Nazismo judío Israel está demoliendo Líbano: 250 ataques y 4000 misiles arrojados en 7 horas. La estrategia de "huir atacando". | | | | IAR-Noticias) 06-Agosto-06 | Ataque en Líbano. Explosiones en los barrios del sur de Beirut durante los ataques aéreos del Ejército israelí. (Foto EFE) | Con total impunidad, con el total silencio de la ONU, y después de 24 días de bombardeos consecutivos, con casi 1000 muertos, 3500 heridos, su economía destruida, su infraestructura devastada, en catástrofe humanitaria, Líbano, un país sin defensas, fue sometido, este sábado, al más brutal bombardeo desde la invasión del 12 de julio pasado. La estrategia de "huir atacando". Aviones de combate israelíes han vuelto a realizar a primeras horas de este sábado varios ataques aéreos sobre los suburbios del sur de Beirut (Foto EP) | | nforme especial Citando fuentes de la policía libanesa las agencias internacionales consignan que, entre las 4.00 de la madrugada y las 11.00 de la mañana, hora española, la aviación israelí realizó 250 ataques con 4000 misiles arrojados en blancos ubicados en todo el país. (Ver: El Líbano sufre el peor día de bombardeos israelíes) . Las áreas más afectadas por los ataques se sitúan en el sur del país, en especial en la ciudad costera de Tiro, unos 80 kilómetros al sur de Beirut. Los observadores, corresponsales y testigos citados por agencias dan cuenta de que el país está destruido, sin luz, sin agua, con carreteras cortadas, con puentes destruidos, medio ambiente afectado por los explosivos, la gente huyendo desesperada, en tanto que Beirut, la capital, se encuentra aislada, con sectores demolidos, a oscuras, y con decenas de cadáveres sepultados bajo los escombros. Sobre este país fantasma, testigo elocuente de la complicidad internacional con el genocidio de una potencia demente y asesina, los aviones israelíes aumentaron su nivel de poder destructivo a niveles que asombran a los analistas y organizaciones internacionales que se encuentran sobre el terreno. Las interpretaciones y análisis son coincidentes: el alto mando israelí, incapaz de derrotar por vía terrestre y neutralizar los cohetes de Hezbolá (y el alto impacto psicológico de terror que producen en todo Israel), ha decidido lanzar una masiva operación de "terror aéreo" orientada a quebrar el apoyo social a Hezbolá y a producir una fisura entre el gobierno de Líbano y esta organización que ha tomado la defensa activa de su país invadido y masacrado por las fuerzas judías. Israel, su gobierno, sus fuerzas armadas, están cometiendo un crimen de lesa humanidad, un genocidio masivo en grados de impunidad como nunca se ha visto, desde el aire, a la luz del día, sin que nadie levante un dedo para detenerlo. La mayoría de los observadores -incluidos árabes y occidentales- coinciiden en que la infantería y los tanques israelíes no han podido, en dos semanas de ataque, sobrepasar las líneas defensivas de la guerrilla libanesa dotada de un sistema de túneles interconectados, refugios subterráneos, que le permite eludir los misiles israelíes y atacar y emboscar por sorpresa a las formaciones de comandos y blindados dotados de un inmenso poder de fuego. Las estimaciones coinciden -a pesar de que el mando israelí no informa de sus muertos- en que las tropas judías ya han perdido más de 50 soldados y sus heridos suman decenas, sin conseguir su objetivo de máxima: destruir la capacidad operativa de Hezbolá. Para huir de esa ratonera, y para poner fin al terror de los Katiusha golpeando sus ciudades, y para imponer un alto el fuego "honroso" en el Consejo de Seguridad, el alto mando israelí, con la complicidad manifiesta de EEUU, ha puesto en marcha un mecanismo de "huir atacando". Lo que quiere decir, en la imposibilidad de conseguir una victoria militar terrestre sobre Hezbolá, ejecutar desde el aire (donde es impune) una destrucción masiva para presionar un alto el fuego en términos que favorezcan a un repliegue honroso de sus tropas, sin reconocer su derrota en el campo terrestre. Esta, en síntesis, es la explicación de porqué, este sábado, Israel decidió demoler Líbano. Y lo está haciendo, sin que nadie lo detenga, |