La reciente detención del extremista de origen cubano Robert Ferro en Upland, un suburbio de Los Angeles, por posesión de una considerable cantidad de armas, pone en crisis a la administración norteamericana, involucrada hasta el tuétano en la sobreprotección a los terroristas de la mafia anticubana. Este hecho, sumado al juicio que se sigue en la Florida a Santiago Ãlvarez y a Osvaldo Mitat por posesión de armas de guerra, así como la demostración de su complicidad en el ingreso ilegal de Luís Posada Carriles a Estados Unidos, despierta recelos en casi todo el mundo. La pregunta cae por sí sola: ¿por qué estos grupos han acumulado esas enormes cantidades de armas violando los controles del FBI y de la ATF, sin haber sido aparentemente descubiertos con anterioridad?
Las declaraciones del detenido, al ser sorprendido âin fragantiâ, comprometiendo al grupo terrorista âAlpha 66â, levantaron una rápida protesta de Ernesto Díaz, actual secretario general de esta organización extremista. Al respecto, éste declaró: ''Entre los más de 10,000 miembros o simpatizantes registrados por nuestra agrupación, no figura por ninguna parte el nombre de este señor''.
Para este periodista, por supuesto, no existe la menor duda sobre la implicación de Alpha 66 en estos peligrosos hechos. Baste con recordar algunas de sus criminales acciones contra Cuba para entender que estos terroristas aún mantienen sus condenables acciones contra el pueblo de la Isla:
â Alpha surge en 1961, vinculándose a terroristas como Antonio Veciana Blanch (alias Víctor), organizador de diversas acciones terroristas los sabotajes contra El Encanto y otras tiendas, así como los frustrados intentos por quemar Sear´s, J. Vallés y Fin de Siglo.
â Desde muy temprano, trataron de desarrollar la modalidad de ataques comandos por vía marítima contra la Isla, combinados con infiltraciones en el territorio cubano. Su primer ataque contra Cuba se realizó por Isabela de Sagua, al norte de Las Villas, en octubre de 1962. Allí dinamitaron una vivienda que, según ellos, era del G-2. Partieron desde la base que habían creado en cayo Williams, en las Bahamas; el grupo estaba integrado por Nicolás Salado, Colo; Zenén Castillo; Publio Ruiz y Julio Cruz.
En diciembre de 1962, atacaron la playa de Juan Francisco, en Caibarién, también en el norte de Las Villas. En esta oportunidad participaron Nicolás Salado, Cecilio Vázquez, José Casanovas y Ramón Quesada.
En mayo de 1963 atacaron el campamento de becados de Tarará. Participaron en esta acción Ramón Quesada Gómez, Julio Cruz, Zenén Castillo, Agustín Gutiérrez y Elio Grillo.
Ese mismo año tirotearon el barco inglés New Lane, fondeado en Caibarién. En este caso fue Veciana el que consiguió las armas y equipamiento necesario y realizaron el ataque la gente que después integraría los llamados “Comandos L”: Tony Cuesta, Antonio Quesada y Ángel Pouxés, en compañía de otra persona. Todos vinieron en una embarcación tipo V-18, equipada con una ametralladora calibre cincuenta.
En mayo de 1970, fueron capturados por comandos del Alpha los pesqueros Plataforma I y Plataforma IV. Los 11 tripulantes fueron detenidos y abandonados en cayo Andros, en las Bahamas.
â El sueño de crear frentes guerrilleros era su máximo objetivo. En este sentido realizaron varias acciones, tales como:
1) En 1964 pretendieron desarrollar una operación en gran escala, que conllevaría la infiltración de cerca de 50 hombres bajo la cobertura de un llamado âPlan Omegaâ. En realidad, desembarcaron, el 28 de diciembre, cuatro personas en las costas punta Caletas, Baracoa, en la provincia de Oriente, capitaneados por Eloy Gutiérrez Menoyo, quien en ese entonces vivía en el 201 SW 12 avenida, en Miami. Habían salido en una embarcación de 25 metros de eslora, proveniente de Puerto Manzanillo, en República Dominicana. Este comando estaba integrado además por Ramón Quesada Gómez (ex comandante del Directorio Revolucionario 13 de Marzo), Domingo Ortega Acosta (ex capitán de la comandancia de William Morgan) y Enoel Salas Santos, quien resultó ser un miembro de la Seguridad del Estado cubana. Habían partido desde una base de entrenamiento radicada en República Dominicana, la cual cerró posteriormente, luego de quedar al desnudo el apoyo dominicano a la gente del Alpha. Fueron detenidos el 23 de enero del 1965 en Aguada de Palmas, Imías, con material de guerra, equipos de comunicación y otros de subsistencia. El cabecilla fue sancionado a treinta años de prisión en la causa 83/65. Gutiérrez Menoyo recibió la tarea de organizar desde la cárcel diversas células de Alpha 66, captó desde 1970 a varios reclusos en la prisión de Boniato y en otro reclusorio en el que estuvo antes, siempre con el auxilio de su amante Isabel Rodríguez.
2) Luego de que Andrés Nazario Sargén se convirtió en su secretario general en 1968, cobró otra vez preponderancia el plan de efectuar un desembarco de gente en la Isla. Tras diversos intentos de llevarlo a cabo en 1969, cuando Méndez fue ascendido a coronel, se lanzaron de nuevo a la misma aventura en tierras orientales. El día 17 de abril de 1970, rememorando el desembarco de Girón, volvieron otra vez a la Isla. En esta ocasión desembarcaron en Baracoa un total de 13 hombres, con el propósito de internarse en las montañas. De inmediato fueron aniquilados. Luego de diversos encuentros en la zona, al final fueron capturados. Fue el 24 de abril de 1970. Alpha 66 recibió ese día un golpe demoledor.
3) El 14 de septiembre de 1970 se infiltraron por punta Samá, Banes, antigua provincia de Oriente, nueve comandos de Alpha, dirigidos por José Rodríguez Pérez, quien había fungido como jefe de operaciones del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y ostentaba el grado de coronel dentro de Alpha 66. Este grupo estaba constituido por personas residentes en Miami. Salvo Rodríguez Pérez, que era oriundo de La Habana, así como otros dos nativos de Las Villas, el resto había nacido en Oriente. Todos fueron entrenados en un campamento ubicado a 70 kilómetros de Miami, perteneciente al RECE, denominado âOsvaldo Ramírez, Base Aâ. Su objetivo era producir alzamientos en la zona de la sierra Cristal. Posteriormente marcharon a Las Villas con la finalidad de crear otros focos guerrilleros. Entre los medios de guerra de este grupo había dos fusiles FAL, dos AR-15, dos AR-18, ocho pistolas MAB de 9 mm, dos Browning, veinte granadas de fragmentación, 18 Kg. de explosivo C-4, 11 Kg. de TNT y otros medios. Otro terrible golpe sacudió las estructuras de la organización y tuvieron que esperar un tiempo para reponerse.
4) El 4 de julio de 1981 se produjo una infiltración de cinco miembros del Alpha 66, en la zona de Risco Alto, Matanzas. Estaba dirigida por el llamado comandante Alquízar e integrado, entre otros, por Héctor Santana de Armas, Santos E. Cuéllar Gay y Antonio Berih Ramos. Su misión era perpetrar un atentado contra Fidel Castro durante la celebración del acto por el 26 de Julio, que se celebraría en la provincia de Granma.
5) El día 7 de mayo de 1983, se produjo la captura de dos infiltrados en la zona del canalizo de Bersagua, en Encrucijada, Villa Clara. Estas personas eran Luís Yáñez Águila y Rogelio Abréu Azcuy, ambos con antecedentes penales y salidos de Cuba por el Mariel. El propósito era atentar de nuevo contra la vida del presidente Fidel Castro. Les fueron ocupadas armas y propaganda alusiva al Alpha 66.
Estas son algunas de las acciones desarrolladas por Alpha 66 contra Cuba a lo largo de estas décadas, las que se realizaron con total anuencia de las autoridades norteamericanas, conocedoras de sus campos de entrenamiento en territorio de Estados Unidos y de la existencia de grandes arsenales de armas. El propio Ferro creo uno de estos en una granja de pollos en Pomona.
Sin ser molestado hasta el momento de ser detenido, se conoce que Ferro actuó con total impunidad en el pasado, siendo acusado por posesión de explosivos en 1992 y recibiendo una irrisoria condena por este delito.
Si las autoridades norteamericanas estuvieran realmente decididas a frenar la impunidad de los grupos terroristas de origen cubano en territorio de su país debieran, como mínimo, realizar acciones consecuentes con su cacareada campaña antiterrorista. Estas serían, a grandes rasgos:
a) Juzgar definitivamente y con todo el peso de la ley, sobre la base de las abundantes pruebas ofrecidas por Cuba y con las que ellos cuentan en abundancia, a Robert Ferro, Santiago Ãlvarez, Osvaldo Mitat y Luís Posada Carriles, actualmente detenidos en Estados Unidos.
b) Investigar a otros terroristas radicados en su territorio, sobre los que pesan fundadas sospechas sobre su actividad extremista, tales como Orlando Bosch Ãvila, Rodolfo Frómeta, Reinaldo Aquit, Pepe Hernández y otros.
Si les resulta difícil entender cuál es su papel en defensa de la Seguridad Nacional y la de sus ciudadanos y de otras naciones, invito a los federales a que se den una vuelta sorpresiva por las casas y oficinas de estos âhonorablesâ ciudadanos de origen cubano para comprobar que la posesión de armas y explosivos peligrosos no es un atributo exclusivo de Mitat, Santiago Ãlvarez y Robert Ferro.
Si acaso la ceguera y la ineficacia del FBI no se los permiten, les sugiero visitar las siguientes direcciones donde deben vivir al menos algunos de ellos según datos de hace algunos años:
● La residencia de Nelsy Ignacio Castro Matos sita en el 11183 SW 7 street, en Sweetwater, Florida.
â La residencia de Guillermo Novo Sampoll sita en 30 avenue y 19 street, así como las oficinas del Ali Bar Furnitures, sitas en 3101NW 27th avenue, en Miami.
â La casa de Orlando Bosch Ãvila en el 1777 SW 21 avenue, en Miami. Podrían darse un salto hasta sus oficinas de la 6850 Coral Way, suite 308, en Miami.
â La residencia de Sixto Reinaldo Aquit, radicada en el 11549 SW 5 street, Miami.
â La casa de Francisco José âPepeâ Hernández, sita en el 10985 Old Cuttler Road, Coral Gables, en Miami.
Por último les sugiero que lleven abundantes camiones para cargar con el armamento posible de encontrar, de seguro mucho mayor que con los que cuentan otros grupos terroristas en Estados Unidos y en el mundo.