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General: No entienden nada "El ladrido de los chihuahuas hambrientos"
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De: matilda  (Mensaje original) Enviado: 09/10/2006 06:26
El ladrido de los “chihuahuas” hambrientos; un artículo de Tadeo Sevilla

inSurGente.- “(...) Jamás entendieron por qué la administración Kennedy los traicionó cuando el desastre de la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos en 1961, retirándole todo el apoyo logístico y militar supuestamente acordado y no comprenden que la Organización de Naciones Unidas no sea sumisa ante las exigencias del imperio. Tampoco entienden cómo el mundo protesta unánimemente contra el criminal bloqueo norteamericano contra Cuba, ni que los venezolanos de los cerros de Caracas o los bolivianos de las cordilleras, puedan tener por primera vez en su vida a un médico que cure sus enfermedades. No entienden por qué en Cuba sobrevive una Revolución Socialista a pesar del desplome en Europa del Este ni que el pueblo cubano, a pesar de las calamidades y la pobreza, siga firme al lado de esa Revolución.(...)”.


El ladrido de los “chihuahuas” hambrientos


Tadeo Sevilla

A muchos de los cubanos radicales de Miami les cuesta entender el comportamiento de los demás respecto a ellos. Algunos no entienden por qué el resto de los hispanos parlantes no les comprenden cuando usan su jerga populista de: «que bolá, mi hermano». Tampoco entienden las protestas de los inmigrantes ilegales para que el gobierno norteamericano solucione el status de doce millones de indocumentados, suponiendo que ellos –los radicales cubanos exiliados- son los únicos extranjeros con derechos migratorios en las tierras del Tío Sam.

No comprendieron jamás por qué los españoles cometieron la torpeza –según sus puntos de vista- de votar masivamente contra el pro americanismo del Partido Popular encabezado por Aznar y no entienden como hay pueblos tan ciegos de elegir como líderes a los candidatos de la izquierda. En sus cabezas no cabe que alguien use con libertad una camiseta con la imagen del Ché Guevara, algo que constituye una ofensa para el exilio de Miami y no logran entender por qué las cadenas hispanas de televisión en Estados Unidos priorizan el talento de la mayoría mexicana sin prácticamente mencionar a los artistas cubanos exiliados.

Para ellos es imposible imaginar que algunos de sus vecinos de otros países centro y suramericanos, sean capaces de igualarlos en inteligencia -a los que llaman despectivamente “indios”- y no conciben por qué el Senado y el Congreso de Estados Unidos, no acaba de considerar a los cubanos con excepcionales derechos civiles como a los indios autóctonos y a los negros, ni pueden entender cual a sido la razón por la que las tropas yanquis no han invadido a Cuba para sacar por la fuerza a Fidel Castro, como han hecho en Irak, Afganistán, República Dominicana, Panamá, Guyana y tantos lugares del mundo.

No entienden muchas cosas. No entienden las leyes norteamericanas que decidieron concederle la patria potestad al padre del niño Elián González y regresarlo a Cuba ni comprenden por qué los tribunales de justicia pretenden juzgar a Luis Posada Carriles como un asesino terrorista y entienden menos, cuando suponen que el presidente George W. Bush fue elegido a la Casa Blanca, gracias y únicamente por el voto de los cubanos-americanos, “título” que se han inventado para diferenciarse de otras nacionalidades.

Jamás entendieron por qué la administración Kennedy los traicionó cuando el desastre de la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos en 1961, retirándole todo el apoyo logístico y militar supuestamente acordado y no comprenden que la Organización de Naciones Unidas no sea sumisa ante las exigencias del imperio. Tampoco entienden cómo el mundo protesta unánimemente contra el criminal bloqueo norteamericano contra Cuba, ni que los venezolanos de los cerros de Caracas o los bolivianos de las cordilleras, puedan tener por primera vez en su vida a un médico que cure sus enfermedades. No entienden por qué en Cuba sobrevive una Revolución Socialista a pesar del desplome en Europa del Este ni que el pueblo cubano, a pesar de las calamidades y la pobreza, siga firme al lado de esa Revolución.

No entienden nada. Ni siquiera el verdadero sentido de las palabras de Tom Fiedler, vicepresidente y editor ejecutivo del The Miami Herald cuando, refiriéndose a Radio Mambí, una emisora propiedad de la cadena Univisión Radio y que dedica las 24 horas de transmisiones al tema cubano, desde las posiciones más radicales, totalitarias, obtusas y extremistas del llamado exilio “histórico” cubano –entiéndase los despojos de la tiranía batistiana que aún sobreviven- los calificó de “chihuahuas que solamente le mordían los talones” como respuesta a los improperios y ataques sostenidos desde los micrófonos de esta emisora contra la gerencia del periódico por el despido de tres periodistas cubanos, vinculados a un conflicto de intereses por cobrar dineros de una agencia federal que esta diseñada para atacar al gobierno de la Isla.

Como tampoco entendieron, la manipulación engañosa apareció inmediatamente a pesar de las inmediatas excusas públicas de Tom Fiedler que reafirmó que sus palabras iban dirigidas hacia los microfoneros que alentaron la crisis y nunca hacia la comunidad cubana exiliada. Pero estos señores que se hacen llamar “radicales” e “intransigentes” -por supuesto, desde la tranquilidad de la otra orilla- inmediatamente cambiaron los términos de la ofensa y volvieron a la carga, argumentando que el editor del Herald en inglés había atacado a la comunidad cubana en su conjunto, como si ellos representaran dignamente a todos los cubanos emigrados.

Tampoco entienden estos “ofendidos” señores, que ya en Estados Unidos, incluso en Miami, hay varias decenas de miles de cubanos que no comulgan con la politiquería barata que les ha permitido vivir del “cuento” a estos recalcitrantes del micrófono, que solo sueñan con volver a una Cuba arrodillada a los intereses del capital norteamericano. No pueden entender que haya decenas de miles de emigrados cubanos que no tienen absolutamente ningún punto de contacto con estos representantes de una cruenta dictadura que ahogó en sangre las calles de la Isla y que trajo como consecuencia una Revolución que los obligó a refugiarse en Estados Unidos.

En este minuto de la vida, poco se espera que puedan entender los radicales caducos. Ellos persisten en jalonar los pantalones del presidente americano, para que se decida a darles la libertad que piden como limosna, a pesar de haberse olvidado que en Cuba, hay doce millones de seres humanos que al igual que Tom Fiedler, no temen a los ladridos de los “chihuahuas” de la otra orilla. Definitivamente, tampoco esa realidad la entenderán jamás.



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