Un cómplice de Posada Carriles, el coronel yanqui Steele, dirige escuadrones de la muerte en Iraq
inSurGente.- Poco a poco se irá descubriendo quién está detrás de esa matanza programada de civiles en Iraq, que aparecen maniatados, tiroteados y con señales de tortura, a la que los medios de comunicación restan importancia al encasillarlos con una referencia genérica, cuando hablan de
guerra sectaria. Según denuncia hoy la prensa cubana, el coronel estadounidense James Steele, cómplice histórico del terrorista internacional al servicio de la CIA, Luis Posada Carriles, asesora operaciones especiales ejecutadas por escuadrones de la muerte en Iraq. El coronel Steele fue el personaje a quien Posada Carriles, protegido por Estados Unidos, anunció el derribo de un DC-3 en Nicaragua y la captura de Eugene Hassenfus, el ya casi olvidado incidente que luego provocó el escándalo Irán-Contras. Historias viejas de personajes siniestros, todavía muy activos. El diario cubano
Granma afirma que la presencia del coronel Steele fue denunciada en una carta dirigida al Departamento de Estado por el congresista norteamericano Dennis J. Kucinich. Kucinich reclamó la copia de todos los documentos de los planes del Pentágono sobre el uso de miembros de las Fuerzas Especiales estadounidenses para constituir en Iraq equipos de asesinato y secuestro.
Prensa Latina.- El 8 de enero del 2005 la revista Newsweek se refería a tales planes, designados como la Opción Salvadoreña, para aplastar la insurgencia de los sunitas.
Con una operación similar decenas de miles de salvadoreños fueron asesinados o desaparecidos, incluyendo al arzobispo católico Óscar Arnulfo Romero y cuatro monjas norteamericanas.
Kucinich recordó cómo Steele, quién asesora al embajador estadounidense en Iraq para las Fuerzas de Seguridad iraquíes, desarrolló en El Salvador planes para atacar a líderes de las fuerzas revolucionarias y sus partidarios, refiere el rotativo.
En este momento, el coronel Steele ha sido asignado a trabajar con la nueva unidad de contra-insurgencia conocida como Comandos de Policía Especial, operando bajo la autoridad del Ministerio del Interior de Iraq, señaló Kucinich citado por Granma.
Además de abastecer a la contrarrevolución nicaragüense desde la base aérea salvadoreña de Ilopango, Steele es identificado como creador de escuadrones de la muerte en ese país centroamericano en el periodo 1984-1986, con decenas de miles de víctimas.
Una investigación del periodista estadounidense Robert Parry reveló en 1996 cómo Posada dió al FBI elementos de su participación en el tráfico de drogas y armas bajo órdenes de Steele, entonces oficial de confianza del coronel Oliver North y la Casa Blanca.
Los documentos obtenidos por Parry indicaron cómo Posada confesó que en octubre de 1986, cuando el avión de Eugene Hassenfus es derribado, alertó primero a Steele y luego a la Casa Blanca a través de Félix Rodríguez Mendigutía, quien se encontraba en Miami.
El alto oficial se reunió con Posada en Ilopango para informarse sobre el plan de vuelo del piloto capturado y orientar las medidas a tomar con urgencia para desaparecer las pruebas de la operación.
Posada Carriles, autor del sabotaje a un avión civil cubano en pleno vuelo que mató a 73 personas, se jacta en su libro
Los Caminos del Guerrero de sus estrechos vínculos con Steele, comenta
Granma.
No hay que sorprenderse entonces de la multitud de privilegios que recibe en Estados Unidos ese conocido terrorista internacional, apuntó el rotativo.
Tampoco que cinco cubanos continúan encarcelados en Estados Unidos desde hace ocho años, por arriesgar sus vidas infiltrando círculos terroristas cubanoamericanos, subrayó
Granma.
La noticia de Newsweek en enero del 2005
El Pentágono estudia formar en Iraq 'escuadrones de la muerte' como ocurrió en El Salvador, según lo reveló la revista Newsweek.
Redacción LTH/ Agencias
Los soldados estadounidenses muertos en Iraq ya son más de 1,350, las estadísticas indican que por cada muerto en combate hay 10 heridos, cuando en la guerra de Vietnam la relación era de uno a cuatro. Y por más que el discurso oficial de La Casa Blanca sea 'acabar con el terrorismo para lograr la paz', no hay ninguna luz al final del túnel. ¿Qué se puede hacer para salir del tremendo atolladero de Iraq?
El último intento del Pentágono ha venido en denominarse 'Opción El Salvador', con la idea de formar Escuadrones de la Muerte para combatir a los insurgentes, según lo reveló esta semana el semanario
Newsweek. Y el hecho de que se esté discutiendo la medida, da una idea de cuán preocupado está el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el comando mayor del Pentágono.
'Con lo que todo el mundo está de acuerdo es con que no podemos seguir como hasta ahora', dijo un funcionario veterano [de La Casa Blanca] a la revista
Newsweek: 'Tenemos que encontrar la forma de llevar a cabo una ofensiva contra los insurgentes [iraquíes]. Hasta ahora estamos jugando a la defensiva y estamos perdiendo'.
Algo en lo que la mayoría de los analistas están de acuerdo es que la última operación en Faluya, en noviembre [de 2004], no tuvo tanto éxito —según la propaganda oficial— en romper la retaguardia de la insurgencia.
Las pruebas más fuertes de los errores llegan del propio Pentágono que, según desveló la revista Newsweek en su edición de esta semana, 'debate intensamente' la posibilidad de crear escuadrones de la muerte para combatir la insurgencia, que cada día mata a soldados estadounidenses y deja a decenas de heridos más.
El plan se llama 'Opción Salvador' y está basado en el apoyo del Gobierno de Ronald Reagan a la guerra contra la guerrilla en El Salvador —y otros grupos guerrilleros en varios países latinoamericanos—. El gobierno de EEUU financió o apoyó entonces a fuerzas nacionalistas que incluían a los denominados Escuadrones de la Muerte, cuyo objetivo era la caza y el asesinato de los líderes rebeldes y de sus simpatizantes, aunque la historia ha demostrado que la mayoría de las víctimas fueron civiles indefendos [mujeres, niños y ancianos].
Entre los funcionarios de la presente Administración [estadounidense] que trabajaron entonces en Centroamérica [durante las guerras civiles en Centroamérica durante los 1980's] está John Negroponte, actual embajador de Iraq. Bajo el mandato Reagan fue embajador en Honduras, desde donde él dirigió las operaciones encubiertas, según diversos informes basados en documentos oficiales desclasificados.
Como se hizo entonces, el plan ahora sería enviar equipos de las fuerzas especiales para 'asesorar, apoyar y entrenar escuadrones iraquíes, probablemente compuestos por guerreros kurdos y milicianos shiís, para luchar contra los insurgentes suníes y sus simpatizantes incluso al otro lado de la frontera con Siria'. La operación dependería del Pentágono o de la CIA —que tienen una vasta experiencia en este tipo de operaciones contrainsurgentes.
Una de las fuentes militares de
Newsweek es quien mejor ha resumido la sensación de fracaso en el Pentágono. 'En lo que todo el mundo está de acuerdo es en que no podemos seguir como estamos —ha declarado el alto mando—. Debemos encontrar una forma para volver a estar preparados para atacar a los insurgentes. Ahora estamos a la defensiva. Y estamos perdiendo'.
Esa creciente sensación de fracaso quedó patente el pasado domingo 9 de enero, cuando el secretario de Estado, Colin Powell, tuvo que hacer una ronda de entrevistas en televisión para mostrar la confianza de la Administración de George Bush en que las elecciones se harán el 30 de enero. No obstante, Powell no ocultó su preocupación por la incertidumbre de qué ocurrirá después de que se celebren.
Las declaraciones de Powell intentan contrarrestar las crecientes voces que alertan sobre los riesgos en Iraq. La semana pasada, el exasesor de seguridad nacional Brent Scowcroft habló del riesgo de 'guerra civil' en Irak y advirtió de que las elecciones 'más que ser un punto de inflexión prometedor, tienen el gran potencial de profundizar el conflicto'. E incluso Howard Coble, republicano y aliado de Bush, se convirtió en uno de los primeros congresistas en solicitar la retirada.
Gran Bretaña lo rechazaTras conocerse la información de
Newsweek, el gobierno de Gran Bretaña desmintió que el envío del nuevo contingente a Iraq vaya a integrar escuadrones de la muerte similares a los que operaron en la guerra civil de El Salvador en la década de los 80, mientras que la organización Human Rights Watch [HRW] indicó que la posible utilización de estos grupos por Estados Unidos para combatir a la resistencia iraquí representaría un nuevo golpe a las Convenciones de Ginebra.
El ministro de Defensa británico, Geoff Hoon, al anunciar ante el Parlamento el envío de 400 militares suplementarios a Iraq, desestimó que Londres vaya a participar en ese plan, dado a conocer por el semanario estadunidense
Newsweek.
El diputado Paul Keith protestó ante Hoon al señalar que coincide con reportes de prensa según los cuales Estados Unidos estudia la posibilidad de utilizar escuadrones de la muerte contra los jefes de la insurrección iraquí, como ocurrió en El Salvador, donde más de 75.000 personas perdieron la vida durante la guerra civil de los 80.
Keith criticó, en nombre del Partido Liberal Demócrata, el envío de nuevas tropas, tras la publicación del artículo de
Newsweek.
'Le aconsejo que no crea todo lo que lee', respondió Hoon e indicó que el envío de nuevas tropas a Iraq es para 'apoyar la seguridad electoral' en ese país de cara a los comicios del próximo día 30. La decisión fue adoptada por recomendación del mando militar británico en Iraq y será por un 'periodo limitado', precisó.
Interrogado por Newsweek, Negroponte indicó que no está involucrado en ninguna estrategia militar en Iraq, y afirmó que cualquier mención sobre esto 'es puramente gratuita'.