JORNADA. Julio Grassi, ayer por la tarde, después de declarar en la Fiscalía Nº 7 de Morón.

   

Durante casi 10 horas, el sacerdote Julio César Grassi declaró ayer como acusado ante el fiscal Matías Rapazzo para defenderse de diez imputaciones por abuso sexual agravado y una por corrupción de menores. Según fuentes judiciales, aseguró que lo quieren extorsionar, descalificó al joven que lo denunció y propuso una larga lista de testigos —más de 30— para que den referencias sobre su forma de comportarse.

La declaración de Grassi estaba pautada para las 9 de la mañana. El cura llegó a la Fiscalía Nº 7 de Morón cerca de esa hora, acompañado por dos nuevos abogados (los anteriores, renunciaron recientemente). Llevó videos y carpetas, de las que extrajo documentación para incorporar al expediente, y luego se puso a hablar durante diez horas.

En esta causa, Grassi está imputado de haber abusado de un joven de 23 años llamado Luis. En julio pasado, este muchacho se presentó ante el fiscal Rapazzo y denunció lo supuestos abusos que el cura habría cometido en su contra cuando él todavía era menor, entre 2000 y 2001.

Estos supuestos abusos habrían ocurrido en la Fundación Felices Los Niños, que presidía Grassi. Otros hechos del mismo tipo, que también tendrían a Luis como víctima, se habrían dado en un refugio de El Calafate y están siendo investigados en otro expediente. Además, el cura está esperando juicio oral por denuncias similares presentadas por dos menores conocidos bajo las identidades falsas (para resguardarlos) de Gabriel y Ezequiel.

Ayer, Grassi empezó por descalificar a Luis. Según fuentes del caso, dijo que el joven se habría "dado vuelta" en su contra por influencia de ex empleados de la Fundación. "Me quieren extorsionar", habría dicho el cura.

Grassi también le habría recriminado a Rapazzo su citación como imputado, a la que consideró injustificada. Esto a pesar de que habría testigos de los supuestos abusos sufridos por Luis y de que el fiscal ya aceptó como prueba una pericia psicológica realizada en El Calafate al cura donde se equipara su perfil con el de un "delincuente sexual".

El sacerdote pidió que se cite a más de 30 testigos "de concepto". Y aportó como pruebas viejos videos del programa "Hora Clave", donde diversas personas lo defienden. Además, negó que Luis haya sido uno de sus "preferidos" en la Fundación y dijo que de hecho no tenía a ningún chico en esa situación. Luego reconoció una foto donde se lo ve junto a este chico en un anuario de aquella organización.

Por otro lado, el cura presentó como prueba algunos mails que habría intercambiado con Luis para mostrar el afecto que supuestamente se tenían. E insistió con que el joven se habría puesto en su contra en una actitud supuestamente extorsiva.

Cerca de las 19, el cura salió de la fiscalía. "Entregué todos los elementos para que la Justicia investigue. (Luis) fue extorsionado para declarar", comentó al pasar. "Estoy muy conforme porque me dieron la oportunidad de declarar todo lo que tenía para decir".

Juan Pablo Gallego, abogado que actúa como querellante en la causa en representación del Comité de Argentino de los Derechos del Niño (presidido por Estela Carlotto), opinó que Grassi "quedó a un paso de un procesamiento inmediato porque los hechos están probados".

"Es muy factible también que se le imponga alguna medida de coerción, como alguna prohibición específica para hacer ciertas tareas, aunque no sé si se llegaría al punto de una prisión preventiva", agregó el abogado. "Esta es una causa que tiene posibilidades de ir a juicio rápidamente".