Finalmente se oficializó la esperada nacionalización de las empresas petroleras en Bolivia. Promesa cumplida de Evo. Las celebraciones en la Plaza Murillo duraron horas y llamó la atención ver las banderas de Venezuela y Cuba flameando junto con la de Bolivia. Las masas bolivianas están agradecidas por esta decisión. Sin embargo, los más agradecidos por la confiscación de las empresas de hidrocarburos debemos ser los peruanos. En efecto, hace unos meses nos habían hecho el favor de tener muchos conflictos internos y de condicionar la venta de gas a Chile al otorgamiento de una salida al mar para finalmente no llegar a nada y perder el mercado de exportación mexicano. El gobierno anterior había acordado construir una planta en la costa peruana para exportar el gas a México para lo cual el Perú les había cedido una zona franca con salida al mar y les había donado un millón de dólares para ayuda social. Finalmente, el nuevo gobierno hizo que dejaran de lado el proyecto, pero el Perú avanzó por su cuenta y ahora exportará a México una vez terminada la planta de licuefacción en construcción con una inversión millonaria. Gracias a la política de Evo Morales, el gas peruano será el único exportado y no tendrá competencia boliviana.
Ahora han confiscado la propiedad privada de los inversionistas extranjeros, uno de ellos Brasil, miembro del MERCOSUR. (También han afectado al menos a una empresa peruana en el área de transporte.) Difícilmente podrá el vecino país financiar la contraprestación a todas las empresas y se tomará mucho tiempo en litigios con los inversionistas. Ahora el Perú, gracias a Evo, se convierte en una mejor alternativa para las inversiones en el sector. Hace unos meses Petrobrás incrementó sus inversiones en el país buscando otra alternativa al gas boliviano. Es de esperar que dichas inversiones sean incrementadas, creándose más trabajo para los peruanos y no para los bolivianos.
Al gobierno de Evo Morales no parece importarle respetar contratos ni acuerdos. Gracias a la confiscación, Petrobrás perderá mucho dinero y por ende los brasileños y los inversionistas en las Bolsas de Nueva York, Madrid, San Pablo y Buenos Aires. Sus relaciones serán tensas por mucho tiempo y eso beneficiará a los vecinos como el Perú donde las inversiones brasileñas y europeas serán bienvenidas. Al demostrar que Bolivia no es un país confiable, las pocas inversiones que tenían en su país migrarán a países vecinos como el nuestro.
También debemos agradecer a Evo el mostrarnos lo que podría pasar si eligiéramos a su compadre ideológico Ollanta Humala en el Perú. El electorado está tomando consciencia de los efectos negativos de esas políticas radicales y cada vez parece menos probable la elección de un candidato de similar línea.
Siendo Bolivia, miembro asociado del MERCOSUR extraña que haya tenido una actitud tan negativa con un país hermano que no ha dudado en tenderle la mano y en condonarle deudas. Con esto, se ve cómo aquel país no es fiable y no duda en morder la mano amiga. Bolivia entró al MERCOSUR con facilidades de “país pobre”, lo mismo en la Comunidad Andina, donde por ser “pobre” aporta menos y, aún así, no está al día en sus cuotas. Por otro lado, el Brasil está dejando de liderar el proceso de integración sudamericana teniendo como sombra a Hugo Chávez, quien además pretende hacer de interlocutor oficioso de Evo Morales en este proceso ante el Brasil y España. Ahora PDVSA podrá asumir los compromisos de inversión de algunas petroleras y quitar del camino a Petrobrás, su principal competidor en la región.
Debido a esto, podrán imponer sanciones a Bolivia dentro del MERCOSUR y aislar más al país. También podrán actuar con recelo frente a Venezuela en proceso de convertirse en miembro pleno de dicha Comunidad. Todo esto solo favorecerá a los países vecinos, como el Perú, que concentrarán mayor atención del MERCOSUR en el futuro.
Gracias a Evo, las millonarias reservas bolivianas de gas quedarán enterradas por muchos años o décadas, mientras que los países vecinos exploran y alistan nuevos proyectos para no depender de Bolivia. Como país tercermundista tampoco tenemos recursos estatales para ese fin, pero con la ayuda que Bolivia nos da captaremos recursos privados e inversiones del extranjero suficientes para seguir explorando e incrementando nuestras reservas.
Definitivamente, la confiscación encubierta de petroleras en Bolivia es una gran ayuda para que el Perú reciba mayor inversión extranjera en este rubro. No tenemos nada contra los hermanos bolivianos, pero es Evo quien ayuda más al Perú que a Bolivia.