En un artículo escrito en Global Research, Chossudovsky, afirma que este “plan de contingencia” usará el pretexto de un “segundo 11 de septiembre”, que es un hecho que todavía no ha sucedido, para ir preparando operaciones militares de gran envergadura contra Irán, mientras en simultáneo ejercen presión sobre Teherán en relación con su por ahora inexistente programa de armas nucleares.
En el mes siguiente a los atentados de Londres del 7 de julio se informó que el vicepresidente Dick Cheney dio instrucciones al USSTRATCOOM de preparar un plan de contingencia para ser “empleado en respuesta a otro ataque terrorista del tipo del 11 de septiembre sobre suelo americano”. En este plan está implícito que Irán estará detrás del segundo 11 de septiembre, afirma Chossudovsky.
El plan incluye ataques aéreos de gran escala sobre Irán, empleando ambos tipos de armas, armas convencionales y armas nucleares tácticas. Dentro de Irán hay más de 450 objetivos estratégicos, incluyendo numerosos sitios sospechosos de desarrollar programas de armas nucleares.
Muchos de esos objetivos son tan duros y están enterrados tan profundamente que no pueden ser atacados con armas convencionales, de ahí la opción nuclear, señala.
Para el investigador norteamericano, como en el caso de Irak, la respuesta no está condicionada a que Irán esté realmente implicado en algún acto de terrorismo contra USA. Varios altos oficiales de la Fuerza Aérea implicados en la planificación están espantados por las implicaciones de lo que están haciendo pero ninguno quiere dañar su carrera profesional planteando objeciones.
¿Estaremos comprendiendo bien que los planificadores militares de Usamérica, Gran Bretaña e Israel están esperando que suceda un “Segundo 11 de Septiembre” para extender la guerra aún más allá de las fronteras del Líbano, hasta lanzar un operación militar directa contra Siria e Irán?, se pregunta Chossudovsky.
Obsérvese bien -agrega- que el “plan de contingencia” de Cheney no está enfocado en impedir un “Segundo 11 de septiembre”. El plan de Cheney se basa en la presunción de que Irán estará detrás del “Segundo 11 de Septiembre” y de que se puede activar inmediatamente un bombardeo de castigo, antes de conducir una investigación, parecido a la forma como se atacó Afganistán en Octubre de 2001, cuando se alegó que el ataque lo fue en represalia por el apoyo del gobierno de los talibanes a los terroristas del 11 de septiembre.
De acuerdo con Chossudovsky, en abril de 2006, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld, lanzó un vasto plan de reequipamiento militar para luchar contra el terrorismo en todas partes del mundo, con vistas a contragolpear en caso de un segundo gran ataque terrorista a Usamérica.
El anuncio del 10 de agosto de Oficina de Seguridad Interior Británica (British Home Office) de haber acabado de frustrar un ataque terrorista de amplia escala que se habría propuesto hacer estallar simultáneamente 10 aviones, transmite la impresión de que es el mundo Occidental el que se encuentra bajo ataque, no Medio Oriente, señala el académico norteamericano.
Y luego puntualiza que los detalles de los planes son secretos, pero en general todo tiene que ver con una importante expansión del rol de los militares y, en particular, de las fuerzas de Operaciones Especiales, en operación continua en Irak y Afganistán.
El tercer plan expone como los militares pueden responder a un gran ataque terrorista a los Estados Unidos. Incluye larguísimos anexos que ofrecen un menú de opciones para un contragolpe militar veloz contra grupos terroristas específicos, personas o estados que se piensa que los apoyen dependiendo de quién se piense que está detrás de los ataques.
Desarrolladas durante alrededor de tres años por el Comando de Operaciones Especiales (SOCOM) con sede en Tampa, Florida, el plan refleja una creciente implicación del Pentágono en dominios que tradicionalmente eran manejados por la Agencia Central de Inteligencia y el Departamento de Estado (Washington Post, 23 de abril de 2006), añade Chossudovsky.