El ultrarracista Jesse Helms, que orientó la política contra Cuba de los EEUU, quizá estaba demente cuando propuso la ley que lleva su nombre
inSurGente/ World Data Service (Frank Martin).- Un medio periodístico de Estados Unidos sugirió que el ultraderechista senador Jesse Helms, ya en retiro, probablemente redactó e impuso en el Congreso en Washington una ley anticubana que lleva su nombre cuando ya sufría los embates de una demencia que ahora padece. Helms tenía otras
locuras más peligrosas: era uno de los líderes de "The Council for National Policy", una organización subsidiaria del pronazi "German American National Congress". Todos sus miembros eran partidarios de la eugenesia - la creación de una súper raza blanca". "Para Jesse Helms, los afroamericanos eran "niggers" o "Fred" inferiores genéticamente en su coeficiente de inteligencia a los blancos. "Los hispanos para él éramos "beans, siempre de impredecible conducta y reacciones". Pero su obsesión principal era con los homosexuales a quienes llamaba "slants"-desviados.
En un comentario publicado esta semana por El Diario/La Prensa de Nueva York, publicación en español, la autora Vicky Pelaez recordó que Helms "desde el inicio de su carrera como periodista, político y banquero, Helms se declaró cristiano, racista y patriota".
"Ese dicho ‘Dios tarda pero no olvida’ parece cumplirse inexorablemente en la persona de Jesse Helms. Sí, ese senador norteamericano que causa tantas lágrimas a los sufridos hermanos cubanos al haber creado la aberrante ley Helms-Burton, la que se ensaña con la isla de José Martí, endureciendo el embargo que tiene más de 40 años", escribió Pelaez.
La autora expuso que el político ultraderechista, a quien se apodó como "el titán de la intolerancia", está "sumido irremediablemente en las tinieblas de la demencia, y aunque esta enfermedad puede ocurrirle a cualquiera, por un deber altamente moral se debiera investigar desde cuándo y en qué circunstancias hizo lo que hizo, y si se hallaba en su sano juicio cuando dictaminaba leyes e impartía instrucciones, no solo contra Cuba, sino contra todo y todos los que en su opinión no se alineaban con el Gran Patrón".
El artículo de fondo citó a otra publicación, The New York Sun, cuyo propietario es Richard Pearl, uno de los "halcones" de la administración Bush, la cual anunció que Helms, de 84 años de edad, "está sufriendo de demencia, igual que el hombre a quien Helms facilitó el camino a la Casa Blanca, Ronald Reagan". Esa información subrayó que "la demencia progresa lentamente desde pérdida de la memoria, deterioro de la capacidad lingüística e incapacidad de controlar las funciones básicas de su cuerpo". "Triste es el destino de este hombre que alcanzó el grado 33 como masón, pero la tristeza se opaca inmediatamente por la tragedia que trajo a millones de seres humanos en todos los rincones del planeta, incluyendo en su país", comentó Pelaez.
Tras describir medidas apoyadas por Helms en su propios país, recordó que el Senador "se convirtió en uno de los líderes de "The Council for National Policy", una organización subsidiaria del pro- nazi "German American National Congress". Todos sus miembros eran partidarios de la eugenesia - la creación de una súper raza blanca", precisó.
"Para Jesse Helms, los afroamericanos eran "niggers" o "Fred" inferiores genéticamente en su coeficiente de inteligencia a los blancos. En sus editoriales en los medios de comunicación de Carolina del Norte apoyó abiertamente la política de segregación y defendió frecuentemente a los miembros de Ku Klux Klan", subrayó. "Los hispanos para él éramos "beans, siempre de impredecible conducta y reacciones". Pero su obsesión principal era con los homosexuales a quienes llamaba "slants"-desviados. Su paranoia contra los homosexuales podría compararse solamente con la de ex director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Edgar Hoover que los persiguió despiadadamente", afirmó la autora. "Martin Luther King, para el senador Helms, era un "comunista subversivo que servía a los intereses de la URSS y Cuba". Por eso se opuso enérgicamente al establecimiento del día feriado en su honor. Su héroe favorito era el líder de la Iglesia de Unificación, reverendo Moon -el padrino de la Liga Mundial Anti-Comunista a quien Jesse Helms dio todo su apoyo para iniciar una campaña global anticomunista cultivando a los dictadores latinoamericanos, africanos y asiáticos", manifestó la periodista. "En 1990, la salud de Helms empezó a declinar. Fue en 1992 en el 31 aniversario del asesinato del presidente John F. Kennedy cuando amenazó veladamente de muerte a Bill Clinton, que provocó numerosos comentarios sobre su locura. En 1996, a veces ya era incomprensible su forma de hablar", afirmó el artículo.
Agregó que "precisamente en aquel año se aprobó la Ley Helms-Burton contra Cuba, patrocinada por los ex dueños de las fábricas de ron Bacardi y la Fundación Cubana Norteamericana contra Cuba. Esta ley fue denunciada por la mayoría de los especialistas como una aberración jurídica. ¿Quién puede garantizar que el senador Helms estaba en su pleno juicio para formular la absurda y aberrante ley?. Nadie controla la salud de los congresistas".