ampliar

Reacciones a la enfermedad del presidente cubano Fidel Castro

LA BUENA SALUD DE LA REVOLUCIÓN CUBANA

Con la enfermedad de Fidel Castro el mundo ha conocido que “El Comandante”, definitivamente, es humano y que a los ochenta años recién cumplidos su salud atraviesa por uno de esos momentos que los cubanos no dudarían en definir como “Período Especial”. Un ajuste necesario para recomponer su formidable naturaleza, una etapa de descanso y acopio de energía lo llevarán con toda seguridad a superar la crisis, su más fiera crisis.

Mientras la noticia se iba regando por todo el mundo se multiplicaban los mensajes de ánimo con los deseos de su pronto restablecimiento. Así otro octogenario, otro faro, Mario Benedetti no ha dudado en afirmar desde su Montevideo que “Fidel es el único gran personaje del pasado cercano que aún sobrevive… Siempre ha sido un hombre fuerte y de poderosa voluntad, así que no sería de extrañar que a corto plazo ejerciera nuevamente sus tradicionales funciones. ¡Ojalá!”. Miguel Bonasso, que compartió con Fidel una jornada muy especial en la casa familiar del Che en Altagracia en un alto en la reciente cumbre de MERCOSUR que se celebró en Córdoba (Argentina), decía en un artículo muy interesante y emotivo: “Fidel se va a morir cuando él lo decida y todavía no lo ha decidido”. Recordó conversaciones donde Fidel le había confesado que “lo que necesitaba era tiempo”, tiempo para completar lo que él llama “la revolución energética”; tiempo para que Cuba sea económicamente invulnerable, como ya lo es militarmente; tiempo para que prospere la integración latinoamericana y el ALBA; tiempo para relanzar el movimiento de los No Alineados. En el artículo “¿Y después de Fidel, qué?” Néstor Cohan decía: “Todos y todas esperamos de corazón que el comandante, el revolucionario, el amigo entrañable de nuestro Che, se recupere de la operación. Que siga siendo el Fidel de siempre. El que molesta, exaspera e incomoda al imperio más poderoso de la tierra. El que horroriza a cuanto millonario anda por el mundo contando sus billetes.  (...) El que sigue predicando la rebelión mundial contra las injusticias”.

En Miami, sin embargo, su alcalde Many Díaz dejó claro que él, como muchos otros cubano-estadounidenses, esperaba que el líder comunista muriera pronto. Las noticias que nos llegaban de allí hablaban de fiestas callejeras y tumultos en la Pequeña Habana; en el restaurante Versalles, una de las guaridas de la gusanera, antiguos policías del dictador Batista brindaban con mojitos mientras hacían planes para la invasión al calor de los millones de dólares que el gobierno del genocida Bush ha puesto sobre el tapete en la enésima puesta en escena de su único y continuado plan de anexión desde 1960: casi cincuenta años de bloqueo, un permanente sabotaje, atentados consumados y otros tantos frustrados, conspiraciones, invasiones… El lingüista y activista norteamericano Noam Chomsky ha llegado a afirmar que “Cuba ha sido víctima de más terrorismo y durante más años que cualquier otro país del mundo”. Ahora, al informe “Commission for Assistance to a Free Cuba”, elaborado por el antiguo Secretario de Estado Colin Powell, se le une el  Plan de Asistencia a una Cuba Libre de Condoleezza Rice, con el mismo fin: acabar con la Revolución cubana.

La Fundación Nacional Cubano Americana de Mas Canosa y los Oswaldo Payá, Martha Beatriz Roque Cabello, Carlos Alberto Montaner, Raúl Rivero, etc. son presentados como un grupo de “militantes de los derechos humanos”, cuya única preocupación es luchar a favor de una “democratización” de la sociedad cubana. Serán estos connotados terroristas y la ultraderecha cubana de Miami los encargados de realizar la “verdadera transición hacia una verdadera democracia" como definió Carlos Gutiérrez, Secretario de Comercio gringo, la última aventura del genocida Bush contra Cuba. En el fragor de sus deseos hicieron llamamientos, cuando menos hilarantes, al ejército y a los elementos más “receptivos” del Castrismo para que se unieran a su cruzada, a esa transición “democrática” que acabe con la Revolución. “La transición en Cuba ya se produjo, estúpido” dijo Atilio Borón “y tuvo lugar el 1 ° de enero de 1959. Una doble transición: de la dictadura a la democracia; y del capitalismo al socialismo”.

A pesar de que los medios de comunicación internacionales han intentado silenciar las manifestaciones de apoyo a Cuba y su Revolución, no han podido esconder que varios premios Nobel y varios miles de firmas han suscrito el documento “Cuba debe ser respetada” donde se exige al gobierno de los Estados Unidos que respete la soberanía de Cuba y hacen un llamamiento para impedir a toda costa esta nueva agresión. El País, bastión emblemático de una rancia y cobarde socialdemocracia española, ha manipulado, tergiversado y descontextualizado toda información que no hablara mal de Cuba; a juicio del periodista Pascual Serrano su consigna es “acoso y derribo” a la Revolución cubana. Recuérdense, además, los apoyos del grupo Prisa a los golpistas venezolanos en abril de 2002. Esa es, sin duda, su “cruzada”.

El revuelo armado por la gusanera -aliada estratégica y emocional tanto del PP como de Coalición Canaria- no ha tenido repercusión alguna en la isla. A pesar de la lógica conmoción que provocó la enfermedad del Comandante y la renuncia temporal de todos sus cargos la serenidad ha sido la tónica general. Los mecanismos contemplados en la Constitución de la República de Cuba han funcionado y las Fuerzas Armadas Revolucionarias han velado en todo momento por la seguridad. El vicesecretario del Partido Comunista, Raúl Castro, relevó provisionalmente a Fidel tanto en la dirección del Partido como en la presidencia de la República, declarando solemnemente en su toma de posesión: “El Comandante en Jefe de la revolución cubana es uno solo, únicamente el Partido Comunista como institución que agrupa a la vanguardia revolucionaria y garantía segura de la unidad de los cubanos en todos los tiempos puede ser el digno heredero de la confianza…”.

Lo realmente reseñable de este momento histórico es la madurez que el pueblo cubano ha demostrado cerrando filas en torno al Partido Comunista y poniendo en práctica las enseñanzas revolucionarias, no en vano Fidel siempre ha dicho que “el socialismo es la ciencia del ejemplo”. Abel Prieto, Ministro de Cultura de Cuba, en una entrevista concedida a Santiago Alba Rico y publicada en el Informe Cuba 2005 (editorial Hiru), ya nos iluminaba acerca de esta madurez del pueblo cubano: “Los cubanos no estamos defendiendo una abstracción ni una teoría ni un animalito de laboratorio. Aquí han trabajado varias generaciones para levantar una obra de justicia y democracia que en este mundo envilecido es, realmente, una de las pocas causas dignas de ser defendidas por alguien que se sienta de izquierdas”.

Si algo ha puesto de manifiesto la enfermedad de Fidel ha sido la excelente salud de la que goza la Revolución Cubana.

        ¡Hasta la Victoria siempre! ¡Venceremos