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De: Lealtad_siempre  (Mensaje original) Enviado: 02/05/2006 00:16
El lema de la marcha que está programada para el 1 de mayo, día internacional del trabajador, será “Un día sin inmigrantes”
Indocumentados pierden el miedo, siguen las protestas
El 24 de abril el senado estadounidense se vuelve a reunir para debatir el futuro de los más de 11 millones de inmigrantes ilegales en este país.
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Los Ángeles. La movilización de más de un millón de inmigrantes hispanos en todo EUA a favor de una reforma migratoria podría dar lugar a un movimiento para incrementar el poder político de la minoría más grande del país, dijeron varios expertos.

De costa a costa en más de un centenar de ciudades en todo EUA, la comunidad inmigrante acató el mensaje de participación política que emitieran los religiosos desde el púlpito, los sindicalistas en las calles y la mayoría de los medios de comunicación en español.

Se calcula que más de un millón de inmigrantes, en su mayoría hispanos, participaron en las marchas y protestas para exigir que el Congreso apruebe una reforma migratoria integral y que a los inmigrantes no se les trate como criminales.

El objetivo era aumentar la presión para que, cuando el Congreso reanude sus sesiones el próximo 24 de abril, apruebe un proyecto de ley que tome en cuenta las contribuciones de los inmigrantes.

Los medios en español en Estados Unidos han sido motor y eco del poder de convocatoria que han logrado las manifestaciones de esta comunidad de 40 millones de personas, que exige una reforma migratoria justa y parece revigorizarse al oír en su idioma: “Despierta inmigrante, que llegó tu hora”.

Para la población que habla inglés, las masivas manifestaciones de inmigrantes, en su mayoría hispanos, surgieron repentinamente como un efecto espontáneo, pero las convocatorias que parecieran pautarse como un secreto de boca en boca, han corrido a través de los medios en español, especialmente en programas de radio y por internet.

“Despierta inmigrante, que llegó tu hora”, “Gracias por responder”, “Si no reclamas tus derechos ¿quién va a hacerlo?”, “Qué nadie nos pare”, “Manifiéstate, somos trabajadores, no criminales”, son sólo algunas de las frases con las que han invitado o agradecido la participación en los actos proinmigrantes los locutores más populares de las radios latinas en Los Ángeles.

Los hispanos suman poco más de 40 millones de personas en EEUU y representan alrededor del ocho por ciento del electorado.

Su impacto en las urnas el próximo 7 de noviembre -cuando se renueve toda la Cámara Baja y un tercio del Senado- dependerá del éxito de las campañas para la inscripción de más votantes, agregó.

Así como en 1984 los latinos lograron hundir la Propuesta 187 en California, "ahora tienen la oportunidad de influir en el debate migratorio (...) porque es un asunto que les afecta en su vida diaria", subrayó Harry Pachón, presidente del Instituto de Política Tomás Rivera, un centro de estudios políticos en Los Ángeles, California.


Cumplida con éxito la jornada de protestas del lunes, empieza la cuenta regresiva para “El gran boicot económico del 1 de mayo”, algo que sí abre algunas grietas en el seno de la comunidad hispana.
Medios de comunicación de habla hispana han sido el bastión principal para lograr que muchas nacionalidades hayan salido a protestar a calles de EUA.

Pero “Un día sin inmigrantes”, como es el lema de esta próxima convocatoria, tendrá según los organizadores de las marchas hispanas una gran respuesta, dijeron Nativo López y Javier Rodríguez, presidentes de las influyentes organizaciones Mexican American Political Association, Mapa, y Coalición 25 de Marzo.

Acaparan editoriales
Las masivas manifestaciones de inmigrantes en Estados Unidos ocuparon ayer martes los editoriales y primeras páginas de los mayores diarios del país, que también las incluyeron en sus fotos principales.

"Los inmigrantes en EUA empiezan a rugir", titula su editorial el periódico "Daily News", de Nueva York, que publica en primera página la foto de un niño con la bandera de EUA y el texto: "A compartir el sueño".

"Océanos de inmigrantes han salido a las calles del país, decenas de miles tras decenas de miles tras decenas de miles, y el Congreso, cuando reanude sus sesiones, no puede darse el lujo de seguir sordo y ciego a tal magnitud", indica el editorial del rotativo.

El editorial se publicó acompañado por una caricatura que representa una manifestación multitudinaria, y a un lado, observando, dos republicanos. Uno le dice al otro: "Buen trabajo. Los sacamos de las sombras".

El editorial de "The Washington Post" señala que "es imposible predecir en qué forma las manifestaciones afectarán a la opinión pública en parte porque no hay un consenso acerca de qué hacer con los 12 millones de personas que viven y trabajan aquí ilegalmente".

"El tamaño de las manifestaciones deja claro que éste es un grupo que sabe lo que quiere. La mayoría quiere aprender inglés, convertirse en residentes legales, pagar impuestos. Su anhelo por contribuir al país debería tenerse muy en cuenta", agrega el rotativo.

El dibujo editorial de "The Washington Post" muestra el edificio del Congreso rodeado por una inmensa muchedumbre. Alguien, desde adentro comenta: "Es terrible pensar lo que podría ocurrir si todos (los inmigrantes) pudiesen votar".

"The Washington Times" no se ocupó en su editorial de las manifestaciones, pero expresó el alivio "de los estadounidenses que se oponen a una amnistía" para los inmigrantes indocumentados porque haya fracasado en el Senado un intento de reforma de la ley de inmigración.

Según este periódico de Washington, la propuesta que consideraba el Senado "más que un compromiso es, de hecho, una cortina de humo para ocultar la legalización de millones de inmigrantes indocumentados".

En la caricatura editorial del diario se ve el edificio del Congreso ocupado hasta la azotea por una muchedumbres que agita banderas de México. Desde dentro alguien, con temor dice: "Es hora de votar. ¿Ya se han ido?"

"USA Today", por su parte, se ocupa de las sanciones adoptadas por escuelas secundarias en diferentes zonas del país contra los estudiantes que llevaron carteles de protesta y banderas a los colegios como parte de las movilizaciones de inmigrantes.

"En lugar de canalizar la ansiedad de los estudiantes acerca de la inmigración hacia una discusión constructiva (las autoridades escolares) enseñaron a sus alumnos acerca del poder del gobierno para aplastar la libertad de expresión", afirma el periódico.

El dibujo del editorial de este diario muestra a tres inmigrantes que esperan en una esquina a que alguien los contrate para trabajar. Desde una camioneta con el letrero "Congreso", alguien se aproxima y les pregunta "¿Alguno de ustedes sabe cómo redactar un proyecto de ley de inmigración?".

"The Arizona Republic", en un estado donde el 40 por ciento de la población es inmigrante, señala que "cuando nos congregamos en un mar de humanidad, hasta el más humilde de nosotros luce fuerte, y eso es lo que ocurrió con la marcha de 125.000 personas ayer en Phoenix".

"El mensaje es claro: los estadounidenses y quienes quieren convertirse en estadounidenses están frustrados. Esperan una reforma genuina, completa, sensata y humana de la ley de inmigración", subraya.

Presión
Se calcula que más de un millón de inmigrantes, en su mayoría hispanos, participaron en las marchas y protestas en más de un centenar de ciudades para exigir que el Congreso apruebe una reforma migratoria integral que no trate a los inmigrantes como criminales.

El objetivo, según los organizadores, es aumentar la presión para que, cuando el Legislativo reanude sus sesiones el próximo 24 de abril, apruebe una ley que tome en cuenta las contribuciones de los inmigrantes al país.

Pese a que el Senado no logró votar un acuerdo de consenso para legalizar a buena parte de los inmigrantes indocumentados, la oposición demócrata se mantiene optimista.

Durante una conferencia telefónica, el legislador demócrata Xavier Becerra aseguró que “el pueblo se ha levantado y esto va a cambiar el debate” sobre inmigración en el Congreso.

“Me siento optimista de que vamos a tener una reforma migratoria... todo depende de los republicanos”, agregó, sin precisar fecha.
Gente de otras procedencias se unieron contra medidas antiinmigrantes. Vince Yong, de Hong Kong, se manisfestó en Seattle. Washington.

Denuncian a comentarista radial que llamó a matar a los ilegales en EUA
Un comentarista de una radio estadounidense de Arizona fue denunciado por haber formulado llamados para disparar contra los inmigrantes que atraviesan la frontera entre México y Estados Unidos, informaron ayer fuentes judiciales.

El animador, Brian James, reemplazante de la radio KFYI con sede en Phoenix, Arizona, habría dicho al aire en su programa del pasado 8 de abril que el problema de la migración ilegal podía resolverse “disparando contra aquellos que cruzan la frontera” una noche cada semana, la cual se escogería al azar, señala un documento de la Fiscalía General de Arizona.

James agregó en su alocución que estaría “feliz de sentarse allí con su escopeta y su objetivo infrarrojo” para dirigir sus tiros contra aquellos que portan “turbantes” o son “hispanos”.

Para cerrar sugirió que la Guardia Nacional participara en este tipo de asesinatos y fuera “premiada” con un “bono de 100 dólares por cabeza”, según señala la carta suscrita por los fiscales de Arizona.



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Lealtad_siempre Enviado: 02/05/2006 12:10
¡Amnistía y legalización plena ahora! 
Nuevo movimiento masivo exige derechos para inmigrantes 
By Mónica Ruíz 
En marzo, millones de personas marcharon por las calles de Los Ángeles, Chicago, Washington, Dallas, y otras ciudades exigiendo el fin a los ataques y a la criminalización de los inmigrantes indocumentados. Esas manifestaciones sorprendieron por igual a amigos y a enemigos, por su tamaño y su militancia. La protesta en Chicago el 10 de marzo de 500.000 inmigrantes fue seguida por una marcha masiva de mas de 1 millón en Los Ángeles el 25 de marzo.
 
Un millón de personas marchan por los derechos de los inmigrantes. Los Angeles, 25 de marzo, 2006.
Photo: Bethany Malmgrem

Después de la protesta en Los Ángeles, cientos de miles de estudiantes de las escuelas medias y secundarias abandonaron sus clases en el sur de California y en todo el país. Hablando sólo de Los Ángeles, más de 40.000 estudiantes abandonaron sus escuelas el 27 de marzo. Estas huelgas estudiantiles fueron las más numerosas en la historia de la nación, evocando memorias de la huelga masiva de 1968 liderada por estudiantes chicanos en el Este de Los Ángeles. Miles de estudiantes ocuparon las escalinatas del Ayuntamiento, agitando estandartes y banderas, desafiando las ordenes de la policía y cantando militantemente por derechos plenos y contra el racismo.

En las semanas subsecuentes, grandes protestas tomaron lugar en cientos de ciudades de todo el país, culminando el 9 y 10 de abril, donde casi 2 millones de personas marcharon por los derechos de los inmigrantes en un día de acción coordinada, incluyendo más de 500.000 en Dallas y cientos de miles en Nueva York y en Washington, DC. El 15 de abril en Los Ángeles, cientos de miles de estudiantes y sus seguidores tomaron las calles para exigir amnistía y legalización plena.

Esta explosión marcó el comienzo de un movimiento nuevo y poderoso por los derechos civiles y de los trabajadores, cuyo tamaño y alcance sorprendió a muchos, especialmente a los políticos burgueses en Washington y a la clase gobernante. No se esperaba que las masas de inmigrantes e indocumentados en este país, percibidos como mansos y temerosos se levantarían de esta forma para defenderse.

La propuesta racista Sensenbrenner

Las manifestaciones fueron provocadas por una legislación reciente que amenaza, si se transforma en la propuesta, criminalizar la inmigración.
 
Los Angeles, 25 de marzo, 2006.
Photo: Bill Hackwell

La ahora infame Sensenbrenner—HR 4437—patrocinada por el congresista republicano de Wisconsin y el presidente del Comité de Asuntos Judiciales de la Cámara Baja James Sensenbrenner, destina más dinero a la patrulla fronteriza y la policía, autoriza a la policía local a hacer cumplir las propuestas de inmigración federal que actualmente son cumplidas solamente por agentes federales. También requiere que todos los empresarios documenten el estado legal de todos los trabajadores y más importante aun, penaliza con cárcel a los inmigrantes indocumentados y con multas. Además amenaza con la cárcel a cualquier persona que ayude o asiste a un inmigrante indocumentado en los Estados Unidos.

Bajo la propuesta Sensenbrenner, cualquiera que paga, alimenta, provee albergue, o conoce a un inmigrante indocumentado enfrenta la cárcel. Esto convierte a familiares documentados de personas indocumentadas sujeto a la cárcel simplemente por ser un miembro de la familia. Amenaza con destruir a las familias y la red de apoyo que los inmigrantes indocumentados tienen en este país. Los inmigrantes indocumentados son uno de los sectores más oprimidos y vulnerables de la clase trabajadora de Estados Unidos.

A pesar de que el auge de masas comenzó con la oposición a la propuesta Sensenbrenner, una demanda nueva y más poderosa se ha afianzado en la comunidad inmigrante—la demanda de Amnistía, los derechos plenos e igualdad para todos los inmigrantes. Muchos de los principales organizadores de la protesta del 25 de marzo en Los Ángeles abrazaron esta demanda, y el ala izquierda de los movimientos proinmigrante y trabajador ha empujado la amnistía como la vanguardia de la lucha nacional. La amnistía le otorgaría a todos los inmigrantes un estado legal permanente. Significaría un camino incondicional e inmediato para la ciudadanía y la legalización de los 12 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos hoy. Esta demanda, en los labios de millones de manifestantes en Los Ángeles y en toda la nación, no está ni siquiera contemplada en la propuesta Sensenbrenner.

La propuesta Sensenbrenner fue aprobada por la Cámara Baja del Congreso en diciembre. Sin embargo, para convertirse en el plan tiene que ser aprobada por el Senado y firmada por el presidente. El Senado ha producido otras dos propuestas sobre inmigración–la propuesta Specter y la propuesta Kennedy-McCain.

Las maniobras del Senado fracas an
 
Nueva York, 10 de abril, 2006.
Photo: Roberto Mercado

El plan Specter no es tan draconiana como el de Sensenbrenner, en el sentido de que permite a los inmigrantes que entraron en este país antes del 4 de enero del 2004 y que tienen trabajos, participar hasta seis años en el programa de trabajadores temporarios. Sin embargo, legaliza una clase permanente de trabajadores con bajos salarios sin esperanzas de convertirse en residentes permanentes. En cierto sentido ellos estarían aquí sólo temporalmente para trabajar por poco y luego serían deportados una vez que su trabajo haya sido usado y agotado.

La llamada propuesta “liberal” es la de Kennedy-McCain. Esta propuesta permitiría 400.000 trabajadores extranjeros por año y les otorgaría una visa de tres años. Algunos de esos trabajadores tendrían la oportunidad de convertirse en residentes permanentes bajo ciertas condiciones. Se deberán registrar, pagar una multa de $2.000, chequear sus antecedentes, aprender inglés y pagar impuestos. Esta propuesta además impone severas multas a empleadores que emplean trabajadores indocumentados.

De esta manera, mientras que teóricamente podría ser una oportunidad para conseguir estatus legal a través de la Kennedy-McCain, claramente ninguna de estas propuestas sirve para ayudar a la comunidad inmigrante y de hecho son presentadas para “frenar” la inmigración de indocumentados. Ellos tampoco consideran el asunto de la amnistía, lo más importante para la comunidad inmigrante. De hecho, ellos son bien claros en decir que la amnistía simplemente no es considerada.

Pero la presión del movimiento creciente contra la Sensenbrenner y el temor a la consolidación de un movimiento genuino demandando la amnistía y la legalización plena para todos los inmigrantes, obligó al Senado tratar de llegar a un acuerdo migratorio antes de comenzar sus dos semanas de receso en abril. El senado falló en alcanzar un acuerdo. El acuerdo provisional contenía el cumplimiento de previsiones racistas y un programa de “huésped.”. También divide a los indocumentados en tres categorías dependiendo del tiempo que han estado en Estados Unidos.

Bajo el acuerdo, los inmigrantes indocumentados que viven en el país por lo menos por cinco años serán elegibles para la legalización; aquellos que viven en el país de dos a cinco años, deberán abandonar el país para ser procesados antes de obtener una visa temporaria y luego obtener la legalización; y el estado de los inmigrantes documentados que viven en el país menos de dos años no cambiará.
 
Los Angeles, 25 de marzo 2006.
Photo: Bill Hackwell

El compromiso no alcanzó suficiente apoyo bipartidista para avanzar hacia un voto oficial del Senado. Era una propuesta mala para los trabajadores inmigrantes. Su significado recae en el hecho de que cierta forma de amnistía para 7 millones de inmigrantes indocumentados estaba siendo ahora discutida seriamente en los pasillos del Senado. Este cambio fue causado indudablemente por la movilización de millones de trabajadores inmigrantes en las calles.

Los inmigrantes en la fuerza laboral de Estados Unidos

Entonces, ¿porque en este momento todos están poniendo tanta atención al tema de la inmigración? ¿Porque es tan importante? Para poder responder esto debemos observar de donde vienen los inmigrantes y porque la gente emigra a los Estados Unidos.
 
“Amnistía General para Todos!” San Francisco, 10 de abril, 2006.
Photo: Bill Hackwell

De acuerdo a un informe reciente del Centro Hispano Pew, hay 12 millones de inmigrantes indocumentados en los Estados Unidos. Ha habido un crecimiento constante en la población inmigrante indocumentada, aumentando a un índice de más de 500.000 personas por año desde el 2.000.

La mayoría, o el 78 por ciento viene de América Latina, con el 56 por ciento solamente proveniente de México. También ha habido un gran aumento en el número de inmigrantes que vienen del Este y el Sur Asiático.

Es además interesante notar que la tercera parte de los niños de familias indocumentadas son ciudadanos de EEUU por nacimiento.

Las cosas resultan aun más interesantes cuando miramos las estadísticas de la fuerza laboral. Los trabajadores indocumentados son mas o menos un 5 por ciento de la clase trabajadora de EEUU. En ciertos tipos de trabajos, sin embargo, los trabajadores indocumentados constituyen grandes segmentos de la fuerza laboral. Por ejemplo, trabajadores indocumentados constituyen un 24 por ciento de todos los trabajadores del campo, 17 por ciento de trabajadores de limpieza, 14 por ciento de trabajadores de la construcción, 12 por ciento de los trabajadores de la industria de alimentos. Cuando se mira a cierta categoría de trabajadores, el impacto de trabajadores indocumentados es aun más grande. Por ejemplo, 36 por ciento de todos los trabajadores de material aislante son indocumentados, como así también el 27 por ciento de los carniceros y los trabajadores procesadores de alimentación. Esto no incluye las niñeras, y las empleadas domésticas que están todos los días bajo el radar para hacerle la vida aun más fácil a los ricos.

Los trabajadores indocumentados son una enorme contribución a la fuerza laboral de este país. Debido a que los indocumentados reciben salarios más bajos que otros, ellos terminan contribuyendo más a las ganancias generales. Esto ayuda a explicar porque la clase gobernante se comporta de la forma que lo hace con los inmigrantes—trata de aislarlos pero no puede vivir sin ellos.

Los capitalistas usan el racismo para avivar las llamas del miedo entre los trabajadores nacidos en Estados Unidos, llamando a cerrar las fronteras y lidiando severamente con los indocumentados. Sin embargo ellos saben que el capitalismo y las ganancias todopoderosas no pueden existir sin ese sector permanente súper oprimido de bajos salarios que puede ser explotado fácilmente sin tener que adherirse a las propuestas, como el salario mínimo y los derechos humanos.
 
Washington D.C., 10 de abril, 2006.
Photo: Roger Scott

Pero ellos no pueden ignorar el creciente numero de inmigrantes en los Estados Unidos. Ahora, la burguesía se siente obligada a controlar lo que se asemeja a un flujo de trabajadores que no son ni tímidos ni mansos, y que traen con ellos historias de lucha de sus países y la experiencia en el campo de batalla de clase.

Esta es una característica del capitalismo en su etapa imperialista. Lenin ya había notado esto en 1914: “ Entre las particularidades del imperialismo relacionadas con los fenómenos de que hemos hablado figura el descenso de la emigración de los países imperialistas y el aumento de la inmigración de países más atrasados, donde el nivel de los salarios es más bajo.” (p.118 Lenin, “El imperialismo, fase superior del capitalismo” Editorial Progreso, 1979)

De vez en cuando, ciertos sectores de la clase capitalista encienden el calentador anti-inmigrante con propuestas casi fascistas como la propuesta Sensenbrenner, o apoya pandillas fascistas como el Minutemen, que patrullan las calles con el fin de encontrar, atacar y linchar a los inmigrantes por el color de su piel y sus acentos. Ahora también son aficionados a usar la excusa de la llamada amenaza terrorista para militarizar no sólo las fronteras, sino también vecindarios enteros lejos de las fronteras donde se podría encontrar una población latinoamericana o asiática. Y también tratan de crear equipos de trabajadores temporarios que son forzados a irse después de haber sido explotados en los Estados Unidos por un período de tiempo específico.

Porque los capitalistas necesitan de la fuerza laboral inmigrante

Ningún sector de la clase gobernante realmente quiere prohibir la inmigracion. Hay muchas ganancias para hacer. El terror contra los inmigrantes es meramente una táctica en la guerra general anti-trabajador y anti-unión de la clase gobernante contra los trabajadores. Como una tendencia política basada en el racismo, su propia expresión histérica toma vida como un movimiento tipo fascista.

Los capitalistas saben que tener a un sector oprimido de bajos salarios con dificultades en funcionar abiertamente, que no puede organizarse y que no puede demandar mejores salarios y mejores condiciones, mantiene los salarios bajos para todos los trabajadores. Si los empleadores pueden pagar a los trabajadores indocumentados una fracción de lo que le paga a los trabajadores documentados, todos los trabajadores se verían forzados a trabajar por menos para poder competir. La propaganda suministrada a los trabajadores negros y blancos, por ejemplo, de que los trabajadores inmigrantes están robándoles sus trabajos, es con el propósito de dividir a la clase trabajadora y ponerlos unos contra otros. Esas nociones falsas ayudan a los capitalistas a encubrir el hecho de que los trabajadores divididos ganan menos y tienen menos poder, pero unidos, podemos luchar contra el patrón y el sistema. Esto es porque los capitalistas tienen que usar una combinación de miedo y terror junto con arreglos “braceros”, de trabajadores temporarios, como una forma para aislar y limitar el impacto del sector indocumentado de la clase trabajadora de Estados Unidos.

Esto es también porque los capitalistas y sus operativos políticos nunca van a pedir una amnistía general en ninguna de sus propuestas a no ser que sean forzados a hacerlo por un movimiento laboral poderoso y unido. La amnistía general haría posible para esos trabajadores integrarse plenamente en la clase trabajadora y seguramente traería vitalidad y cultura de lucha al movimiento laboral.

Esta es una demanda democrática básica.

Un movimiento masivo de trabajadores

Los capitalistas y sus políticos y administradores entienden que el capitalismo necesita de la fuerza laboral inmigrante. Ellos buscan activamente y demandan el movimiento “libre” de capital a través de las fronteras y alrededor del mundo. Ellos lo llaman el “mercado libre”. Pero si el capital puede viajar a cualquier lugar y circular libremente de nación a nación, rompiendo las fronteras, porqué no lo puede hacer el trabajo? ¿Porqué puede el capital circular “libremente” y el trabajo ser criminalizado? En la medida que exista la expansión capitalista, habrá migración y una internacionalización del trabajo. Esto es inevitable.

La lucha de la que hoy somos parte —para ganar los derechos de los más oprimidos, los trabajadores indocumentados y sus familias—es parte de la lucha de la clase trabajadora estadounidense en su totalidad. Una meta primaria de nuestra lucha colectiva es construir la unidad y defenderse contra la explotación capitalista. El Boicot Nacional del 1 de Mayo por los Derechos de los Inmigrantes, es un paso adelante para esta meta. El 1 de mayo, millones de inmigrantes y sus partidarios no irán a trabajar ni a sus escuelas y se negarán a comprar o vender cualquier cosa, como una muestra de fuerza económica y política. El pueblo saldrá a las calles de toda la nación.

En estos momentos, millones de trabajadores están en marcha. Igual que el movimiento por los Derechos Civiles y los movimientos de liberación nacional de los años 1950 y 1960, la lucha por los derechos de los inmigrantes puede tener un impacto a largo plazo en el carácter del movimiento laboral en este país. Su militancia y sus luchas por los derechos democráticos básicos y derechos civiles pueden radicalizar e inyectar nueva vida dentro de la lucha de los derechos de los trabajadores. Los socialistas y los revolucionarios están trabajando fuertemente junto a organizaciones progresistas y de derechos de los inmigrantes hacia esta meta.
Articles may be reprinted with credit to Socialism and Liberation magazine. 
 
 

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Lealtad_siempre Enviado: 02/05/2006 12:10

Los hispanos de EEUU se hacen "invisibles" para demostrar que son necesarios

01/05/2006 - 14:20
IBLNEWS, AGENCIAS

Los hispanos de EEUU se hacen

La comunidad hispana de EEUU lleva a cabo hoy, jornada laborable en este país, un "día sin inmigrantes" como medida de presión al Congreso para que apruebe una reforma migratoria integral. La convocatoria llama a ausentarse del trabajo y salir a la calle a manifestarse.

Nadie pone en duda el despertar y creciente poder político y económico de los más de 41 millones de hispanos en EEUU, que ahora conforman la minoría más grande del país. Se calcula que 11 millones están indocumentados, y de ellos, alrededor de siete millones son trabajadores.

La lucha sobre cómo resolver su situación irregular se ha recrudecido desde 2004, cuando el presidente George W. Bush propuso un programa de permisos temporales para los trabajadores. Actualmente, es el Senado quien ha de pronunciarse sobre la cuestión. El reto es encontrar una solución que abra vías de acceso para conseguir la ciudadanía estadounidense a los 'sin papeles'.

En medio del debate, los activistas más radicales han propuesto convertir el 1 de mayo en una 'jornada sin hispanos' en EEUU.

Las cifras de la Oficina del Censo apuntan, por ejemplo, a un poder adquisitivo en el 2004 de 700.000 millones de dólares, y una proyección de más de 10 millones de votantes para el 2008, en comparación con los 5,9 millones del 2000.

La movilización, que quiere evocar la militancia de los negros durante la década de los años 60 en defensa de sus derechos civiles, puede suponer la paralización de ciudades como Los Angeles, Chicago, Nueva York o Tucson, donde hay grandes concentraciones de hispanos.

Con el boicot y las marchas programadas en decenas de ciudades de costa a costa en el país, los dirigentes hispanos quieren refutar los argumentos de los conservadores de que los inmigrantes son una carga pública, quitan empleos a los estadounidenses y, peor aún, que no quieren integrarse a la sociedad.

Si se cumplen las expectativas, se verá a decenas de miles de manifestantes en las calles -se esperan 300.000 sólo en Chicago- o verdaderas "ciudades fantasmas", como describe la película 'Un día sin mexicanos'.

El presidente mexicano, Vicente Fox, espera que el boicot no se convierta en un "elemento de provocación que promueva la xenofobia" y afecte negativamente el debate migratorio. En declaraciones a la prensa, Fox instó a los inmigrantes a expresarse en las manifestaciones de manera "libre, democrática y prudente".

Sin ofrecer detalles, el presidente George W. Bush se ha manifestado en contra del boicot y ha insistido en su posición de que un programa de trabajadores temporales, sumado a la vigilancia fronteriza, es sinónimo de una política migratoria eficaz.

División de opiniones
El primer inconveniente que ha surgido es que la jornada de movilización para el 1 de mayo ha profundizado los desacuerdos entre los grupos hispanos sobre las tácticas de presión ante el Legislativo.

Por un lado, están grupos como la "Coalición del 25 de marzo" que apoya el paro nacional porque considera que la historia de EEUU está repleta de ejemplos de cómo la perseverancia es un ingrediente clave para cualquier lucha social.

Por otro, organizaciones como la Coalición Nacional de Inmigración del área de Washington que se oponen a la jornada de protestas por considerarlas prematuras y contraproducentes, y opinan que la mejor opción sería dar tiempo a que el Congreso ventile las diversas propuestas migratorias sobre la mesa.

El grupo de legisladores demócratas hispanos de la Cámara de Representantes también ha reaccionado con cautela, al señalar que los más perjudicados podrían ser los propios inmigrantes indocumentados, que ya arriesgan su supervivencia por su estatus migratorio.

"Urgimos a los miembros de nuestra comunidad a que eviten medidas innecesarias que pongan en riesgo sus trabajos, su educación o sus familias", indicó el grupo en un comunicado el viernes.

Las reacciones encontradas al "boicot nacional", tanto en el sector privado como dentro y fuera del Congreso, contrastan con el frente unido que presentaron las organizaciones hispanas en marzo pasado para la realización de marchas y protestas.

El motivo era oponerse a un proyecto de ley anti-inmigrante aprobado por la Cámara de Representantes en diciembre pasado. Ese proyecto, del republicano James Sensenbrenner, convierte en delincuentes a los inmigrantes clandestinos y a quienes les ofrezcan ayuda humanitaria o servicios sociales.

El Senado evalúa propuestas que incluyen la legalización de buena parte de los indocumentados y la creación de un programa de trabajadores temporales.

Cualquier medida aprobada por el Senado -la meta de los republicanos es someterla a votación para finales de mayo- tiene que ser homologada con la versión de la Cámara Baja y es en ese proceso bicameral donde se vislumbra que se librará la verdadera batalla.



 
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