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General: 20 de Junio: el primer paso.
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De: Gran Papiyo (Mensaje original) |
Enviado: 20/06/2006 03:41 |
| COMIENZA EL PRIMER JUICIO CONTRA UN REPRESOR DESDE LA NULIDAD DE LAS LEYES DE IMPUNIDAD | Comunicado de Prensa
Etchecolatz en el banquillo
COMIENZA EL PRIMER JUICIO CONTRA UN REPRESOR DESDE LA NULIDAD DE LAS LEYES DE IMPUNIDAD
Es la culminación de una causa que investigó ocho casos de secuestros, torturas y homicidios cometidos durante la última dictadura. El imputado es el ex Director de Investigaciones de la Policía de la provincia de Buenos Aires, Miguel Osvaldo Etchecolatz. El juicio oral y público se hará en La Plata desde el 20 de junio, y se prevé que declaren más de 130 testigos. Invitación a la conferencia de prensa y al acto de "Justicia Ya en La Plata".
LA PLATA (8jun06). El 20 de junio comenzará en La Plata el juicio oral y público al represor Miguel Osvaldo Etchetolatz, por su responsabilidad en casos de secuestros, torturas y homicidios cometidos durante la última dictadura militar. El expediente se inició en 1999, pero será la primer causa que llega a juicio desde la anulación definitiva de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, obtenida tras años de lucha popular de organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, gremiales y políticas, familiares y víctimas directas del terrorismo de Estado.
Etchecolatz —ex Director de Investigaciones de la Policía provincial durante la dictadura— tendrá que responder por su responsabilidad en el homicidio calificado de Diana Esmeralda Teruggi; la privación ilegal de la libertad, torturas y homicidio de Patricia Dell'Orto, Ambrosio De Marco, Nora Formiga, Elena Arce y Margarita Delgado; y la privación ilegal de la libertad y torturas de Nilda Emma Eloy y Jorge Julio López.
Los organismos nucleados en el espacio "Justicia Ya en La Plata" participarán activamente del juicio, que durará al menos tres meses, durante los cuales declararán cerca de 130 testigos. En la querella actuarán abogados de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, HIJOS La Plata, Liberpueblo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, CEPRODH, APDH La Plata, Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), CODESEDH y FIDELA.
La historia de la causa
Este expediente se inició en 1999, a partir de una serie de casos de violaciones a los derechos humanos perpetrados durante la dictadura pero que nunca habían sido investigados ante la Justicia. Los primeros datos surgieron de testimonios brindados en el Juicio por la Verdad de La Plata, y tomaron forma de denuncia penal cuando la Cámara Federal de La Plata los remitió a un juzgado de primera instancia para iniciar la investigación.
La causa en sí es fragmentaria en cuanto a los hechos que toma, y limitada en cuanto a la investigación integral del aparato represivo ilegal instaurado durante la última dictadura. No obstante, el contexto en el cual se inició estaba marcado por la vigencia de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que convalidaron la impunidad de los genocidas argentinos hasta el 2003. En aquel marco, los organismos de Derechos Humanos nos presentamos como querellantes e impulsamos la causa, que constituía uno de los pocos caminos abiertos en el ámbito de la Justicia para avanzar en la investigación.
Sin embargo, el expediente estuvo paralizado durante varios años —pese a la cantidad de elementos de prueba que ya estaban reunidos en la causa— fundamentalmente por conflictos de competencia entre distintos jueces de La Plata y Buenos Aires. Recién en 2004, con Etchecolatz ya procesado por la justicia federal de Buenos Aires, la causa volvió a recaer en el mismo lugar en donde se había originado: el Juzgado Federal Nº 3 de La Plata, a cargo del juez Arnaldo Corazza, que a fines del 2005 dio por clausurada la etapa de instrucción.
Todos los genocidas, por todos los compañeros
El juicio oral contra el represor Etchecolatz abarca unos pocos hechos no conectados directamente entre sí. La investigación no los inserta en el circuito de centros clandestinos de detención ni abarca la estructura represiva en su totalidad, a diferencia del enfoque integral que promovemos desde "Justicia Ya en La Plata", que implica que todos los genocidas respondan judicialmente por todos los compañeros víctimas del terrorismo de Estado.
Consideramos que el camino hacia la Verdad y la Justicia por los crímenes de la dictadura debe partir de la investigación integral del aparato represivo, enmarcando siempre los hechos en el plan sistemático de eliminación de personas implementado por la dictadura militar.
No obstante, los organismos de derechos humanos, organizaciones sociales, familiares y víctimas directas que componemos este espacio consideramos que es importante participar de este proceso, el primero en llegar a la etapa oral desde que la lucha popular consiguió la inconstitucionalidad y anulación de las leyes de impunidad, y que alcanza los delitos que constituyeron el núcleo del accionar represivo: el secuestro, la tortura y el homicidio.
El juicio oral contra Etchecolatz que comenzará el 20 de junio será el primer paso en el largo camino que falta recorrer para lograr el Juicio y Castigo a todos los culpables del terrorismo de Estado.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS (Gran Papiyo) | |
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De: Gran Papiyo |
Enviado: 21/06/2006 07:49 |
Primer juicio después de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final Etchecolatz no declaró y quiere un tribunal militar El represor de la Policía Bonaerense Miguel Osvaldo Etchecolatz se negó a declarar hoy en el juicio en su contra por delitos de lesa humanidad que comenzó en la ciudad de La Plata, argumentando que el proceso debe ser sustanciado por la justicia militar. Tras la decisión de Etchecolatz -quien fue director general de Investigaciones de la fuerza de seguridad provincial-, el Tribunal Oral Federal 1 dispuso un cuarto intermedio hasta pasado mañana jueves. En el primer juicio tras la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Etchecolatz argumentó su reticencia a declarar al negarle al tribunal "autoridad para tratar estos casos, porque -dijo- corresponden a la jurisdicción militar". Y, además, sostuvo que le "asiste el sagrado derecho de la Constitución Nacional". El juicio a Etchecolatz -acusado de cinco homicidios y siete secuestros y torturas- comenzó este mediodía en el Salón Dorado de la municipalidad platense. Allí fue recibido entre gritos de "asesino" y "genocida".En el salón municipal había más de 500 personas entre el público y Etchecolatz estuvo sentado en el banquillo junto a sus defensores, los abogados Adolfo Casabal Elía y Luis Bofi Carriperes. En la audiencia, que comenzó con la lectura de la acusación fiscal, Etchecolatz (77) permanecía con la mirada perdida hacia adelante y por momentos inclinaba la cabeza y apoyaba la frente en los puños. Durante unos minutos se retiró al cuarto de baño y hubo nuevos gritos del público, por lo que el tribunal debió hacer un llamado al orden. El juicio ventilará una investigación iniciada hace ocho años y posee la particularidad de tener, por primera vez en el rol de querella unificada, a varios organismos defensores de derechos humanos. De hecho, la querella está compuesta por representantes de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, la agrupación HIJOS La Plata, Liberpueblo, Liga Argentina por los Derechos del Hombre, CEPRODH, APDH La Plata, Colectivo de Investigación y Acción Jurídica (CIAJ), CODESEDH y FIDELA. Etchecolatz afronta cargos por el homicidio calificado de Diana Esmeralda Teruggi; la privación ilegal de la libertad, torturas y muerte de Patricia Dell'Orto, Ambrosio De Marco, Nora Formiga, Elena Arce y Margarita Delgado; y la privación ilegal de la libertad y torturas de Nilda Emma Eloy y Jorge Julio López. La investigación comenzó en 1999 a partir de testimonios en el denominado Juicio por la Verdad de La Plata, y tomó forma de denuncia penal cuando la Cámara Federal de esta capital los remitió a un juzgado de primera instancia para que iniciara la pesquisa. "La causa en sí es fragmentaria en cuanto a los hechos que toma y limitada en cuanto a la investigación integral del aparato represivo ilegal de la última dictadura; no obstante, el contexto en el cual se inició estaba marcado por la vigencia de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que convalidaron la impunidad de los genocidas argentinos", explicaron los querellantes. Otra particularidad es que el expediente estuvo paralizado durante años por contiendas de competencia entre los tribunales de La Plata y Buenos Aires, mientras se acumulaban evidencias sobre los delitos que ahora serán ventilados en el juicio. Recién en 2004, con Etchecolatz ya procesado por la justicia federal bonaerense, la causa volvió a recaer en el mismo lugar donde había comenzado: el Juzgado Federal 3 de La Plata, a cargo de Arnaldo Corazza, quien a fines del 2005 dio por clausurada la etapa de instrucción. Se estima que este juicio durará al menos tres meses y durante su desarrollo prestarán declaraciones no menos de 130 testigos. Fuente: DYN SALUDOS REVOLUCIONARIOS (Gran Papiyo) |
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De: Gran Papiyo |
Enviado: 22/06/2006 13:23 |
El Círculo Militar tuvo su día de gloria in memoriam con un uniforme La promoción ’76 del Ejército homenajeó a los “muertos por la subversión”. Cecilia Pando se regodeó en el acto. El único uniformado, Andrés Fernández Cendoya, fue citado por Defensa. El coronel Andrés Fernández Cendoya fue citado anoche por el jefe del Ejército, Roberto Bendini. “No podemos dejar que se desconozcan los hechos hasta el punto en que la Justicia sea una burla”, arengó ayer el presidente de la promoción 76 del Ejército, coronel retirado Daniel García, el mismo día que comenzó el juicio al represor Miguel Etchecolatz. Con un mayor cuidado de las formas –esta vez no hubo agresiones a la prensa– el homenaje compartió el mismo contenido del acto del 24 de mayo en Plaza San Martín: la reivindicación del terrorismo de Estado bajo la máscara del homenaje a cuatro “víctimas de la subversión”. “El señor Etchecolatz no hizo más que cumplir con su deber. Ese juicio es injusto”, opinó entre el público Beatriz de Farjat, que llevaba el pin de la Asociación Memoria Completa. Junto a ella, la mediática Cecilia Pando sonreía (ver aparte). Por su parte, el coronel Andrés Guillermo Fernández Cendoya, de impecable uniforme en el acto, fue citado “a consulta” por el jefe del Ejército, Roberto Bendini. En el patio del señorial edificio del Círculo Militar, el homenaje tuvo la rigidez y la parsimonia de los actos militares. “Hoy no va a haber nadie de uniforme”, se congratulaban dos ancianas, luego de las sanciones que recibieron los seis militares en actividad y retirados por participar del acto en Plaza San Martín. Entre el público, se pudo ver al ex funcionario cavallista Horacio Liendo, hijo del ministro de Trabajo de Jorge Rafael Videla. “Vi que me mirabas, así que anotá bien mi nombre: coronel Andrés Fernández Cendoya, del Ejército Argentino”, dijo a Página/12 el único hombre de uniforme entre los cientos de sobretodos de porte castrense. Se trataría de un familiar del general de brigada Andrés Jorge Fernández Cendoya, que murió en un atentado de Montoneros a la Subsecretaría de Planeamiento del Ministerio de Defensa en 1976. –¿En actividad o retirado? –preguntó este diario. –Nnnnno sé... –contestó el militar que luego fue citado por Bendini. Para despegarse de los incidentes del 24 de mayo, los organizadores fueron pulcros hasta la paranoia. “No debe descartarse la presencia de provocadores que intenten desvirtuar el acto”, se espantó al iniciar el homenaje el secretario de la promoción 76, coronel retirado Eduardo Braca, a quien acompañaba el titular de Círculo, general retirado Roberto Domínguez. “A efectos de evitar falsas interpretaciones, la promoción 76 deja constancia de que tiene como única finalidad recordar a nuestros camaradas víctimas de la agresión subversiva”, aclaró. Después de la tensa advertencia le tocó hablar al padre Alejandro Bertolini, hijo de uno de los egresados de la promoción. Morocho, de barba, era el único de los oradores que tenía menos de 60 años. “Nuestro pueblo se está desangrando por las peleas de las verdades parciales. Mostremos la grandeza que siempre caracterizó al Ejército y más aún a la promoción 76: pidamos la reconciliación”, dijo, entre líneas del Evangelio de San Juan. La presentadora leyó luego una carta supuestamente escrita por el nieto de uno de los “muertos por la subversión”. Flaco, alto, trajeado y con gomina, el coronel García empezó su discurso con una frase que está grabada en la entrada del Edificio Libertador: “Ellos murieron para que la patria viva”, citó. “Su sacrificio iba a servir para que nuestra descendencia viviera en un país pacificado. Hoy nos encontramos con una realidad distinta, que nos rebela. Debemos contenernos ante tanta irracionalidad, ante una tormenta de locura que empaña la luz de la razón”, sostuvo García, en velada alusión a la política de derechos humanos del Gobierno, y pidió “ayudar a los jóvenes” a entender “esa época de locura”. Su discurso estuvo cargado de alusiones a la “irracionalidad” y el “tiempo de subjetividad antihistórica”. “Nadie puede vivir entre tumbas y muertos revividos: no lo hubieran permitido nuestros cuatro camaradas. La patria grande se construye renunciando a la venganza, porque ocultar una parte de la verdad también es mentir”, remarcó García, mientras le temblaba la mandíbula, y criticó la “verdad oscurecida por la conveniencia de quienes así tratan de presentarla”. El público comenzó a aplaudir, pero se refrenó rápidamente, por si quedaba desprolijo.Los familiares de los cuatro militares se acercaron al palco a descubrir la placa, que fue bendecida por el padre Bertolini. “Muertos por la subversión”, se leía y recordaba al general de brigada Cesario Cardozo, los coroneles Arturo Carpani Costa, Ricardo Muñoz y Jorge Grassi. Cardozo era el jefe de la Policía Federal designado por Videla. Una militante de Montoneros, Ana María González, de 18 años, logró colocar una bomba bajo su cama. Grassi y Carpani Costa murieron en dos acciones del PRT-ERP. En rigor, Muñoz no murió ni en un atentado ni en un enfrentamiento. Era el comandante de la V Brigada de Infantería de Tucumán, cuando comenzó el Operativo Independencia, con el que el Ejército inauguró el primer centro clandestino de detención de la Argentina: la escuelita de Famaillá. Muñoz murió con otros diez militares cuando el avión que lo transportaba se estrelló accidentalmente en Tafí del Valle. Cuando terminó el acto, con una sonrisa socarrona, dos ex militares comentaron complacidos: “Esta vez no hubo ni lío ni trompadas”. Informe: Werner Pertot. SALUDOS REVOLUCIONARIOS (Gran Papiyo) |
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