La Habana, 1 sep (PL) La exigencia a Estados Unidos para que respete la soberanía de Cuba concita hoy el respaldo de 26 mil 971 personas de más de 120 países, prueba del creciente respaldo a la isla contra la política agresiva de Washington.
El manifiesto difundido en La Habana el 7 de agosto, una semana después de conocerse la proclama del presidente Fidel Castro al pueblo cubano en la cual delegó provisionalmente sus funciones, contó en un inicio con la adhesión de unas 400 personalidades de 50 naciones.
Transcurridos apenas días, más de 10 mil personas -incluidos nueve Premios Nobel, artistas, escritores, académicos, humanistas y luchadores sociales- se sumaron al llamamiento que también advierte del peligro de agresión militar estadounidense contra la isla.
Los Nobel José Saramago, Nadine Gordimer, Darío Fo y Wole Soyinka (Literatura), Desmond Tutu, Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel (de la Paz), y Zhores Alfiorov (de Física) unieron sus firmas a las de actores de la talla de Benicio del Toro y Gerard Depardieu.
El dramaturgo británico Harold Pinter fue el noveno laureado que respaldó a Cuba, junto a figuras de relieve como los escritores Juan Gelman, Mario Benedetti, Frei Betto e Ignacio Ramonet y el cantante Joaquín Sabina.
Tras la adhesión del presidente boliviano, Evo Morales, el texto titulado La soberanía de Cuba debe ser respetada fue refrendado por más de 18 mil personas (hasta el pasado día 28), incluidas Alice Walker, Volodia Teitelboim, John Beverley y Oscar Niemeyer.
El documento, también suscrito por Tomás Borge, James Petras, Piero Gleijeses, Eduardo Galeano y Danny Glover, alertó que, tras la proclama del mandatario cubano hace hoy un mes, funcionarios norteamericanos hicieron amenazantes declaraciones.
Fidel Castro informó entonces que fue sometido a una operación quirúrgica y que delegó con carácter provisional en el primer vicepresidente, Raúl Castro, sus funciones al frente del Estado, el Gobierno, el Partido Comunista y las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Los firmantes fustigaron al presidente estadounidense, George W. Bush, al secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, y al vocero de La Casa Blanca, Tony Show, entre otros funcionarios.
Gutiérrez afirmó que "llegó el momento de una verdadera transición hacia una verdadera democracia", mientras Bush y su vocero indicaron que su gobierno estaba "listo y ansioso para otorgar asistencia humanitaria, económica y de otra naturaleza al pueblo de Cuba".
La llamada Comisión para una Cuba libre, presidida por la Secretaria de Estado, Condoleezza Rice, había destacado semanas antes "la urgencia de trabajar hoy para garantizar que la estrategia de sucesión del régimen de Castro no tenga éxito".
Bush declaró sin reservas que el citado documento era una prueba clara de que en su administración "estamos trabajando activamente por un cambio en Cuba, no simplemente esperando a que ocurra".
Según ha admitido el Departamento de Estado, el plan incluye medidas que permanecerán secretas "por razones de seguridad nacional" y para asegurar su "efectiva realización", lo que induce a pensar en una eventual agresión militar contra la nación caribeña.
En consecuencia, teatreros aficionados de América, los intelectuales Saúl Landau, Jorge Enrique Adoum y Roberto Fernández Retamar, y el teólogo Francois Houtart advirtieron del peligro que se cierne sobre Cuba.
"No es difícil imaginar el carácter de tales medidas y de la "asistencia" anunciada, si se tiene en cuenta la militarización de la política exterior de la actual administración estadounidense y su actuación en Iraq", remarcaron los firmantes.
"Debemos impedir a toda costa una nueva agresión", subrayaron, además, músicos y cantantes como Manu Chao, Chico Buarque, Silvio Rodríguez, Angel Quintero, Amaury Pérez y Víctor Heredia.