Continuación del análisis sobre los rasgos del periodismo cubano, en especial la visión revolucionaria de la libertad de prensa, la denuncia de la desinformación, la opinión de Fidel Castro y la sorprendente Televisión Cubana. Julio Otero para Tiempo de Cuba.

IV. II Una visión revolucionaria de la libertad de prensa

El periodismo no es un negocio, sino un esfuerzo intelectual. No es una mercancía, se trata de un servicio a favor del ser humano y su riqueza espiritual. El ejercicio de esta profesión debe velar por los intereses de la sociedad y no por los beneficios económicos de unos pocos propietarios. Al igual que la educación, no puede ser objeto de ganancia, tiene que responder al interés general. Por estos motivos, en Cuba los medios de comunicación, como todas las empresas, son públicos. Con los medios de comunicación en manos de grandes conglomerados con sus propios intereses espurios, nunca podrá existir una verdadera libertad de prensa.

Precisamente la libertad de prensa es uno de los principales ejes de las campañas anticubanas. En Cuba no hay ninguna ley que permita censurar, ni ningún órgano o tribunal especial que se encargue de juzgar o vigilar las actividades periodísticas. Tampoco se dan consignas diarias desde el Gobierno con las noticias que cada medio debe dar obligatoriamente. Todas estas característica son propias de dictaduras en las que no se respeta esta libertad. Ésta es la situación que vivía Cuba -sin que los medios de comunicación capitalistas se indignaran tanto como ahora- justo antes del triunfo de la Revolución bajo el régimen de Fulgencio Batista. La represión sistemática llegó hasta el asesinato de un periodista, Carlos Bastidas. Los asesinatos y desapariciones continúan sucediéndose cada año en Latinoamérica por decenas, mientras que en Cuba, en más de 46 años de Revolución no se ha dado ni un solo caso. La libertad de prensa está recogida en el artículo 53 de la Constitución cubana. No es cierto que lo periodistas vivan en un clima de terror y que la diversidad de opiniones no estén permitidas. No obstante, hemos de reconocer que el bloqueo y las acciones hostiles de los Estados Unidos perjudican al desarrollo y perfeccionamiento de dicha libertad. No olvidemos que Cuba es una pequeña isla situada a 90 millas de la mayor superpotencia de la historia, y de su necesidad de defenderse se entienden las sanciones previstas en su Código Penal contra las personas que reciban dinero de otros Estados para difundir propaganda contrarrevolucionaria o que colaboren con las leyes y estrategias norteamericanas encaminadas a cercenar la independencia del país.

El papel de los llamados periodistas independientes también juegan un papel negativo en el desarrollo de la libertad de prensa. La mayoría de estos últimos ni suelen ser periodistas (la mayoría no tienen el título) ni independientes, más bien se trata de activistas financiados por los Estados Unidos para crear libelos con los que difamar a la Revolución siguiendo las directrices de la Sección de Intereses Norteamericanos, que es su representación diplomática en La Habana. El libro Los disidentes de Rosa Miriam Elizalde y Luis Báez, revela como estos pseudoperiodistas son financiados por potencias extranjeras hostiles a Cuba que incluso les dan instrucciones. El caso más esperpéntico fue el curso de ética periodística que se impartió en casa de James Cason, antiguo máximo responsable diplomático de estadounidense en La Habana. En este saco metemos también a los informes de la Sociedad Interamericana de Prensa y ONGs como Reporteros Sin Fronteras. Esta última recibe fondos del Gobierno norteamericano tal como ha aparecido en los datos oficiales de este país. Por más que lo nieguen estas asociaciones, todas tienen ideas derechistas y juzgan a Cuba con total parcialidad, mirando para otro lado ante las violaciones a la libertad de prensa que, por ejemplo, comete Estados Unido en Iraq, donde ya ha asesinado a varios periodistas.

Tras el triunfo de la Revolución, antes de que se nacionalizaran las empresas, sólo dejaron de salir 5 periódicos, todos ellos pertenecientes a personas con crímenes pendientes con la justicia por su vínculos con la dictadura batistiana. Durante esos años no se cerraron periódicos ni se cambiaron las líneas editoriales. No obstante, muchos de ellos, sobre todo a partir de la reforma agraria, prefirieron irse a Miami y oponerse visceralmente a la Revolución. En la mayor parte de los casos, estos medios bajaron drásticamente sus ventas por la falta de credibilidad que tenían entre el pueblo cubano. En este breve periodo de tiempo, antes de la proclamación del carácter socialista del régimen, mostraron su verdadera cara en los conflictos que tuvieron con sus trabajadores y en las furibundas campañas contrarrevolucionarias que llevaron a cabo. En ellas sólo publicaban -y sin contrastar- las notas que les llegaban desde las agencias de prensa estadounidenses.

Existe una relación directa entre el grado de libertad de prensa y el número de publicaciones editadas y el nivel cultural de la población. En relación a esto, Cuba es uno de las naciones latinoamericanas en las que más medios de comunicación y libros se publican. Asimismo fue el primer territorio latinoamericano libre de analfabetismo. Es un país con un elevado nivel cultural y un importante número de licenciados universitarios, lo que estimula la capacidad crítica de la población, facilita la comprensión e interpretación de los hechos y dificulta los posibles intentos de manipulación por parte de los medios y gobiernos.

Decía el prócer de la independencia cubana, José Martí, “ser cultos para ser libres”. Si damos por válida esta premisa podemos cuestionarnos si tienen libertad de prensa los 800 millones de analfabetos que viven en el planeta, muchos de ellos en países llamados democráticos. También podemos preguntarnos si tienen realmente libertad para fundar un periódico los millones de pobres que no tienen dinero ni para comprar un solo ejemplar. La libertad de prensa en los países capitalistas es teórica y formal, sin que existan mecanismo reales para hacerla efectiva. Sólo se podrá lograr una libertad de prensa plena cuando los periodistas tengan el trabajo asegurado el trabajo y tenga a su disposición los locales, el papel, las imprentas y los recursos necesarios.

La prensa cubana es libre y objetiva precisamente porque no tiene que enmascararse con la falsa ‘imparcialidad’ e ‘independencia’ de los medios del gran capital. La libertad de información suele esta siempre dentro de un marco, que suele ser el que permite su constitución y sus leyes. En los países llamados democráticos existen medios de distintas tendencias pero que nunca -al menos los de importancia- cuestionan el régimen o el sistema económico en el que viven. Aunque apoyen a partidos distintos, los medios de comunicación capitalistas están de acuerdo en lo fundamental. Aquí los periodistas se ven obligados a defender los intereses de la empresa para la que trabaja aun en contra de la verdad, la ética periodística y su propia conciencia. Como nunca es neutral y siempre tiene una ideología, para ser auténticamente libre los medios deben proclamar abiertamente su compromiso. En el caso cubano, la prensa se siente libre porque se sitúa del lado contrario a las injusticias y junto a los oprimidos del mundo. Su adhesión a los principios revolucionarios no debe restarle objetividad, credibilidad y sinceridad. El periodismo cubano es serio, riguroso, veraz y con un gran sentido de la ética.

IV. III Una fábrica de desinformación

Como muestra de las campañas de intoxicación que diariamente recibe la Revolución Cubana hemos escogido una selección de noticias que fueron publicadas en la prensa estadounidense en abril de 61, durante la invasión a playa Girón por parte de mercenarios cubanos exiliados entrenados por la CIA:

WASHINGTON, abril 17. (AP.)—Fuerzas anticastristas invadieron hoy a Cuba por tres puntos y la principal ciudad en el extremo oriental de Cuba. Santiago, puede estar ya en manos de los invasores. Los milicianos de Castro, así como del ejército y la marina, se han unido a los invasores.

Miami, abril 17. (UPI).— Circularon versiones de que la Marina cubana se ha rebelado. Durante más de una hora se escuchó a las estaciones navales que intentaban vanamente comunicarse con el comando marítimo de La Habana.

Miami, abril 17. (UPI).— Mensajes de la radio de Cuba dieron a entender la posibilidad de que Fidel se hallara en el lugar cuando aviadores contrarrevolucionarios atacaron hoy un blanco del Sur de Cuba. El ataque puede haber sido parte de un plan destinado a asesinar al Primer Ministro cubano.

Nueva York, abril 17. (UPI).— Fuerzas rebeldes que operan en el interior de Cuba dieron muerte a la escolta militar del Primer Ministro Fidel Castro, que salió ileso del atentado.

Miami, Miami, abril 17. (AP).— La Isla de Pinos fue tomada por los rebeldes y 10 000 prisioneros políticos fueron puestos en libertad y se plegaron a la rebelión.

México, abril 17. (UPI).— El Primer Ministro Fidel Castro se ha dado a la fuga y su hermano Raúl fue capturado. El general Lázaro Cárdenas gestiona el asilo político de Fidel.

Miami, abril 17. (AP).— La mayor parte de la milicia de 400 000 hombres reclutada por Castro ya ha desertado.

Miami, abril 20. (UPI).— El Primer Ministro Castro ha sido incapacitado por los bombardeos de los aviones el lunes pasado, con un colapso físico y tal vez mental. Se está tratando de mejorarlo.

Décadas después incluso las personas que no conocen a fondo la historia reciente de estos sucesos puede darse cuenta de la magnitud de las fantasías que se publicaron sobre aquel fracasado intento invasor.

IV. IV La opinión de Fidel Castro

Fidel Castro es uno de los presidentes más demonizados del mundo. La prensa internacional lo presenta como un dictador cruel que no tolera la mínima libertad. Organizaciones vinculadas al Gobierno norteamericano como Reporteros Sin Fronteras lo consideran el mayor predador de la libertad de prensa en el mundo. A continuación les mostramos una selección de frases del máximo líder cubano para que puedan contrastarse con la avalancha de calumnias que cada día recibimos:

(..) Todo el mundo está informado, para eso hay libertad de prensa. Porque conforme a las dictaduras la prensa no les conviene porque les estorba, a un gobierno honrado y a un gobierno democrático la prensa le conviene, porque lo mantiene en constante contacto con la opinión pública, y la fuerza de un gobierno no está en las armas. Somos fuertes ahora los revolucionarios no porque tengamos los tanques ingleses, los Sherman, y los aviones ingleses, y todas esas demás cosas, somos fuertes no porque tengamos miles y miles de armas, no. Somos fuertes, realmente fuertes, porque contamos con la opinión pública del país, que es un arma más poderosa que ninguna otra, porque nosotros hemos triunfado en esta guerra con la opinión pública del país. Y ahora, que hemos triunfado, no vamos a hacernos fuertes en las armas, vamos a hacernos fuertes en la opinión pública, que es nuestra arma: la opinión pública de Cuba y la del mundo (...).
(Discurso en el Club Rotario, La Habana, 15 de enero de 1959).

(...) Donde hay justicia no hay crimen, y donde hay crimen no hay libertad de prensa, donde hay crimen se oculta lo que se hace, y aquí actuamos a la luz pública, aquí venimos para que vean que hay justicia. Aquí podemos invitar a todos los periodistas del mundo, porque hay en Cuba una libertad de prensa absoluta, que no la hay en ninguna parte del mundo. Hay en Cuba un respeto a los derechos humanos que no hay en ninguna parte del mundo. Este pueblo no es un pueblo bárbaro, ni es un pueblo criminal: este es el pueblo más noble y más sensible de todos. Si aquí se comete una injusticia, todo el pueblo estaría contra esa injusticia. Nuestros intelectuales no son insensibles; nuestros periodistas no son insensibles, nuestros campesinos no son insensibles; nuestros religiosos no son insensibles; y cuando todo el mundo ha estado de acuerdo con el castigo, es porque el castigo es justo, es porque el castigo es merecido. (Discurso en la magna concentración popular, en el Palacio Presidencial, La Habana, 21 de enero de 1959)

No hacemos nada con dar libertades que son solamente teóricas. El derecho a escribir, muy bonito; pero el que no sabe escribir no puede tener derecho a escribir. El derecho a hablar libremente, muy bonito; pero el analfabeto que no ha abierto un libro nunca en su vida, porque no le dieron oportunidad, no puede tener derecho a hablar. Los derechos, desgraciadamente, son más relativos que lo que el ideal humano desea: que los hombres fueran más libres todavía.

Yo quisiera que los hombres fueran más libres todavía. La gran verdad es que el hombre aun si sabe escribir y sabe hablar no tiene dónde hablar ni dónde escribir. Luego, la gran verdad es que esos derechos, por los cuales ha sufrido tanto la humanidad, son más restringidos de lo que parece y lo que deben los hombres verdaderamente democráticos es tratar de ampliar esos derechos a todo el mundo (...) (Comparecencia en el programa de televisión "Ante la prensa", La Habana, 2 de abril de 1959)

(...) Yo decía que uno de los temas que se había planteado ya y que se estaba esgrimiendo era el de las elecciones. Pero yo quiero definir nuestro concepto democrático sobre ese tema. En primer término, somos y nos consideramos mucho más demócratas que esos que están hablando de elecciones; porque esos quieren elecciones como antes, y nosotros queremos elecciones completamente distintas a las de antes; porque esos quieren politiquería, y nosotros queremos crear en el pueblo una conciencia contra la politiquería; porque nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, aquí todo el mundo esté trabajando, aquí la Reforma Agraria sea una realidad. Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todos los niños tengan escuelas y nadie pueda venir a comprar un voto ofreciéndole una beca al hijo de un obrero o de un campesino o de una familia humilde. Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todas las familias tengan acceso a los hospitales y cada cubano que se enferme, sin necesidad de pedir la influencia a nadie, médico y un hospital. Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todos los cubanos tengan trabajo y perciban un sueldo decoroso y no pueda venir nadie a ofrecerle cinco pesos a un ciudadano hambriento para comprar la cédula (...)

(...) Nosotros queremos que cuando las elecciones vengan, todo cubano conozca sus derechos y sus deberes, cualquier cubano sepa leer y escribir, para que nadie lo engañe, para que nadie lo confunda. Y cuando hayamos logrado eso, entonces sí se podrán hacer elecciones verdaderamente democráticas.

Lo que hay que hablar ahora es de acabar con el desempleo, acabar con el analfabetismo, acabar con la miseria, acabar con la pobreza.

Yo invito a los que quieren elecciones a que nos ayuden a librar primero esa batalla, a que no nos saboteen, a que no le creen obstáculos a la Revolución, porque mientras más pronto avance la Revolución, mientras más rápidamente realice su obra, más pronto podremos hacer esas elecciones que quieren. Porque, en definitiva, nosotros por principio somos demócratas; nosotros por principio somos defensores de la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir a sus gobernantes. ¿Por qué?, Porque es una garantía para el pueblo. Cuando el pueblo sepa escoger y sepa elegir, cuando el pueblo no esté pasando hambre, cuando el pueblo vote libremente, escoger siempre a los mejores. (Discurso en el I Aniversario de la Huelga del 9 de abril, en la Alameda de Paula, La Habana, 9 de abril de 1959)

(...) Hablan de libertad de prensa. No hablen de libertad de prensa. La verdadera libertad de prensa haría que aquí se preocuparan por enseñar a los hombres a escribir, a pensar, para que puedan tener la libertad de expresar sus pensamientos y tengan la libertad de defender sus derechos; llaman libertad de prensa al derecho de venderse al mejor postor, al derecho de venderse a la peor causa. Y siempre están hablando, empleando

términos falsos, como si no supiera todo el mundo que gobiernan, por lo general, las oligarquías; gobiernan las castas, gobiernan los poderosos poseedores de las riquezas y de los recursos de las naciones (...)
(Comparecencia en el programa de televisión "Telemundo Pregunta". La Habana, 22 de abril de 1960

La Comunicación en Cuba I

II. Periodistas y asociaciones

IV. V La sorprendente Televisión Cubana

IV. III Una fábrica de desinformación

IV. IV La opinión de Fidel Castro