devolverlos a Cuba, al considerar que el puente no era tierra firme y, por tanto, técnicamente habían sido interceptados en alta mar (pies mojados).
El caso cobró estado público y agitó la política interna de Florida, hasta llegar a una decisión judicial que rectificó la decisión y resolvió que, al tocar el puente, los balseros estaban en territorio estadunidense y, por tanto, debían ser aceptados.
El grupo tiene ya pasaportes y sólo espera el permiso de salida del gobierno, un requisito indispensable para que cualquier cubano pueda viajar al extranjero.
Granma dijo este jueves que la Ley de Ajuste "alienta las salidas ilegales desde Cuba, mientras se levanta un inmenso muro en la frontera de México y se busca criminalizar la emigración ilegal desde otras naciones".
Estados Unidos sostiene que las salidas irregulares se deben a la situación interna que priva en la isla y a que Cuba niega el permiso de salida a personas con visa estadunidense.
Washington también alega que La Habana se niega a permitir una nueva lista de inscripción a la lotería de visas que realiza periódicamente el gobierno estadunidense, después de la última convocatoria a los cubanos en 1998.