La incertidumbre y la tensión que se vive en Cuba desde el anuncio del traspaso de poder del dictador Fidel Castro a su hermano menor Raúl, crecen día a día a la par de las sombras sobre posibles choques internos dentro de la isla en el corto plazo.
El misterio sobre la salud del déspota cubano, internado y operado por una gravísima hemorragia intestinal, fomenta las especulaciones sobre el futuro del régimen en la isla.
Con la centralización del poder en manos de Raúl se esperan reformas. Para el periodista y escritor Carlos Alberto Montaner “empezará un proceso a la vietnamita o china.
Una dictadura política férrea con apertura económica. Raúl no tiene la carga ideológica de su hermano”.
Nadie se arriesgaría a sostener las versiones sobre la explosión de una guerra civil cubana. Sin embargo, Orlando Gutierrez-Boronat, miembro de una de las principales organizaciones de la disidencia en Cuba, el “Directorio Democrático Cubano”, afirmó que lo que podría sobrevenir en el corto plazo es una “persecución”, “más presos políticos en las próximas horas” y una lucha interna de poderes en el régimen que versará en dos personajes de la política cubana no demasiado conocidos.
Montaner se mantiene en la misma línea. En una entrevista publicada por el matutino Clarín, vaticinó que “las peleas internas en Cuba son inevitables. Siempre surgen cuando el liderazgo es discutible y el de Raúl lo es”.
Según Gutierrez-Boronat, “hay grandes grietas de poder que vienen de la dirigencia histórica. La dictadura encabezada por Fidel Castro, nace de la ilegitimidad. Pero la dinastía, con la sucesión de su hermano, el pueblo cubano la no va a aceptar y dentro del mismo poder, tiene que haber personas que estén en desacuerdo”.
Desde esta posición es que surgen nuevos actores políticos internos donde la atención. Uno es Ramiro Valdés ex Ministro del Interior y el otro es Carlos Goldin Fernández, jefe de la contra inteligencia militar y el que administra el Ministerio del Interior.
A esos dos hombres clave, el exiliado Gutierrez-Boronat los señaló como âlas espadas del régimenâ. Goldin Fernández âes muy allegado a Raúl, es una de sus âhienasâ, mientras que Valdés tiene una rivalidad histórica con Raúl y sus poderes reales no son muy conocidosâ, describió.
Pero la gran duda que reina entre los analistas internacionales es cómo será “Cuba sin Fidel”. Montaner sostiene que “el entierro cuando muera Fidel será un inmenso teatro de dolor en donde la gesticulación del dolor será una muestra de adhesión a la memoria del caudillo”.
Para Gutierrez-Boronat las expectativas ante un eventual fallecimiento de Castro, serían en el corto plazo “que Cuba se subsuma en un período de gran incertidumbre, que haya un intento desmedido de consolidar el poder”. Pero a largo plazo “el poder lo recobrará el movimiento disidente, la comunidad internacional va a exigirle al régimen de Castro democracia y elecciones