La familia Belizaire
MARÍA JULIA MAYORAL y JOSÉ M. CORREA (foto), enviados especiales
LA SABANA, Haití.— La hija más pequeña de la familia Belizaire era todavía un intranquilo feto en el vientre de Ermite, cuando ya tenía una doctora pendiente de su vida. No se daban "el lujo" por ser personas pudientes.
La doctora Annia en una de sus habituales visitas a la familia Belizaire.
Viven en una modesta vivienda de la calle Anderson Douyon, en la sección comunal de La Sabana, uno de los barrios más pobres en la ciudad de Les Cayes, cabecera del Departamento Sur de esta nación antillana.
My-lee tiene ahora siete meses de nacida. Es una criatura saludable, solo ha tenido "un poco de catarro", explica la madre; pero la médico habanera Annia Ladrón de Guevara Casals sigue visitándolos con regularidad para examinar a la pequeña y a su hermano David, apenas un año mayor que la niña.
Si fuera por los Belizaire, Annia debería quedarse allí toda la vida, al servicio de la comuna. La joven galeno, graduada en el 2002 con excepcional rendimiento académico y especialista ya en Medicina General Integral, trabaja en la consulta externa del hospital Inmaculada Concepción de Les Cayes, y en las tardes realiza la llamada labor de terreno en La Sabana, donde se ocupa de atender establemente a unas 100 familias, como parte de la atención primaria de Salud que despliegan los colaboradores de la Mayor de las Antillas en tierra haitiana desde 1998.
En todos los Departamentos (provincias) de este país, es usual ver a médicos y enfermeros cubanos de recorrido por las comunas. Según Annia, ese nuevo proceso de dispensarización —aún incipiente—, está ayudando a mejorar el diagnóstico de enfermedades y el cuidado de la población.
Jean Vanel Belizaire, el padre de los dos menores, dice estar agradecido por las visitas a la casa. "Por suerte, bromea, yo no he tenido que ser paciente de los cubanos, pero sé que ellos en el hospital también atienden bien a cualquier haitiano".
La comunicación en creole entre Annia y los Belizaire resulta fluida; ella nos sirve de traductora; pero Jean Vanel decide despedirse de nosotros con una frase en español: "Amo mucho a todos los doctores cubanos. Gracias".