Del Mercosur podría decirse
"Los muertos que vos matais
gozan de buena salud"
El presidente norteamericano subestimó al Mercosur durante la IV Cumbre de las Américas y los medios proestadounidenses lo dieron por muerto durante 2006. Desairando esos pronósticos, ese bloque regional se muestra fortalecido.
El jueves y viernes próximo Córdoba será escenario de la XXV Reunión de presidentes del Mercosur, engrosada en la ocasión por cinco mandatarios de países asociados y posiblemente otros dos que llegarían con tarjeta de invitados especiales.
Los que estarán sí o sí son el dueño de casa Néstor Kirchner, que entrega la presidencia protémpore del bloque a su colega Lula da Silva, el uruguayo Tabaré Vázquez, el paraguayo Nicanor Duarte Frutos y el venezolano Hugo Chávez, quien debuta como miembro pleno de este espacio político-comercial.
Los que darán el presente como asociados son la chilena Michelle Bachelet, el peruano Alejandro Toledo, el ecuatoriano Alfredo Palacios, el colombiano Alvaro Uribe y Evo Morales, quien jugará prácticamente de local vista la importante colectividad boliviana que vive en Villa El Libertador, en el sur de "La Docta".
Ese conteo da diez. Salvo inconveniente de último momento que pueda tener alguno, ese será el lote básico –más sus ministros de Relaciones Exteriores y de Economía, que tendrán sus propios encuentros- que deliberará en el complejo Ferial ubicado en la zona del Chateau Carreras, al noroeste de la ciudad.
Hay dos invitados especiales que no se sabe si se sentarán a la mesa, pero por distintos motivos. Uno es el proestadounidense Vicente Fox, que en las postrimerías de su gobierno está atravesado por las denuncias de fraude a favor de su delfín Felipe Calderón, candidato del oficialista PAN en los sospechados comicios del 2 de julio.
El otro es el comandante en jefe de la revolución cubana, Fidel Castro, quien vino al país en 2003 para la asunción de Kirchner y luego espació sus visitas al extranjero. Si él aterrizará en el aeropuerto local de Pajas Blancas o lo hará en su reemplazo el vicepresidente Carlos Lage acompañado por el canciller Felipe Pérez Roque, es algo que se sabrá sobre el filo del inicio de las deliberaciones. Cuestiones de seguridad, que le llaman, extremadas por la isla luego que en 2000 los terroristas cubano-americanos con protección de la CIA quisieron atentar con explosivos contra su presidente y miles de personas en el Paraninfo de la Universidad de Panamá, durante la X Cumbre Iberoamericana.
Lo que se firma
En la cita se tenía previsto firmar protocolos comerciales con tres países. Es muy posible que dos se rubriquen, con Cuba y Pakistán. El tercero, con Israel, quedaría en las gateras, aguardando mejor oportunidad. Tal como alertó LA ARENA (4/7), estaba listo un acuerdo de libre comercio con ese Estado pero las sangrientas ofensivas sionistas en Gaza y El Líbano habrían arruinado políticamente el preacuerdo firmado en diciembre por su representante comercial y los cancilleres del Mercosur.
De todos modos, esas negociaciones con terceros países no serán lo central de la agenda. La parte amable de la reunión será el balance positivo que presentará Kirchner sobre el semestre en que ejerció como titular del bloque de cuatro que ahora es de cinco. La sumatoria de Venezuela, proclamada el pasado 4 de julio en Caracas, es un elemento de peso para que la balanza se incline hacia lo positivo. Se trata de la tercera economía sudamericana detrás de Brasil y Argentina, y el sexto productor mundial de petróleo, con las terceras reservas comprobadas del planeta luego de Arabia Saudita e Irán.
Sumar a un socio de fuste energético como ese significa un fortalecimiento material del Mercosur que ni sus mayores detractores pueden negar. A lo sumo mantienen sus objeciones haciendo la distinción entre el mayor poderío regional, que admiten, y la "mala calidad institucional" que según ellos traería aparejada la incorporación venezolana.
Con el debut de ese miembro pleno, las deliberaciones volverán a girar sobre proyectos energéticos comunes como el Gasoducto Sudamericano, y financieros, como el Bono del Sur. Este será al inicio un título binacional argentino-venezolano que serviría para hacer inversiones aquí y allá, pero en el mediano plazo apunta a algo más grosso como es la creación de un banco subcontinental.
Dentro de la temática comercial los mandatarios van a avanzar en lo relativo al Código Aduanero y la distribución de sus ingresos aduaneros.
Fuera de los salones de Ferial, quizás en reuniones bilaterales, se pueden ventilar algunos puntos discordantes. Por caso, Kirchner y Vázquez podrían hablar sobre el diferendo de las pasteras luego del fallo adverso a Argentina en La Haya. Si eso ocurre sería positivo, visto el nivel cero de diálogo que hay con Montevideo desde hace meses.
Quizás Bachelet le haga algún planteo a su colega argentino por la elevación del precio del gas que recibirá Chile de aquí en más, directamente influido por la actualización del fluido urgida por las autoridades paceñas.
También puede que Lula –luego del momento de mayor tensión en mayo último, en Puerto Iguazú- decida tocar otra vez con el aymará Evo los dos temas bilaterales urticantes: el aumento del precio del gas que Bolivia provee a San Pablo y las medidas nacionalizadoras que afectaron a Petrobras.
Los agoreros desairados
En noviembre del año pasado George Bush se llevó un chasco cuando concurrió acompañado de mil agentes del servicio secreto a Mar del Plata, a la IV Cumbre de las Américas. Su libreto hegemonista continental, el Area de Libre Comercio de las Américas (Alca), no pudo superar la oposición de los representantes del Mercosur dentro del hotel cinco estrellas donde deliberaban los 34 mandatarios. Ni qué hablar de que ese proyecto perdió como en la guerra con la oposición popular expresada en el estadio olímpico marplatense, donde decenas de miles de personas vitorearon a Chávez.
En esa oportunidad, para minimizar el Mercosur y de paso desdramatizar la derrota sufrida, el presidente norteamericano declaró que se iba satisfecho de esa Cumbre porque 29 delegaciones habían estado de acuerdo con el Alca y sólo 5 en contra. Es lo que repitió ayer el embajador estadounidense Lino Gutiérrez al despedirse de Daniel Hadad y sus amigos de Radio 10: " 29 países dijeron que querían continuar con las negociaciones del Alca".
Eso no necesita traducciones: es ningunear al Mercosur y apostar a su debilitamiento para que Brasil y Argentina terminen claudicando ante las multinacionales.
Pero ese canto del cisne mercosuriano no se entonó. Los cuatro socios fundadores, aún con diferencias y entredichos, se han mantenido dentro del espacio, agrandado con Caracas y la próxima membresía de La Paz. Esas sumatorias le darán mayor consistencia política contraria al Alca y un formidable respaldo energético.
Los periodistas que en nuestro medio sintonizan la onda del Departamento de Estado se la pasaron criticando al Mercosur y la entente de Kirchner con Chávez y Morales. Mariano Grondona, por ejemplo, editorializó que esos personajes "populistas" implican "El retorno de los que causaron el trastorno" (La Nación, 14/5). Su coequiper Joaquín Morales Solá se le había adelantado una semana para decretar la defunción del bloque, al escribir en el mismo diario: "En Iguazú hubo floridos discursos sobre las virtudes del Mercosur y de la unión latinoamericana. El Mercosur está en una encrucijada: o lo refundan con los principios que lo crearon o sólo resta que alguien se anime a encarar la ceremonia de su entierro. Uruguay se está yendo. Tabaré Vázquez dejó abiertas todas las puertas con EE.UU., incluso las de un tratado de libre comercio, en su reciente visita a Washington. Paraguay sólo espera que lo inviten".
Los agoreros que daban por hecho el entierro de la alianza del sur están siendo refutados por la realidad. Eso les pasa por ser demasiados ideologistas del establishment de las multis. Ser intelectuales orgánicos del imperio suele tener estas decepciones.
ladran Sancho..........feliz día!