Justicia para los cinco cubanos encarcelados en Estados Unidos desde el 12 de septiembre de 1998 ha sido exigida en una declaración del Grupo de la Izquierda Unitaria del Parlamento Europeo dada a conocer en Estrasburgo.
El documento, que aparece en el sitio web del GUE-NGL, señala que los cinco —Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González—, están sujetos a condiciones de detención que la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas describe como «arbitrarias».
En este sentido alude a los 17 meses que estuvieron en confinamiento en solitario, sin ni siquiera tener posibilidad de comunicarse con sus abogados, y dos de ellos incluso no han podido recibir visitas de algunos de sus más cercanos familiares.
Apunta también que tres de ellos han sido sentenciados a cadena perpetua y los otros dos a largas condenadas de prisión, luego de «un juicio que fue tan parcial que los tres magistrados designados por la Corte de Apelaciones de Atlanta para investigar este asunto requirieron que tuviera lugar un nuevo juicio en otra locación» que no fuera Miami.
En referencia al carácter político de este juicio, estos parlamentarios europeos aseguran que se dio la circunstancia excepcional de que la propia Corte de Apelaciones «no siguió la opinión de los tres magistrados que había designado y rechazó su requerimiento».
Tras escuchar los testimonios de Adriana, la esposa de Gerardo, e Irma, la madre de René, que han apelado a parlamentarios, abogados y activistas de los derechos humanos para que se unan al número creciente de voces que demandan la liberación de los Cinco y la posibilidad para ellos de un juicio justo, el grupo GUE-NGL ha invitado a los diputados europeos a que hagan conocer al gobierno de Estados Unidos que estos cinco prisioneros merecen el beneficio, como cualquier otro ciudadano, de un juicio justo.
La declaración hace referencia a la petición a favor de los Cinco firmada ya por 115 parlamentarios británicos de la Cámara de los Comunes, y a la reciente y poderosa demostración en las calles de Madrid que exigió la libertad de Gerardo, Ramón Antonio, Fernando y René.
Resaltan que ellos ya han cumplido ocho años de las sentencias en «condiciones particularmente inhumanas» y al no existir pruebas que apoyen seriamente las acusaciones contra ellos, «deben ser liberados».