El especialista vienés describió entonces como personas alérgicas a aquellas que tenían respuestas excesivas "a algo" en su medio ambiente.
Ahora junto al Doctor en Ciencias Rubén Rodríguez Gavaldá, Profesor de Mérito, reconocido internacionalmente en su especialidad, Alergología e Inmunología Pediátrica, nos aclara que cuando expresamos que una enfermedad es alérgica, se comete un serio error, "porque alérgica no es una enfermedad sino la persona".
Con sus lúcidos 92 años de edad, el científico cubano continúa desempeñando una activa vida laboral en lo asistencial (en el Pediátrico William Soler, de Altahabana), en lo docente e investigativo. Es Presidente de uno de los tribunales que confiere el grado de Doctor en Ciencias en nuestro país.
El tema revela su importancia cuando conocemos que estudios realizados indican que un 32% de nuestra población es alérgica a alguna sustancia conocida (alimentos, polen, animales) y es una cifra que va en aumento.
Como sabemos, las sustancias a las que se es alérgico son conocidas con el término de "alergenos".
—Doctor Rodríguez Gavaldá: ¿Esta sensibilización de nuestro organismo tiene comprobadamente orígenes genéticos y hereditarios?
—Sí, existe una predisposición genética a las alergias. Indicaría que cada año unos 5 000 recién nacidos de familias alérgicas se suman al universo de los cuatro millones de cubanos con este padecimiento.
—¿Es amplia la lista de los alergenos conocidos?... ¿Están identificados los que más frecuentemente originan alergia en nuestro medio?
—El número de sustancias a las que una persona puede ser alérgica es prácticamente infinito; por ello, el diagnóstico pasa por descubrir a qué sustancia o sustancias es hipersensible el paciente. Entre las principales se encuentra el polen de las plantas, el ácaro, que forman parte importantísima del polvo casero.
—¿A qué edad suele aparecer este trastorno?
—Generalmente se manifiesta desde el nacimiento.
––¿Existe alguna relación demostrada entre alergia y asma?
—El asma es la enfermedad de naturaleza alérgica más frecuente y seria. Es la más característica de las afecciones originadas por mecanismos alérgicos.
—¿Qué síntomas principales pueden llevarnos a pensar que padecemos algún tipo de alergia?
—Son fundamentalmente respiratorios: sensación de falta de aire, picazón de la nariz, estornudos frecuentes, tos nocturna. Los hijos de matrimonios alérgicos, en un alto porcentaje, nacen con la nariz tupida (obstrucción nasal) y sufren cólicos abdominales.
—¿Con qué frecuencia y durante cuánto tiempo suelen afectar los estados alérgicos?
––Ello estará en dependencia de la época del año, del estado meteorológico. Hay personas alérgicas que, por ejemplo, pasan bien el verano y en septiembre, octubre쩌 , con los cambios del tiempo, la humedad, el frío, comienzan sus crisis. Pero las manifestaciones no son permanentes sino cíclicas. Lo "acompañan" por su condición alérgica.
––¿A qué especialista consultar? ¿Resulta fácil o difícil el establecimiento de un diagnóstico de certeza?
—Los especialistas en Alergología son los encargados del diagnóstico y tratamiento de la alergia. Un buen interrogatorio clínico, y el conocimiento de los antecedentes familiares del paciente, principalmente, permiten un diagnóstico de certeza.
—¿En qué consisten las pruebas a que debe ser sometido el paciente?
—La prueba fundamental es la cutánea. Se inyectan en la piel los alergenos que se sospecha generan alergia en el paciente para establecer si es positivo a ellos o no.
—¿Y los tratamientos?
— Existen vacunas específicas para los alergenos productores de alergia. Conocida la causa y aplicada la inmunoterapia (por vía sublingual) un gran número de estos pacientes va perdiendo la sensibilización de las sustancias a las que son alérgicos. Es esencial comenzar el tratamiento tan pronto se establece el diagnóstico. No debemos olvidar que los niños alérgicos son la cantera fundamental de los adultos con asma. Es ahí donde radica la verdadera prevención primaria.