Explotan bombas
Durante 1997 explotaron cerca de una docena de bombas en hoteles, restaurantes y discotecas de La Habana y Varadero, en Cuba, dejando como saldo un turista italiano muerto, varios heridos y cuantiosas pérdidas materiales.
En la publicación de un artículo en 1998 del mismo periódico neoyorquino mencionado arriba y basada en una entrevista hecha en Guatemala a un comerciante cubano identificado como Antonio Jorge (Tony) Alvarez, se da cuenta de los posibles vínculos entre los participantes del complot para estallar las bombas (gestado en Guatemala) y cuatro cubanos exiliados residentes en Union City, que enviaron dinero para financiar dichas actividades.
Alvarez admite que se enteró del complot y de los ataques de las bombas a blancos cubanos porque dos de sus amigos connacionales —José Francisco “Pepe” Alvarez y José Burgos— a quienes contrató para manejar dos de sus compañías de construcción de plantas eléctricas, se lo habían confiado.
Se cita el texto de un fax que Posada Carriles envió desde El Salvador en el mes de agosto de 1997 y el cual firmaba como “Solo”, uno de sus apodos y en el que se discute, entre otras cosas, los pagos por las bombas, diciendo que “el dinero será enviado por Western Union desde New Jersey, para liquidar las cuentas del hotel”. El documento instruye a Pepe Alvarez para recoger la transferencia electrónica de 800 dólares de cada uno de los cuatro cubanos exiliados en el Estado Jardín.
A uno de los que se identifica en el fax es a Abel Hernández, ex propietario del supermercado y restaurante “Mi Bandera” de Union City, quien en ese momento negó conocer o enviar dinero a Posada Carriles, y que además no pudo ser ubicado por este rotativo para comentar sobre la nueva investigación.
Durante el juicio de 1999 en Cuba, en contra de uno de los responsables por los atentados con las bombas, un agente encubierto testificó que Arnaldo Monzón Plasencia le había ofrecido una fuerte cantidad de dinero para colocar una bomba en el cabaret Tropicana, localizado en La Habana y en un hotel de la Playa Varadero.
Se asegura que la investigación en Nueva Jersey tiene serias conexiones con las realizadas en el Paso, Texas, en donde se discute la suerte de Posada Carriles, a quien en varios países le han negado su petición de ser recibirlo como exiliado. Asimismo, un juez federal negó el pedido de extradición a Venezuela por determinar que pudiera ser torturado. Dicho país sudamericano lo está pidiendo para que responda por su participación en la explosión de un avión de Cubana de Aviación que estalló en 1976 y en donde murieron 73 personas.
Para las más de 20 personas que fueron entrevistadas para este artículo y de las que no quisieron fuera revelada su identidad coincidieron en que “este tema es muy sensible y delicado porque se tiene conocimiento de la presencia de espías cubanos y venezolanos”. Esto ultimo no pudo ser comprobado