"De ayer a hoy.
Cuando estaba sujeto al yugo maternal, se me impartían ciertas enseñanzas y algunos consejos, entre los cuales recuerdo este: "La madre debe entregar sus hijos a la patria para que sostenga su honor y defienda su integridad".
En el colegio, otra mujer con el título de profesora, siguió enseñandome deberes, ocultándome la verdadera noción de las cosas, para atrofia mi cerebro con los mitos Dios y Patria: la religión del crimen y el culto de la muerte.
El miedo a lo sobrenatural y la estrofa patriótica, hábilmente puesta en juego por educacionistas oficiales, estinguieron en mí todo raciocinio y así como la noche rogaba, transida de miedo para aplacar las cóleras divinas, los himnos y marchas patrióticas, me embriagaban haciéndome desear ser madre para brindar mis hijos a la grandeza de la patria.
Hoy la realidad de las cosas y la esperiencia adquirida en jornadas de la vida, me han demostrado claramente que en la casa y en la escuela, me educaron para ser un instrumento inconsciente, llamada a perpetuar las injusticias sociales.
Emancipada del cura, mi fantasía no se forja fantasmas diabólicos, al contrario, osada y libre, ha comprendido la belleza del ideal libertario, a la realización del cual aporto mi humilde contigente.
No seré la madre que vea a mis hijos conquistar laureles con el crimen ni que los ofrezca por holocausto al patriotismo, de ese engaño que germina en el cerebro de los ignorantes, inculcado por aquellos que medran con el dinero y la sangre del pueblos.
Prefiero verlos lejos de mí, antes de verlos arrastrados en los pudrideros llamados cuarteles, muñecos de la disciplina, se convierten en "asesino" de sus semejantes y sostienen con la punta de sus bayonetas a esta sociedad injusta y criminal.
¡Madres! Seguid mi ejemplo: se os repite Dios y Patria, pues ni Dios ni Patria; porque ambos han sido inventados por tiranos para esclavizar a los pueblos; en cuanto a vuestros hijos, educadlos en la escuela racionalista para que mañana combatan por la revolución social."
Periódico Verba Roja. Chile 1920. Mujeres anarquistas del 1900. |